La selección de Irán disputó en la noche del martes frente a Senegal su último amistoso antes del Mundial de Qatar. El encuentro, que se disputó en Viena a puerta cerrada, estuvo marcado por las protestas de los jugadores en relación a la muerte de Mahsa Amini, joven iraní que fue arrestada y torturada hasta la muerte por no usar su hijab. A raíz de esa detención, se han registrado numerosas manifestaciones en varias ciudades de Irán, incluida Teherán, en las que numerosas mujeres han arrojado sus velos y se han cortado el pelo en forma de protesta. Por su parte, las autoridades han reprimido con virulencia estas concentraciones, dejando varias decenas de muertos.
Los futbolistas de la selección iraní se sumaron a las protestas de forma simbólica. Ocultaron el escudo durante el himno nacional y algunos integrantes no entonaron el himno. "Estamos aquí para suplicar (a la selección): por favor, que nos apoyen en vez de estar contra nosotros", dijo Mehran Mostaed, uno de los organizadores de la protesta.
Este hecho no se produjo en el pasado encuentro que disputaron contra Uruguay, por lo que muchos consideran este gesto como una señal de apoyo a las protestas que están teniendo lugar en el país.
El gol de los iraníes, sin celebración
Sardar Azmoun, uno de los jugadores de la selección, escribió un mensaje respecto a este conflicto, que más tarde eliminó: "El castigo máximo es ser expulsado de la selección nacional, que es un pequeño precio a pagar incluso por un solo mechón de cabello de una mujer iraní. Nunca será borrado de nuestra conciencia. No tengo miedo de ser expulsado. Qué vergüenza matar a la gente tan fácilmente y larga vida a las mujeres de Irán. Larga vida a las mujeres iraníes". Es más, fue Sardar quien marcó el gol del empate a favor de los iraníes y no lo celebró.
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