La reforma de las pensiones promovida por Emmanuel Macron sigue generando protestas en Francia. La medida es el gran enemigo de los manifestantes galos este Día Internacional de los Trabajadores. Cientos de miles de personas se han echado a las calles de París y numerosas ciudades, una vez más, para protestar contra la polémica medida, que atrasa a 64 años la edad de jubilación. Las previsiones de la jornada señalaban a una posible asistencia de más de 1,5 millones de personas en todo el país, y los altercados comenzaron de la mano del día de protestas: han dejado un total de 108 agentes de las fuerzas del orden heridos -uno con quemaduras graves- y 291 detenidos.
Estas últimas cifras, aún provisionales, las ha dado el ministro del Interior, Gérald Darmanin, en una breve comparecencia ante la prensa poco antes de las 20.00 locales (18.00 GMT) en la que ha insistido en que "esta violencia debe ser condenada por todo el mundo". Darmanin, que ha subrayado que en la inmensa mayoría de los 300 desfiles que han convocado los sindicatos por todo el país las cosas se han desarrollado con normalidad, ha hecho notar en cualquier caso que "108 policías heridos un 1 de mayo es extremadamente grave". Los principales incidentes se han producido en Nantes, Lyon, Angers y, sobre todo en París, donde se habían contabilizado 19 policías heridos y donde los enfrentamientos continuaban a última hora de la tarde en torno a la plaza de la Nación, que es donde ha terminado la marcha.
Los sindicatos habían convocado más de 300 protestas y manifestaciones en todo el país a pesar de que la reforma de las pensiones ya ha sido aprobada. Si bien el Gobierno da este asunto -que le ha llevado a enfrentarse a numerosas mociones de censura- como zanjado, trabajadores y sindicatos se niegan a darle tregua, e insisten en protestar para evitar la entrada en vigor de la medida, que se espera el 1 de septiembre.
Altercados en el Día Internacional de los Trabajadores
Las protestas se han venido sucediendo a lo largo del fin de semana y han provocado incluso interrupciones y cortes en el tráfico aéreo del país, con cerca del 30 por ciento de vuelos cancelados. Se estima que solo en París, la capital, han salido a la calle más de 100.000 personas, por lo que la Policía ha procedido a desplegar más de 5.000 agentes de la Policía Antidisturbios.
Uno de los eventos destacados de la jornada protagonizados por los manifestantes ha sido el lanzamiento de pintura contra la fachada del hotel Ritz y del Ministerio de Justicia en la plaza Vendome del centro de la capital. La acción, reivindicada por los activistas del grupo Última Renovación, tenía como objetivo protestar "contra los ricos y en solidaridad con los trabajadores", según han explicado.
En Lyon, varios cientos de personas se han adelantado al cortejo sindical e igualmente han atacado las vitrinas de establecimientos comerciales y quemaron, entre otros, un coche de lujo en el centro, entre la avenida Jaurês y la calle Saint Michel, según France Info.
En Nantes, grupos violentos han creado una pila de papeleras que han incendiado frente a la prefectura (delegación del Gobierno), que se ha convertido en un escenario escenario de enfrentamientos con la policía. Según el canal de televisión France 3, como consecuencia de esos choques un manifestante ha perdido una mano.
En Toulouse, después de que la manifestación se desarrollara con normalidad, varias personas atacaron un camión de antidisturbios. Según el relato de la emisora France Bleu, una de esas personas abordó al conductor mientras otras lanzaban piedras.
El polémico uso de drones contra las protestas
Este mismo lunes, el tribunal administrativo de París ha validado el uso de drones para supervisar la manifestación, medida que no ha caído bien entre los manifestantes y diversas organizaciones en defensa de las libertades, que han solicitado la suspensión del uso de drones por parte de la Policía por considerar que "podría atentar contra las libertades fundamentales", según informaciones del diario Le Parisien.
En otras ciudades, como El Havre, la Justicia ha limitad su uso y lo ha acotado a franjas horarias determinadas. Así, solo han podido ser utilizados entre las 9.00 y las 14.00 (hora local), y no de 9.00 a 18.00, como estaba previsto previamente.
El Gobierno galo ha señalado que tiene previsto invitar a los sindicatos a sentarse en la mesa y dialogar "durante los próximos días" en un intento por rebajar la tensión. El ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, ha indicado que "hay que escuchar los mensajes que se lanzan" y ha abogado por dialogar. En este sentido, ha asegurado que la Policía "no se involucra en provocaciones durante las marchas" y ha asegurado que el problema no son los agentes sino "la posibilidad de violencia". "El problema no es la Policía, son los violentos. No los confundo con los manifestantes", ha aclarado en declaraciones recogidas por la cadena de televisión BFMTV.
Desde los sindicatos, sin embargo, han alertado de que "no habrá movimiento alguno hasta que la reforma sea retirada". "Este 1 de mayo es un punto de inflexión, tenemos que estar ahí. Sirve para poner nuestras aspiraciones en la agenda política: mejora de los salarios, igualdad entre hombres y mujeres y una mejora de las condiciones laborales", han puntualizado.
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