Segunda vuelta en las elecciones legislativas en Francia. Este domingo, 7 de julio, el país galo hace alarde de su distintivo sistema electoral. Los colegios abren para que los 49,5 millones de ciudadanos convocados a las urnas elijan a su nuevo gobierno. La primera vuelta concluyó con un resultado inesperado, sobre todo para el actual presidente, Emmanuel Macron, cuya formación fue castigada y relegada a una tercera posición siendo superada por la extrema derecha del lepenismo. Un contexto que pone en peligro el legado de su presidencia.
Las elecciones tienen lugar, además, por un adelanto electoral convocado por el inquilino del Elíseo -las anteriores fueron hace dos años- tras los resultados de las elecciones europeas del pasado 9 de junio, por lo que son de suma importancia. En ellas, la coalición centrista liderada por Macron también perdió frente a Agrupación Nacional (RN), por lo que llamó a una "manifestación amplia, claramente democrática y republicana" de cara a la segunda ronda para impedir la victoria de Le Pen.
Resultados de la primera vuelta de las elecciones en Francia
La primera vuelta de las elecciones a la Asamblea francesa confirmó la victoria de la Agrupación Nacional con un 29,25% de los votos -junto a sus aliados de la Unión de la Extrema Derecha (UXD), alcanzó el 33,15%-, mostrando la pérdida de confianza del electorado en la propuesta del presidente Macron. ENS Ensemble quedó tercero, con el 20,04% de los sufragios.
El Nuevo Frente Popular (NFP), la alianza de izquierdas de la Francia Insumisa, el Partido Socialista, los ecologistas y el Partido Comunista ocupó el segundo lugar, con el 27,99% de los apoyos.
Así, los ciudadanos dieron un vuelco al incierto escenario político que, finalmente, se resolverá este domingo.
Cómo funciona el sistema electoral en Francia
Desde el año 1986, la Asamblea Nacional cuenta con 577 representantes -la mayoría se sitúa en los 289 escaños-, que son elegidos por sufragio universal directo para un periodo de cinco años.
El sistema electoral es característico en el país vecino, ya que, tanto en sus elecciones presidenciales como en las legislativas -las actuales-, se celebran dos vueltas. En las primeras, durante la segunda ronda se elige entre los dos candidatos más votados. En las del Poder legislativo, se elige a 577 diputados o parlamentarios que forman la Asamblea Nacional, cada uno elegido por una circunscripción -como ocurre en Reino Unido-.
Se trata de un sistema uninominal y en la segunda vuelta se puede votar a las candidaturas que lograron, al menos, el 12,5% de los apoyos el pasado 30 de junio.
En total, las circunscripciones de Francia y de ultramar aportan 566 diputados y otros 11 son representantes de los franceses residentes en el extranjero.
De hecho, con los resultados obtenidos en la primera vuelta, ya se han repartido algunos escaños. RN ya cuenta con 37 asientos, NFP con 32 y la coalición de Macron quedaría con dos diputados.
A día de hoy, los partidos aliados del presidente francés cuentan con mayoría simple en la Asamblea Nacional y, teniendo en cuenta la resolución de las elecciones europeas y la primera vuelta de las legislativas, parece complicado que puedan ampliar su margen de maniobra.
¿Por qué se retiran candidatos de cara a la segunda vuelta?
En este caso concreto, más de 200 candidatos, sobre todo de la izquierda y del macronismo, se retiraron de la segunda vuelta. ¿Por qué? Para evitar la dispersión del voto y complicar una mayoría absoluta, en esta ocasión, de la derecha radical de Le Pen, a la que han instado a combatir.
Fracaso del centrismo
Una de las cuestiones clave es cómo, pese a que ya se plasmó el avance del populismo en 2022, ha fracasado el proyecto centrista de Macron. Con el objetivo de recuperar la mayoría absoluta que perdió en las anteriores legislativas, el presidente adelantó unos comicios en los que podría perder mucho.
Su experimento ha fracasado y el centrismo parece no haber convencido a los electores. Una de las principales críticas caería en la idea de que la estructura de su partido es demasiado presidencialista, incluso en Francia. Además, el propio presidente ha sido catalogado como elitista o distante.
Los votantes castigan a Macron. Se sienten abandonados, especialmente, la Francia rural y los chalecos amarillos, que ya dieron un toque de atención al mandatario.
Respecto al apoyo recabado por Le Pen, uno de los motivos que lo podría haber impulsado es que, pese a que sigue firme en su política sobre inmigración, ha suavizado su discurso en general y en aspectos tan destacados como euroesceptismo del 'Frexit' -salida de Francia de la Unión Europea- que ha defendido hasta ahora. También gracias, en parte, a quien ejercería de primer ministro, Jordan Bardella, de solo 28 años, edad que juega a su favor pero también en su contra.
Por ello, parece que, lejos de apoyar la postura de Le Pen, los votantes castigan a Macron. Se sienten abandonados, especialmente, la Francia rural -para entenderlo a la perfección siempre es bueno ver 'The Uncivil War'- y los chalecos amarillos, que ya dieron un toque de atención al mandatario con protestas en las calles.
Qué es la cohabitación
Las elecciones presidenciales en el país vecino están previstas para 2027, calendario que se mantiene por ahora, ya que ahora solo tendrán lugar las legislativas. Así, la pérdida de la mayoría en la Cámara baja no implicaría necesariamente la renuncia de Macron.
Sin embargo, el presidente puede verse forzado a una 'cohabitación', llamada a veces coparticipación, que es la convivencia forzosa entre un presidente y un Gobierno de distinto signo político.
Es el presidente el encargado de escoger al primer ministro y, tradicionalmente, se elige al líder del partido que obtiene la mayoría en la Asamblea Nacional.
En 2022, el presidente de la República esquivó la cohabitación al conseguir los apoyos necesarios para elegir a una primera ministra de su color político, Elisabeth Borne, a la que más tarde sucedería Gabriel Attal. Este último busca su reelección encabezando la coalición Juntos por la República.
Quién tiene el poder en la cohabitación
En este supuesto, en lo que se refiere a política interior, el poder recae en el primer ministro y la Asamblea Nacional, por lo que el presidente queda relegado a un segundo lugar y su capacidad de bloqueo es limitada.
Si se habla de política exterior y materia de defensa, en Francia estos son ámbitos reservados del presidente, pero la Constitución no es demasiado clara.
Si se habla de política exterior y materia de defensa, en Francia estos son ámbitos reservados del presidente, pero la Constitución no es demasiado clara. El jefe de Estado es el único que puede decidir, por ejemplo, sobre el uso de armas nucleares, pero el Gobierno y la Asamblea tienen el control del presupuesto y de la organización de la defensa nacional.
Encuestas sobre las elecciones francesas
La segunda vuelta de las legislativas va a estar más ajustada de lo que preveía la extrema derecha. Los últimos sondeos indican que los radicales se mueven entre los 175 y los 240 diputados, lo que significaría una situación casi imposible para gobernar a Jordan Bardella, ya que solo podría aspirar a contar con el apoyo de Los Republicanos, que se haría con entre 25 y 67 parlamentarios. No obstante, que esta formación se alíe con Le Pen parece inviable tras el cisma interno que provocó la iniciativa.
Los apoyos a la coalición de izquierdas irían de entre los 145 y los 200 escaños. Por lo que, si estos se suman a los del macronismo, de 95 a 140, ambos podrían desbancar a los lepenistas, pero tampoco parece algo sencillo de conseguir.
Con estas cifras, la única posibilidad de mayoría sería una cooperación que vaya de los conservadores hasta la extrema izquierda, y resulta difícil de imaginar.
La incertidumbre acecha al panorama político francés, ya que, aunque parece la única manera de conseguir su objetivo, el presidente ha querido "tranquilizar" a sus electores y garantizarles que "jamás" gobernará con Francia Insumisa, al que hasta hace pocos días ponía al mismo nivel de extremismo que a la ultraderecha.
Las discrepancias también se plasman a la hora de hablar de liderazgos en caso de vencer. Por un lado, los partidos del Nuevo Frente Popular consideran que el primer ministro tendría que ser para uno de los suyos, ya que tendrán, previsiblemente, mayor número de diputados. Por el otro, en el campo macronista se busca hacer valer su actual presencia en el Ejecutivo.
Lo único claro es que, lejos de discutir sobre mandatos, liderazgos y cordones sanitarios, Macron debería reflexionar sobre el férreo mensaje que le han lanzado los votantes.
