El tablero global vuelve a sufrir un vuelco con el recrudecimiento del conflicto en Oriente Próximo. Ha pasado un año desde que se produjese la peor agresión a Israel en sus 75 años de historia con el ataque de Hamás ocurrido el 7 de octubre de 2023. Dejó 1.200 muertos y la situación no ha hecho más que empeorar. La respuesta de Benjamin Netanyahu, la cifra de víctimas en la Franja de Gaza, la incursión en el Líbano o los últimos ataques con misiles de Irán son muestra de ello. En este escenario, ¿cómo actúa la comunidad internacional? ¿Qué dicen las "leyes de la guerra"? ¿Se puede frenar el conflicto?
Lo ocurrido hace un año fue una acción que no se parecía a lo que solía realizar hasta ese momento el grupo terrorista Hamás. Una operación armada, de enorme crudeza y con una gran capacidad de matar indiscriminadamente a ciudadanos en territorio israelí.
Sin embargo, la respuesta de Israel se ha saldado con más de 41.700 muertos y más de 96.700 heridos registrados tras un año de ofensiva en la Franja de Gaza, unos ataques que se han visto incrementados tras la incursión en Líbano por parte de Israel y el lanzamiento de casi 200 misiles perpretados por Irán el pasado martes.
Irán es un problema para la comunidad internacional porque está desarrollando un programa nuclear del que no se sabe el fin, que siembra dudas de que se esté realizando con fines pacíficos"
Pese a que el conflicto entre Israel y Palestina no es nuevo, en esta ocasión está alcanzando mayor repercusión por las consecuencias que podría desencadenar en el resto del mundo, los cruces de ataques con otros territorios, así como por la gran cifra de muertos. Por ello, la comunidad internacional está tomando partido y cartas en el asunto desde el inicio de esta guerra, algunos de forma más explícita, otros siguiendo las 'leyes diplomáticas'.
Nuevos actores en el conflicto
En esta ocasión, aunque el conflicto entre Israel y Palestina sea recurrente, está tomando un cariz que alimenta la tensión y la necesidad de implicación de nuevos actores. Un hecho clave son los acontecimientos ocurridos durante los últimos días en relación a Irán. El panorama geopolítico ha vuelto a ser zarandeado y se han encendido todas las alarmas.
Tal y como explica Beatriz Gutiérrez López, profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad Europea de Madrid y doctorada especializada en el conflicto palestino, "hay países que son 'aliados' tradicionales o que tienen intereses en Irán, como Venezuela y Cuba, por ejemplo. Estos, condenan totalmente los ataques de Israel al Líbano por la relación que tienen con el territorio".
"Otros, como Estados Unidos y la Unión Europea, apoyan a Israel", añade, para explicar que existen dos motivos importantes: "El primero es que este país es la cabeza de puente de Occidente en la comunidad internacional. El segundo es que Irán es un problema en esta porque está desarrollando un programa nuclear del que no se sabe el fin, con cierto oscurantismo que siembra dudas de que se esté realizando con fines pacíficos".
"No pueden decir que apoyan un ataque"
Una de las claves para entender la postura internacional es cómo actúan el resto de actores que entran en escena. "Evidentemente, los 'aliados' tradicionales no van a decir nunca 'apoyamos la intervención israelí' porque un miembro de la ONU no puede sancionar, aprobar o apoyar que un estado ataque a otro estado", asegura Gutiérrez. "Por eso sí escuchamos que sí respaldan a Israel en el caso de que este tratase de defenderse de Irán (...) Aunque políticamente apoyase las acciones de uno contra otro, legalmente, en términos diplomáticos, eso no se puede reconocer", añade.
Entonces, ¿cuál es el modo de actuar de la comunidad internacional? El apoyo a un 'bando' u otro se reconoce a través de medios económicos, apoyo en término de venta de armas... Sin embargo, "no se puede asegurar que un bloque apoya a 'A' y otro bloque apoya a 'B'", afirma para explicar que "hay muchas más variables que determinan cómo se están articulando los distintos apoyos a Israel o el Líbano".
Presión internacional a Israel en mayo: ¿simbólica?
Durante el pasado mes de mayo, el Ejército israelí confirmó que había tomado el control del lado gazatí del cruce de Rafah con fuerzas terrestres. Aunque no era la primera vez que otros países condenaban las acciones en Gaza o Cisjordania, nunca antes había sido tan presionado internacionalmente para cesar sus ataques.
En ese momento, algunos países retiraron a sus embajadores del territorio, como Jordania, Baréin, Turquía, Chad, Chile, Honduras o Colombia. Este último, además, suspendió las relaciones diplomáticas con el país, igual que Bolivia, y se trata del segundo socio comercial latinoamericano de Israel tras Brasil.
El armamento de Israel depende, casi totalmente, de dos lugares: EEUU y Alemania. El 95% de las importaciones israelíes de armas proviene de estos dos países.
Turquía, por su parte, suspendió todo el comercio con el país hasta que Netanyahu aceptase un flujo ininterrumpido de ayuda humanitaria. El comercio entre ambos territorios creció en 2023 hasta los 7.000 millones de dólares.
Sin embargo, las acciones del resto de países citados supusieron más un acto simbólico, ya que su peso político en el país de Oriente Próximo y sus intercambios comerciales y diplomáticos no son demasiado destacables.
Respecto a Europa y Norteamérica, algunos territorios anunciaron que suspenderían la venta de armas al país liderado por Netanyahu. Canadá, Italia, Japón, Bélgica, España o Países Bajos fueron algunos. No obstante, posteriormente se supo que algunos de ellos solo congelaron nuevos contratos de armamento, manteniendo los ya firmados; así como que otros no las suspendían de forma general, sino que solo ocurría en algunas zonas o compañías concretas.
Pese a que este gesto también pudo alimentar la tensión, lo cierto es que el armamento de Israel depende, casi totalmente, de dos lugares: Estados Unidos y Alemania. El 95% de las importaciones israelíes de armas proviene de estos dos países. De esta manera, el impacto de las resticciones del resto no implicó demasiados cambios.
El caso de Sudáfrica
Respecto a la incursión en Rafah, Sudáfrica fue más allá y el pasado diciembre acudió a la Justicia Internacional para presentar una acusación de genocidio contra Israel por lo ocurrido con el pueblo palestino en Gaza. A finales de mayo, el fiscal de la Corte Penal Internacional pidió emitir órdenes de arresto contra Netanyahu y los líderes de Hamás por crímenes de guerra y contra la humanidad.
En ese momento, aunque Joe Biden había criticado la incursión en Rafah, aseguró que la idea de emitir una orden de arresto contra el presidente israelí y situarlo al mismo nivel que Hamás era "un escándalo".
Según explica la doctora en Relaciones Internacionales, el caso de Sudáfrica es distinto "por su historia y por cómo salió del apartheid". "Este apoya mucho todo lo relacionado con el pueblo palestino por su propia historia y al respaldar al pueblo palestino, lo hace directamente a todos los que apoyan a este, en este caso Hezbolá e Irán", dice.
Pero Gutiérrez avisa, "se tiene que estudiar caso por caso", debido a la cantidad de variables y porque, entre otras cosas, "una cosa es el Líbano y otra Hezbolá". "Hezbolá es una facción del Líbano, lugar donde hay chiitas, sunitas y maronitas. El Líbano es el 100%, pero Hezbolá representa un 20% de la población, es una minoría". Así, señala, "hay actores que apoyarán a Hezbolá y otros que apoyarán a Líbano".
Nuevo ataque de Irán y vuelco al tablero
El ataque de Irán volvió a cambiar el marco geopolítico y rápidamente y los líderes del G7 -Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Japón y Reino Unido- se reunieron de urgencia y expresaron su "firme condena al ataque iraní contra Israel", acordando trabajar para "favorecer una reducción de las tensiones regionales" con la aplicación de varias resoluciones de la ONU. La pregunta del millón es qué puede hacer la comunidad inernacional para rebajar la tensión e intentar frenar el conflicto y qué ocurre con las llamadas "leyes de la guerra".
En el G7, "se expresó una gran preocupación por la escalada de las últimas horas, se reiteró que un conflicto en toda la región no beneficia a nadie y que aún es posible una solución diplomática". Según explica Gutiérrez, las Naciones Unidas y EEUU tienen mecanismos como los embargos o las sanciones, pero el problema reside en que "En el G7, "se expresó una gran preocupación por la escalada de las últimas horas, se reiteró que un conflicto en toda la región no beneficia a nadie y que aún es posible una solución diplomática".
¿Cómo puede actuar la comunidad internacional?
Según explica Gutiérrez, las Naciones Unidas y EEUU tienen mecanismos como los embargos o las sanciones, pero el problema reside en que "el último que lo autoriza es el Consejo de Seguridad". Durante la reunión de esta semana, Rusia aseguró que vetaría cualquier tipo de embargo contra Irán, mientras que EEUU aseguró que haría lo mismo en el caso de Israel. "Desafortunadamente, por los distintos intereses al tratarse de alizanzas comerciales o militares, nadie quiere perder sus lazos en Irán o el Golfo Pérsico, por ejemplo". "Ahora mismo, los mecanismos de los que disponen las Naciones Unidas está estancados", añade.
Otra de las herramientas son los medios diplomáticos bilaterales. Washington puede reunirse con Israel y Rusia con Irán para tratar de "contener la escalada" pero, en cualquier caso, teniendo en cuenta cómo han sido los recientes ataques que no han producido víctimas mortales, haciendo alusión a el intercambio entre Irán e Israel y dejando a un lado lo que ocurre en Gaza, "la única esperanza que queda es que la escalada no tendría que aumentar en ese supuesto".
A día de hoy es "complicado" aplicar las "leyes de la guerra" porque estas se crearon para actuar cuando el conflicto se da entre dos estados que distinguen entre combatienes y no combatientes.
"Los ataque estaban muy bien medidos, como ocurrió en abril, Irán quería que fuese muy vistosos, pero que no superasen los sistemas de defensa antiaéreos de Israel. Saben a partir de qué nivel los superarían. Aún no se sabe cómo será la respuesta israelí, pero si es como la de hace unos meses, fueron ataques quirúrgicos que tampoco produjeron víctimas mortales", continúa la experta. "Si mantienen este patrón de conducta, no tendría que haber una escalada a un nivel mayor", añade.
De esta manera, una confrontación frontal entre Israel e Irán no parece a priori que tuviese nada que ver con el caso de Gaza y Líbano porque son dos estados, "ahí la comunidad internacional podría tomar algún tipo de decisión, sería un escenario totalmente diferente". "Ni a Israel ni Irán tienen interés directo en ello, tampoco tienen una frontera directa entre ambos", añade la doctora.
Las "leyes de la guerra"
En el escenario actual en guerra -el que implica a Israel y Palestina- también entrarían en juego las denominadas "leyes de la guerra". A día de hoy es "complicado" aplicarlas por varios motivos. El primero, porque estas se crearon para actuar cuando el conflicto se da entre dos estados, entre dos ejércitos regulares. "Funcionan cuando se trata de insurgencias clásicas tipo guerra de guerrillas o terrorismo y distingue entre civiles y combatientes", explica Gutiérrez.
"El problema con grupos como Hamás o Hezbolá es que son 'nuevos'", en relación al derecho internacional humanitario. Aunque este derecho está "vivo y se revisa y reestructura", data de los años 70 y "estos grupos terroristas surgen después" y "no distinguen entre civiles y combatientes".
"Cuando se aplican las 'leyes d ela guerra' se diferencia entre combatientes y no combatientes y la ideología de la yihad no lo hace. Para los terroristas, todo 'buen musulmán' tiene el derecho y está moralmente obligado a defender el islam", continúa la experta. "Hay un desajuste entre el derecho internacional humanitario y estos nuevos grupos que hace que sea muy complicado aplicar las citadas 'leyes'", añade.
Asimismo, este derecho protege lugares como escuelas, mezquitas o lugares de culto religioso, hospitales... pero con la nueva forma de actuar de algunos grupos, "estos lugares se están utilizando con fines militares". "Usan mezquitas para guardar armas, hospitales para montar centros de mando y control, escuelas para albergar la boca de un túnel ofensivo donde secuestran a rehenes... Para eso, el derecho internacional humanitario no tiene respuesta, es un fenómeno que hace 50 años no existía", concluye.
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