El Ministerio de Exteriores ruso ha considerado que la autoproclamación de Guaidó como "presidente encargado" de Venezuela y el reconocimiento "inmediato" que ha recibido por parte de varios países, entre ellos Estados Unidos, llega después de que fracasasen otros intentos para derrocar a Maduro, incluido su magnicidio, según la agencia Sputnik.
La nueva vía, en opinión de Moscú, "busca acentuar la división de la sociedad venezolana, provocar un incremento de los enfrentamientos callejeros, una desestabilización cardinal de la situación política y la continua escalada del conflicto".
En este sentido, ha señalado que el establecimiento de la "dualidad de poderes" y la constitución de un "centro alternativo de toma de decisiones" representa "el camino directo hacia el caos y la destrucción de las bases del Estado venezolano".
El viceministro de Exteriores ruso, Sergei Riabkov, ha advertido en una entrevista recogida también por medios oficiales en contra de una hipotética intervención militar en Venezuela, en la medida en que supondría "un escenario catastrófico". Así, y ante la posibilidad de que haya quien intente "echar leña al fuego", ha abogado por facilitar el diálogo y ha aclarado que Moscú mantendrá a Maduro como único socio.
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