El primer ministro británico, Boris Johnson, ha puesto en preaviso a cuatro barcos de la Marina Real británica (Royal Navy) para detener a barcos pesqueros europeos que invadan aguas británicas en caso de que finalmente fracasen las negociaciones entre Reino Unido y Europa y se produzca un Brexit duro.
Las autoridades británicas confirmaron este pasado viernes por la noche que la Royal Navy está lista para desplegar en alta mar sus cuatro buques River Class, de 80 metros de eslora, para impedir la entrada de barcos pesqueros franceses y de otros países europeos que lleguen ilegalmente a aguas británicas en el Canal de la Mancha.
Estos buques, dotados con ametralladoras, serían desplegados a partir del 1 de enero con el objetivo de vigilar la Zona Económica Exclusiva (ZEE) del Reino Unido, que se extiende desde la costa hasta 200 millas náuticas (370,4 km). Según los planes del Gobierno británico, dos de estos cuatro barcos de guerra permanecerán en el mar y otros dos estarán atracados por si fuera necesario desplegarlos en cualquier momento.
La pesca, punto caliente de la negociación
La pesca es uno de los puntos calientes de la negociación entre Reino Unido y Bruselas. El motivo: Europa acapara el 60% de la pesca que se realiza en aguas británicas y por tanto se muestra reacia a tener que disminuir este porcentaje. En este sentido, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ya advirtió que no está dispuesto a ceder. Del mismo modo, Boris Johnson señaló recientemente su intensión de "recuperar el control" de las aguas británicas para alcanzar un acuerdo.
Según un informe sobre el Brexit redactado en 2017, Francia suma cerca del 30% del valor generado por la flota europea en aguas británicas, seguido de Países Bajos, Irlanda y Dinamarca.
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