El de Maxim Kuzminov es uno de esos nombres que componen los capítulos destacados en la propaganda de una guerra. “Héroe” para Kiev, después de desertar de las filas rusas el pasado mes de agosto a bordo de su helicóptero Mi-8 y aterrizar de forma voluntaria en Ucrania, en un episodio que dio pie a ingentes informaciones y hasta un documental; “traidor” para Moscú, al que se intenta denostar bajo una imagen asociada al alcoholismo y la decadencia. Lo cierto es que su hazaña fue uno de los actos personales más destacados desde la invasión militar lanzada por Vladimir Putin sobre el país gobernado por Volodimir Zelenski, y que ambos gobiernos activaron toda su maquinaria para aproximar el relato a sus intereses.
Una historia de lucha y deserción que parece escribir sus últimas líneas en España. “Puedo confirmar el hecho de su muerte”, manifestó, conciso, Andrí Yusov, portavoz de la inteligencia militar ucraniana (GUR), sin aportar más detalles sobre el deceso. No obstante, los indicios sugieren que el hombre hallado muerto hace una semana en La Villajoyosa (Alicante), inicialmente atribuido a un ajuste de cuentas, es, en realidad, Maxim Kuzminov; un cuerpo tiroteado en la puerta de un garaje y arrollado por un vehículo.
“Los traidores pagan sus deudas”, proclaman en canales pro-Putin al compartir la noticia. Porque las acusaciones de “traición”, en Rusia, se pagan a menudo con la vida; en muchas ocasiones, envueltas en un halo de misterio y bajo extrañas circunstancias, pero siempre con un denominador común: la muerte y la consiguiente retahíla de mensajes en redes sociales y foros donde, de un modo u otro, también se libra la guerra, tratando de alterar la concepción de la opinión pública sobre el conflicto.
Los canales afines a Rusia jalean la muerte de Maxim Kuzminov, alimentan un relato interesado de los hechos y lanzan una advertencia a todo aquel que se atreva a alzar la voz contra la voz oficial del Kremlin sobre la guerra de Ucrania: no hay rincón en el mundo que ofrezca un cobijo seguro a desertores u opositores incómodos.
Pero, ¿quién es Maxim Kuzminov? Aunque su historia no se conoció hasta el pasado mes de septiembre, lo cierto es que la operación militar que lo encumbró como un héroe para Ucrania arrancó medio año antes. Soldado ruso, especialista en el manejo de helicópteros, contactó a través de un canal subrepticio con autoridades próximas a las fuerzas armadas de Zelenski. Desencantado por el rumbo de la guerra y el puño de hierro de Putin, manifestaba su intención de desertar.
La extracción
Pero el de Kuzminov era un perfil particularmente interesante como para articular una misión sencilla de extracción. La cúpula militar ucraniana se inspiró entonces en la Operación Diamante, de 1966, cuando Israel logró atraer a un piloto iraquí a bordo de un caza de combate Mig-21. Un golpe total: obtención de información tecnológica y una historia digna de Hollywood que minaba la moral del ejército enemigo.
Durante seis meses, la cúpula militar ucraniana y Maxim Kuzminov pulieron los detalles de su deserción. Tras analizar diversas oportunidades, fijaron el mes de agosto como la época propicia para la extracción. Aprovecharon una misión de traslado de piezas de repuesto militares para que el piloto ruso, despegando desde Kursk, salvase los 20 kilómetros que le separaban desde Ucrania y aterrizase entre sus líneas, siempre bajo el fuego real de las tropas rusas. Al aterrizar, las tropas de élite ucranianas abatieron a los dos militares rusos que acompañaban a Kuzminov a bordo del helicóptero.
A partir de entonces, el destino de Maxim Kuzminov ha sido objeto de debates y especulaciones. Lo cierto es que el Gobierno de Zelenski le ofreció una cuantiosa recompensa económica y la posibilidad de obtener su nacionalidad. Un mensaje difundido a los cuatro vientos para que actuase como un efecto llamada ante otros posibles desertores de las fuerzas armadas rusas. El piloto del helicóptero fue protagonista de un documental donde se relataba su hazaña. Desde ese momento, poco más se ha sabido sobre si figura.
Un cadáver en Alicante
Su nombre, no obstante, ha vuelto a salir a la luz estos días; ahora relacionado con La Villajoyosa, en Alicante. Anton Gerashchenko, exviceministro del Interior de Ucrania y exasesor del Gobierno de Volodimir Zelenski, detalla en un post cómo se dio a conocer la muerte de Kuzminov: “La agencia estatal rusa TASS informó, citando a los ‘medios españoles’, que el piloto de helicóptero ruso Maxim Kuzminov, que desertó a Ucrania con su Mi-8 en agosto pasado, fue asesinado a tiros en España. Los ‘medios españoles’ resultaron ser un canal ruso de Telegram que se hacía pasar por una publicación extranjera”.
Según detalla, la noticia fue inmediatamente difundida por blogueros prorrusos. En su publicación, TASS hace referencia a la edición valenciana de Eureka News: “Se trata de un canal de Telegram que, a su vez, afirma, citando ‘fuentes de la Guardia Civil española’, que Kuzminov tenía problemas con el alcohol y las drogas. La publicación de Eureka News ahora ha sido eliminada”, apunta Gerashchenko.
Siempre siguiendo su relato, Eureka News es un canal falso del bloguero ruso "Z" y exempleado del Ministerio de Defensa ruso Mikhail Zvinchuk, autor del canal Rybar. También detalla la difusión de la información por el portal en italiano Il Corrispondente: “Lo mencionan tanto los propagandistas rusos como el propio canal falso Eureka News. Los autores del portal utilizan el lenguaje de la propaganda rusa, llaman a Kuzminov ‘traidor’ y afirman que secuestró un helicóptero y mató a sus compañeros soldados para obtener una recompensa”.
Lo cierto es que por el momento no hay una confirmación oficial de que el cadáver hallado en La Villajoyosa atienda a la identidad de Maxim Kuzminov, si bien es cierto que la Guardia Civil trabaja con la hipótesis de que la documentación localizada junto al cuerpo sea falsa. Y que la inteligencia de Zelenski, sin ofrecer más detalles, ha confirmado la muerte del piloto ruso; el gran héroe de Kiev acusado de "traición" por Rusia que ha caído lejos de las trincheras ucranianas.
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