Hace casi 50 años -48 para ser exactos- que el Sáhara Occidental dejó de ser la provincia número 53 de España, y su incierto futuro y el de sus gentes continúa siendo una espina para el territorio. Desde entonces, y poco a poco, los saharauis han ido quedándose sin aliados y sin apoyo internacional, salvo uno de sus principales valedores, Argelia, enemigo de Marruecos. Actualmente, independientemente de la pretensión que pueda haber, y según la Organización de las Naciones Unidas, el Sáhara es un territorio no autónomo con su potencia administradora considerándose exenta de cualquier responsabilidad.
En 1976, tras una negociación para una retirada "elegante", el Gobierno español abandonó a su suerte a su colonia africana, al mismo tiempo que un grueso de civiles y algunos militares marroquíes cruzaban la frontera para perpetrar su invasión del territorio. 46 años más tarde, nuevamente España consolidó su traición al Sáhara Occidental, cuando el Gobierno socialista, presidido por Pedro Sánchez, se plegó ante las pretensiones marroquíes y reconoció la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental: "España considera que la iniciativa de autonomía es la base más seria, realista y creíble para la resolución de este diferendo".
España no ha sido el único país en dar la espalda al pueblo saharaui -algo que hizo en 2022-, varios países de Unión Africana -como Senegal o Costa de Marfil- apoyan la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental; también, en Oriente Medio los llamados países del Golfo e Israel, quien se posicionó a favor del país norteafricano en julio de 2023. Individualmente, Estados Unidos, El Salvador y Guatemala en América y España, Bélgica, Alemania, y recientemente Francia, en Europa. En julio de este mismo año, Macron se rindió ante Mohammed VI y apoyó la soberanía de Marruecos sobre su vecino del sur.
En pos del Sáhara Occidental y su pueblo sólo hay dos países, Argelia y Sudáfrica. El primero ya hizo recordar a España su firme compromiso los saharauis cuando, tras la carta de Sánchez al monarca marroquí, realizó un bloqueo comercial -provocando un roto millonario- contra España al mismo tiempo que disminuyó el suministro de gas que llega a nuestro país; ya que el viaducto que provee de este combustible cruza Argelia antes de llegar a suelo europeo. De los 193 estados existentes -reconocidos por la ONU- sólo dos reconocen el derecho de autodeterminación del Sáhara Occidental mientras que 17 reconocen la soberanía de Marruecos sobre el territorio no autónomo. La esperanza para el pueblo saharaui es, ahora, que más países se unan a los dos que ya lo hacen y reconozcan su soberanía, algo muy poco probable, o que el resto de estados que no han marcado su posición se mantengan en la misma posición que la ONU, el status quo actual, dando margen de maniobra al Frente Polisario, única autoridad reconocida entre el pueblo saharaui.
Francia se rinde ante Mohamed VI
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció a finales de julio que reconocía la soberanía marroquí sobre el territorio del Sáhara Occidental como "única base para lograr una solución política justa", es por eso que París "tiene la intención de actuar de acuerdo con esta posición tanto a nivel nacional como internacional".
Lo confirmó la la Casa Real alauí, quien señaló que Macron se dirigió al monarca Mohamed VI en una misiva -tal y como lo hizo Pedro Sánchez- en la que ha defendía que considera que "el presente y el futuro del Sáhara Occidental se enmarcan en la soberanía marroquí". El presidente galo lo hizo en una fecha clave para Marruecos, y es que el 30 de julio se conmemoró el Día el Trono, aniversario del ascenso al trono del monarca alauí y que este año era el 25 aniversario.
"Nuestro apoyo al plan de autonomía propuesto por Marruecos en 2007 es claro y constante", afirmaba el francés para justo después afirmar que el objetivo es una solución "duradera y negociada conforme a las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas".
"Hoy día, emerge un consenso internacional cada vez más amplio" aclaró Macron sobre el plan de autonomía marroquí. "Ha llegado el momento de avanzar. Por lo tanto, animo a todas las partes a reunirse con vistas a un arreglo político, que está al alcance de la mano", recoge la misiva enviada al Rey Mohamed VI.
Acto seguido, al igual que ocurrió con España, Argelia tomó represalias. El Gobierno argelino anunció ese mismo día la retirada "con efecto inmediato" de su embajador en Francia, Said Musi, al mismo tiempo que rebajaba las relaciones diplomáticas al nivel de encargado de negocios. El Ministerio de Exteriores de Argelia indicó en un comunicado que con esa decisión, el Gobierno francés "desacata la legalidad internacional" y asume "la negación del derecho del pueblo saharaui a su propia autodeterminación". De igual modo, señaló la cancillería argelina, que Francia "se aparta de todos los esfuerzos perseverantes realizados por Naciones Unidas para terminar con la descolonización y manifiesta una abdicación de sus responsabilidades particulares como miembro permanente del Consejo de Seguridad".
Otro país europeo que -recientemente- ha aceptado la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental es Finlandia. La titular de Exteriores, Elina Valtonen, se reunió el pasado seis de agosto con el canciller de Marruecos en Helsinki, Naser Burita, para trasladarle, entre otras cosas, que el país nórdico "considera que el plan de autonomía presentado en 2007 es una contribución seria y creíble al proceso político dirigido por la ONU y una buena base para una solución acordada entre las partes". Es significativo que Finlandia haya dado este paso en pos del Reino alauí, ya que los países nórdicos tienen fama de mantener cierta neutralidad en asuntos de esta índole.
El Sáhara pisoteado
Son constantes las humillaciones sufridas por el Sáhara Occidental venidas desde Marruecos. La tierra que el pueblo saharaui tiene a su disposición no es más que desierto -20% del territorio-, a falta de una pequeña área con acceso al mar en Cabo Blanco y donde cuentan con un pequeño puesto fronterizo que les conecta con su vecino del sur, Mauritania. Los campos de refugiados, donde vive la población saharaui en su mayoría, no se encuentran ni en su lado de la frontera del territorio no autónomo, los cinco existentes -El Aaiún, Auserd, Esmara, Bojador y Dajla- se sitúan en Tindouf, Argelia. Estos asentamientos fueron fundados por el Frente Polisario cuando comenzó el conflicto del Sahara Occidental; sus habitantes son saharauis de la RASD, la República Árabe Saharaui Democrática.
La Unión Europea tenía un acuerdo de pesca con Marruecos para permitir buques pesqueros de países pertenecientes a la unión faenar en las aguas del Sáhara. Pero en 2023, la justicia europea anuló dicho acuerdo de pesca, porque las instituciones comunitarias no habían contado con la aprobación del Frente Polisario, a quien el Derecho Internacional le reconoce la representación del pueblo saharaui. A partir de este momento la renovación de este acuerdo depende de un veto o no de las autoridades saharauis haciendo de la renovación algo casi imposible.
También en el mar, la Marina de Marruecos ha anunciado que realizará ejercicios de tiro en la costa saharaui desde el 1 de septiembre hasta el 31 de diciembre. Los buques de guerra marroquíes realizarán estas maniobras en las aguas del Atlántico frente a la costa del Sáhara Occidental y a altura de su capital, El Aaiún. No es la primera vez que la Marina del Reino alauí realiza maniobras frente al Sáhara -para reafirmar su dominio sobre el territorio no autónomo en el norte de África, la Marina marroquí ya efectuó maniobras del estilo entre el 29 de marzo y el 28 de junio, y no solo frente a las costas saharauis, también cerca de las islas Canarias, algo que levantado la preocupación de los ejecutivos regional y nacional españoles, a frente a las costas del Sáhara Occidental y cerca de las de Canarias, lo que levantó preocupación en el gobierno insular. Esta vez el Ejecutivo español "no aprecia motivos de preocupación", aunque dice que llevará a cabo "el seguimiento habitual".
Antecedentes
Este episodio sale a la luz un 6 de noviembre de 1975, cuando los españoles comienzan su jornada con la noticia de que Marruecos había puesto en marcha la 'invasión pacífica' de su última colonia: el Sáhara Occidental. El año anterior en el Gobierno español se decidió la celebración de un referéndum de autodeterminación liderado por la Organización de Naciones Unidas. El censo de la población local se había completado, y todos los detalles estaban ultimados, solo restaba la fecha para la votación. Pese a que el pueblo saharaui veía su independencia próxima, las maniobras diplomáticas de Marruecos, siempre buscando anexionarse el territorio español, y las acciones terroristas del recién creado Frente Polisario lo retrasaban.
Realmente, el inicio de este conflicto -al margen de la propia voluntad de un pueblo colonizado que quiere ser soberano- se remonta al 14 de diciembre de 1970 con la resolución 2711 de las Naciones Unidas en la que se aprobaba la determinación de un referéndum de autodeterminación en Sáhara español.
Al principio España se negó a perder su última colonia, sobre todo porque el régimen del dictador Francisco Franco estaba en un momento delicado y un movimiento así podía suponer un mayor debilitamiento político. El cambio de opinión del Ejecutivo español se produjo en mayo de 1973 con la entrada de un nuevo actor al escenario, el Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro, o como se le conoce popularmente, el Frente Polisario.
El Frente Polisario presionaba a la metrópoli dentro y fuera del Sáhara español; la comunidad internacional, con los procesos de descolonización terminando, no veía con buenos ojos la negativa española de prohibir el referéndum de autodeterminación. Al mismo tiempo, el Frente Polisario se instalaba en vecina Argelia, en Tinduf.
Mientras tanto, en el norte, el Rey Hassan II ponía en marcha un plan para acallar a su descontenta población. Con varias ida y venidas, el monarca alauí trataba de tensar el conflicto al mismo tiempo que se internacionalizaba antes de poner en marcha su confabulación. Finalmente, el 6 de noviembre de 1975, una marcha pacífica de hombres adultos y desarmados entraba -caminando- en el todavía Sáhara español. A estos civiles se unieron 25.000 soldados de las Fuerzas Armadas Real de Marruecos, unos 75.000 hombres invadieron la colonia española en lo que se llamaría la Marcha Verde.
Pero no fue hasta el 26 de febrero de 1976 cuando el Gobierno español dio por terminada -de forma definitiva- su etapa como metrópoli del Sáhara. El ya jefe del Estado, el Rey Juan Carlos I cesó «su participación en la administración temporal que se estableció para el mismo» y de esta forma y antes las Naciones Unidas, España se desentendía del Sáhara dejando el proceso de descolonización fuera de sus manos.
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