Mhairi Black, del Partido Nacional Escocés, se ha convertido este viernes en la diputada más joven de Reino Unido en los últimos 350 años tras derrotar en las elecciones al aspirante a ministro del Tesoro y jefe de la campaña de los laboristas, Douglas Alexander.
Black, de 20 años de edad y que presentó su candidatura a la circunscripción de Paisley y Renfrewshire Sur, en las afueras de Glasgow, se convertirá en la diputada más joven en el Parlamento británico desde 1667 cuando tome posesión de su escaño tras obtener 23.548 votos, casi 5.600 más que los laboristas, que controlaban hasta ahora la circunscripción. El sistema electoral británico, por el cual se elige a un solo diputado por distrito y se descarta al resto de candidatos, propició que Alexander, que ocupó diversas carteras ministeriales con los primeros ministros Tony Blair y Gordon Brown, haya perdido su puesto como parlamentario.
"La gente no está interesada en factores estéticos como la edad y el género, sino en la calidad de los argumentos, y creo que el SNP está probando esta noche que hemos ofrecido esos argumentos de calidad", ha manifestado Black.
"Lo que está ocurriendo en Escocia es resultado de las torpes maneras de Cameron el día después del referéndum", ha dicho Salmond
La caída del laborismo en Escocia, donde el partido quedará prácticamente barrido por el auge del SNP, quedó reflejada asimismo en la derrota del líder de la formación en la región, Jim Murphy, que cedió su escaño a la candidata independentista por Renfrewshire East, Kirsten Oswald.
Alex Salmond, antiguo ministro principal escocés y previsiblemente diputado británico por la circunscripción de Gordon, ha afirmado por su parte que Escocia ha vivido en la noche electoral un "tsunami electoral". "No puede haber Gobierno en Westminster, bajo ninguna composición, que pueda ignorar lo que está pasando en Escocia", ha señalado Salmond.
El nacionalista subrayó que el auge del SNP se ha producido a raíz del referéndum sobre la independencia que se celebró el pasado mes de septiembre, en el que los partidarios de la unión con el Reino Unido ganaron con un 55 de los votos. "Parte de lo que está ocurriendo en Escocia es resultado de las maneras torpes y arrogantes que demostró el primer ministro (David Cameron) el día después del referéndum", ha zanjado al respecto.
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