Primero fue conseguir grabar vídeo, allá por los primeros años del siglo XX. Después, viajar al espacio y filmar allí por primera vez en la historia. Ahora, el mundo da un nuevo paso y se ha propuesto grabar la primera película en el espacio.
Rusia es el país que ha decidido adentrarse en esta aventura y aspira a conseguir un nuevo hito en la historia del cine y de la carrera espacial. Este pasado martes, día cinco de octubre, la agencia rusa Roscomos lanzó al espacio la nave Soyuz MS-19, con destino a la Estación Espacial Internacional (ISS). A bordo iba un grupo del todo variopinto: el director de cine Klim Shipenko, la actriz Julia Peresild y el astronauta Anton Shkaplerov.
Viajan al espacio con un objetivo concreto: grabar la película "El desafío", que será el primer largometraje rodado fuera del planeta tierra. Según sus planes, necesitarán estar en la estación solamente 12 días. El largometraje contará la historia de una médico cirujana que tiene que salir del planeta tierra para salvar a un astronauta enfermo y traerlo de vuelta a la tierra. Además, se espera un cameo de algunos de los astronautas que ya se encuentran en la Estación Espacial Internacional. Será la primera vez en la historia que el espacio será real y no un plasma de color verde.
La llegada de toda la tripulación al ISS se retransmitió en directo a través de Canal Uno. En ella se vio a una sonriente y emocionada Julia Peresild, que caminaba entre el comandante Shkaplerov y el cineasta Shipenko. En la base, les esperaban los siete astronautas que ya estaban realizando labores en el espacio, con quienes convivirán las dos semanas que durará la grabación.
El proceso de selección
Viajar al espacio no es una cosa sencilla que pueda hacerse sin previa organización. Todo lo contrario; requiere un largo proceso de selección y de mucho tiempo de preparación. La que lo tuvo más complicado fue la actriz Julia Peresild, ya que es ella la que más movimientos tendrá que realizar sin gravedad. Los requisitos para poder acceder al proceso de selección eran tener entre 25 y 40 años, nacionalidad rusa y un pecho menor de 112 centímetros. Además, debía pesar entre 50 y 70 kilos. Curiosamente, no era necesario ser actriz.
Una vez seleccionada, había que superar una serie de pruebas físicas muy concretas: correr un kilómetro en menos de tres minutos y medio, lanzarse desde un trampolín de tres metros con una buena técnica, y ser capaz de nadar 800 metros estilo mariposa en veinte minutos.
La última de las fases para la selección de la actriz que grabaría en el espacio, a la que solo llegaron 20 mujeres de las 3.000 que se presentaron inicialmente, eran unos exámenes médicos y psicológicos y, por sorprendente que parezca, recitar un poema de Aleksandr Pushkin. Junto con el director, el astronauta y varios suplentes, pasaron por varios meses de duros entrenamientos que les capacitaron para poder realizar este viaje.
Adelanto a la NASA
Con este lanzamiento, la agencia rusa espacial se ha adelantado a la NASA, que tenía desde hace tiempo planes para grabar en el espacio por primera vez. Junto a la compañía del millonario Elon Musk, Space X, querían rodar una película en el cosmos con Tom Cruise.
La agencia rusa espacial se ha adelantado a la NASA, que tenía desde hace tiempo planes para grabar en el espacio por primera vez.
Los productores de este proyecto ruso, Canal Uno y Roscosmos, anunciaron los planes de grabación en septiembre de 2020, cuatro meses después de que lo hiciera la NASA. Desde que lo hicieron público, el país europeo ha puesto todos sus esfuerzos por adelantarse a Estados Unidos. Supone para ellos un logro especialmente importante, después de varias "derrotas" contra el país americano, como la del viaje privado del fundador de Amazon, Jeff Bezos, o la de la pérdida del monopolio de los viajes a la estación orbital.
Tan solo un año después del anuncio, y con mucha publicidad a sus espaldas, Roscosmos y Canal Uno han conseguido romperles los planes originales de grabar en el espacio a la famosa agencia espacial americana, con la que tienen rivalidad desde hace décadas. En su momento, Rusia se llevó el tanto de enviar al espacio el primer satélite, el primer perro y el primer hombre; por su parte, Estados Unidos consiguió pisar por primera vez la luna. Una carrera espacial que (claramente) todavía no ha terminado.
Los viajes espaciales
Viajar al espacio con “normalidad” es un sueño cada vez más cercano. Hace tan solo unas semanas Jeff Bezos, el fundador de Amazon se montó en un cohete y durante once minutos estuvo viajando por el espacio. La carrera espacial entre Rusia y Estados Unidos continúa, esta vez por ver quién es el que antes consigue consolidar el mercado del turismo espacial, un nicho con un potencial económico de unos 10.000 millones de euros.
El empresario y magnate Elon Musk, director general de SpaceX, se había puesto como fecha objetivo para convertir el turismo espacial en algo real finales del 2021 y los primeros meses de 2022. De hecho, el pasado 15 de septiembre despegó desde el Centro Espacial Kennedy el primer cohete con tripulación totalmente privada.
Pero son muchas las compañías que ya tienen prototipos, protocolos y viajes diseñados, con el objetivo de acercar esa ilusión de conocer el espacio. En Estados Unidos son cinco las compañías que más fuerte están apostando por este nuevo tipo de turismo: Virgin Galactic, Blue Origin, la citada SpaceX, Axiom y Space Perspective. Además, la empresa Orbital Assembly tiene planes de construir el primer hotel espacial en 2027.
Por su parte, Rusia, que se adelantó en este punto a la NASA, lleva dos décadas ofreciendo subir a la Estación Espacial Internacional por 30 millones de dólares, aunque nunca lo han hecho con tripulación del todo privada. Esta experiencia ya la han disfrutado ocho millonarios.
Si la ciencia (y la inversión) continúan a este ritmo, es probable que el turismo espacial esté mucho más cerca de lo que nos pensamos.
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