Internacional

El avance ruso se estanca mientras Putin intensifica los bombardeos: claves del octavo día de guerra

Las ofensivas contra las ciudades se estacan mientras Putin presiona en el sur y recrudece los bombardeos. La Corte Penal Internacional confirma que reúne pruebas sobre posibles crímenes de guerra

  • Edificios dañados por los bombardeos rusos el centro de Járkov. -

Octavo día de guerra en Ucrania. La invasión rusa entra en su segunda semana marcada por un aparente fracaso táctico, con su principal fuerza de asalto sobre Kiev detenida en una autovía al norte de la capital y otras ofensivas estancadas en las afueras de las grandes ciudades, sobre las que Rusia ha recrudecido los bombardeos. Las fuerzas rusas controlan por completo Jersón, la única ciudad importante desde el punto de vista estratégico que han tomado hasta la fecha, clave para controlar el litoral del Mar Negro, mientras se suceden los informes sobre fuertes explosiones en Kiev y Járkov, la segunda ciudad del país. "Lo peor" de la guerra de Ucrania está por venir: comienza una fase de asedio por parte de las tropas rusas de grandes ciudades como Járkov y la capital con consecuencias "muy graves" para los civiles, advierte Francia, después de que Emmanuel Macron haya hablado con Putin durante hora y media. La Corte Penal Internacional (CPI) abre una investigación por crímenes de guerra y de lesa humanidad tras una solicitud de 39 países, entre ellos España, mientras las delegaciones rusa y ucraniana en negociaciones han acordado abrir "corredores humanitarios".

Putin intensifica los bombardeos

Rusia ha cambiado de táctica e intensifica los bombardeos contra grandes ciudades poco antes de iniciarse la segunda ronda de negociaciones entre Kiev y Moscú. Infraestructuras de transporte, hospitales, zonas residenciales o guarderías han sido destruidas en la capital o Járkov, donde zonas del centro han quedado reducidas a escombros. Mientras, la ONU pone como ejemplo de los ataques el pueblo de Volnovaja, en la región del Donbás, que ha sido prácticamente destruido en su totalidad por bombardeos y en el que todavía quedan algunos residentes escondidos en sótanos. "Las operaciones militares se intensifican conforme aquí hablamos, con bombardeos sobre o cerca de grandes ciudades", dijo este jueves la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, antes de enumerar varias urbes ucranianas, como Kiev, Járkov, Mariúpol o Jersón.

Cuando se cumple más de una semana desde el inicio de la invasión, las víctimas civiles ascienden a 2.000 muertos. La mayoría de las víctimas han sido causadas por artillería pesada, sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes y bombardeos aéreos en áreas habitadas mientras la ONU investiga el uso de bombas de racimo (prohibidas por una convención internacional, de la que Rusia no forma parte) contra blancos civiles. Las Fuerzas Armadas de Ucrania, por su parte, sostienen que los rusos han sufrido 9.000 bajas -Moscú reconoció ayer la muerte de 498 soldados en su primer parte de bajas desde el inicio de la invasión-.   

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El avance ruso se estanca: Rusia golpea en el sur y el este

El cuerpo principal de la enorme columna rusa que avanzaba desde hace días hacia Kiev continúa a unos 30 kilómetros de la capital. Su progreso se ha detenido por “la resistencia de los ucranianos, problemas mecánicos y la congestión”, según un informe del Ministerio de Defensa británico difundido por Reuters. Desde hace tres días, la columna ha conseguido “pocos progresos perceptibles”, añade el informe, que subraya que “a pesar de los fuertes bombardeos las ciudades de Járkov, Chernihiv y Mariúpol siguen en poder de los ucranianos”.

En el sur la situación es diferente. Rusia controla Jersón, la primera urbe importante que ha logrado conquistar, situada en el río Dniéper y a orillas del Mar Negro. Las implicaciones estratégicas de esta ciudad de 300.000 habitantes son significativas, porque ocupa una posición estratégica en el río Dniéper que divide Ucrania y su control supone amenazar la capacidad logística de las fuerzas ucranianas. Aunque la bandera de Ucrania sigue ondeando en el edificio administrativo de la ciudad, su alcalde, Igor Kolykhaev, ha reconoció la derrota de los defensores.

Putin mantiene el asedio a localidades importantes del sur como Mariúpol, una localidad portuaria del sureste que, en caso de caer en manos de Rusia, le permitiría avanzar en la creación de una franja que conectaría el Donbás –donde combaten las milicias separatistas apoyadas por el Kremlin- con la península de Crimea. Odesa es sin embargo otro objetivo primordial: los invasores pretenden crear un corredor que conecte el este de Ucrania con el sur.   

Negociaciones ‘bajo’ las bombas

La octava jornada de guerra también incluye el inicio de la segunda ronda de negociaciones entre Rusia y Ucrania, en el que las partes han llegado a un entendimiento sobre la creación conjunta de corredores humanitarios con un alto el fuego temporal. A espera de aplicarse el acuerdo, su anuncio ya parece todo un logro. Horas antes de este segundo encuentro Moscú afirmaba estar dispuesto a abrir la vía diplomática aunque no detendrá “la operación” hasta que no alcance los objetivos previstos, esto es, “la desmilitarización (de Ucrania) con la eliminación de esta infraestructura y armamentos. No podemos permitir que en Ucrania exista una infraestructura que amenaza a la seguridad de Rusia” en palabras del jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov.

La mayor ola de refugiados desde la II Guerra Mundial

La devastadora invasión ha empujado al éxodo a más de un millón de refugiados, según ACNUR (Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados). Bruselas advierte a los gobiernos europeos de la necesidad de prepararse para la llegada de "millones de refugiados" huyendo de la guerra, por lo que ha abogado por tomar decisiones "fuertes" que permitan activar con celeridad la protección temporal que pide para los desplazados y desbloquear fondos para ayudar a su acogida y atención humanitaria. "Estamos en una situación muy, muy, peligrosa. Debemos prepararnos para la llegada de millones de refugiados a la Unión Europea, ya hay casi un millón aquí”, advierte Bruselas, que ha acogido una reunión de ministros de Interior de la UE para debatir si poner en marcha la protección temporal que dé libertad de movimiento y derecho a trabajar en la UE a los desplazados que lleguen desde Ucrania.

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