Los jefes de Estado y de Gobierno del G7 decidieron este lunes no participar más con Rusia en reuniones del formato G8 hasta que Moscú "cambie su rumbo" y el clima vuelva a ser el adecuado, según recoge Efe.
"Suspenderemos nuestra participación en el G8 hasta que Rusia cambie el rumbo y el clima vuelva a ser uno en el que el G8 pueda mantener una discusión significativa", declararon los líderes en un comunicado, en el que también confirmaron la suspensión de la cumbre del G8 en la ciudad rusa de Sochi en junio. "Nos reuniremos de nuevo en formato G7 en el mismo momento planeado, en junio de 2014, en Bruselas, para discutir la amplia agenda que tenemos juntos", declararon los líderes de Francia, Reino Unido, Italia, Alemania, EEUU, Canadá y Japón.
El G7, convocado por el presidente de EEUU, Barack Obama, al margen de la Cumbre de Seguridad Nuclear para tratar de adoptar una posición común frente a Rusia tras la anexión por parte de Moscú de la región autónoma ucraniana de Crimea, abogó también por suspender otras reuniones previstas con Rusia.
En concreto, se refirieron a la reunión de ministros de Exteriores del Grupo prevista para abril en Moscú -bajo la actual presidencia rusa del G8-, y apuntaron que han acordado que sus ministros de Energía "se reunirán para discutir maneras de reforzar nuestra seguridad energética colectiva".
Recordaron que el G8 se reunía por sus "creencias y responsabilidades compartidas", y señalaron que "las acciones de Rusia en las últimas semanas no son consistentes con ellas".
Los líderes también "reafirmaron su apoyo por la soberanía, integridad territorial e independencia de Ucrania". "La ley internacional prohíbe la adquisición de parte o la totalidad del territorio de otro estado a través de la coacción o la fuerza", declararon, y subrayaron que tal supuesto viola el sistema internacional.
En ese contexto, condenaron el "referendo ilegal" celebrado en Crimea en contra de la Constitución ucraniana, y condenaron "enérgicamente" el "intento ilegal de Rusia de anexionarse Crimea" dejando claro que "no reconocen" ninguno de esos dos episodios. "Reafirmamos que las acciones de Rusia tendrán consecuencias significativas", enfatizaron, y añadieron que "esta clara violación de la ley internacional es un grave desafío al estado de derecho en todo el mundo y debería ser motivo de preocupación para todas las naciones".
En esa línea, apuntaron que de forma individual o colectiva han adoptado sanciones contra Rusia y aquellas personas o entidades responsables, y señalaron que "estamos dispuestos a intensificar las acciones incluyendo sanciones sectoriales que tendrán un impacto cada vez más significativo en la economía rusa", en el caso de que Moscú "continúe la escalada" de tensión.
Por ello, animaron a Moscú a seguir la vía diplomática y a dialogar con Kiev, y mostraron su buena acogida a que Rusia apoye el despliegue de una misión de observación de la OSCE en Ucrania. Igualmente, aseguraron que se mantienen firmes en su apoyo al pueblo ucraniano, y elogiaron la "ambiciosa" agenda de reformas de sus autoridades.
Por último, calificaron de "central" el papel del Fondo Monetario Internacional (FMI) para liderar los esfuerzos internacionales en apoyo de la debilitada economía ucraniana, y confiaron en que esa institución logre pronto un acuerdo con Kiev.