Miles de manifestantes inundaron el Paseo de la Fama de Hollywood este domingo, una jornada inicialmente reservada para el orgullo LGBT que se transformó en una multitudinaria marcha antirracista en la tercera semana de la ola de protestas que recorre Estados Unidos.
Los organizadores del orgullo LGBT de Los Ángeles decidieron que el evento de este año se dedicaría al movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan), por el que se congregaron en una de las avenidas más emblemáticas del país.
Frente al Dolby Theatre, escenario donde se entregan anualmente los Oscar, arrancó una nueva manifestación pacífica que, con más de 30.000 asistentes según estimaciones de las televisiones locales, se convirtió en una de la más concurridas de la segunda ciudad más poblada del país.
A pesar de que han pasado ya tres semanas desde que comenzaran las revueltas, en Los Ángeles y otras ciudades de Estados Unidos el movimiento apenas ha perdido fuelle, con protestas pacíficas a diario y concentraciones muy numerosas durante los fines de semana.
"Todas las vidas negras importan"
La lucha por los derechos del colectivo LGTB en EE.UU. está muy vinculada a la conquista de los derechos civiles durante el siglo XX, con referentes como los Disturbios de Stonewall de 1969.
Por ello antes de la manifestación, el mítico Boulevard de Hollywood despertó con el mensaje "All Black Lives Matter" (Todas las vidas negras importan) escrito en mayúsculas y con los colores del arcoiris.
La idea emuló la iniciativa tomada por la ciudad de Washington DC, que escribió el mismo mensaje sobre la calzada de la calle 16, que conduce a la Casa Blanca, y rebautizó el tramo como Black Lives Matter Plaza.
Pancartas con los mensajes "ellos se manifestaron por mi derecho a casarme, yo marcho por su derecho a respirar" o "gays contra el racismo y el odio" inundaron las calles.
"Soy mujer, negra y lesbiana, mi lucha contra la intolerancia es triple", comentó a Efe una de las manifestantes.
También acudieron familias con niños, alentadas al comprobar que las escenas de saqueos y violencia no se han repetido en las últimas semanas.
“Quiero que entiendan desde una edad temprana lo importantes que son estos movimientos y que defiendan la tolerancia hasta que no haya motivos para salir a protestar", explicó Stephanie, quien acudió a la marcha con sus dos hijas, en patinete y con pancartas.
Presencia latina
También se notó el apoyo de la comunidad latina, muy numerosa en el sur de California, al movimiento impulsado tras la muerte de George Floyd a manos de cuatro policías en Minneápolis.
El eslógan "Tu lucha es mi lucha", convertido en uno de los emblemas de unión entre la comunidad latina y afroamericana, se repitió en varias pancartas junto a banderas mexicanas.
"Negar que existe el racismo es como negar que ahora hay sol, tenemos que unirnos contra ello", razonaba una manifestante de México que reside en EEUU al lado de otro mensaje que decía "a chingar su madre los racistas", fotografiado y aplaudido por ciudadanos hispanohablantes.
A pesar de que en Los Ángeles la población latina y afroamericana ha vivido etapas de rivalidad en el pasado, durante esta ola de protestas han mostrado su complicidad y barrios chicanos como Boyle Heights se convirtieron en escenario de concentraciones pacíficas.
La sombra del coronavirus
La crisis del coronavirus, con los casos aumentado en EEUU y en plena reapertura de la economía, es uno de los aspectos más criticados en las concentraciones masivas del último mes.
Aunque la mayoría de asistentes portan mascarillas, no se mantiene la distancia social recomendada y se han registrado picos de nuevos contagios en algunas localidades, sin embargo la asistencia no ha cesado y algunos ciudadanos reparten mascarillas y gel desinfectante gratuitamente.
"El racismo también es una pandemia que hay que erradicar", gritaba una pareja que regalaba utensilios de protección a los manifestantes.
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