Internacional

El servicio secreto marroquí pone en la diana a los hermanos boxeadores de Mohamed VI

El círculo tradicional del Monarca ve amenazada su capacidad de influencia y lanza una campaña mediática para romper su relación con los Azaitar, a quienes se acusa de "intromisión en asuntos de Estado"

Una campaña mediática sacude desde hace meses el reino alauí. Los servicios secretos marroquíes y el antiguo círculo de confianza de Mohamed VI maniobran a través de medios de comunicación oficialistas para apartar al Monarca de Abu Bakr Azaitar, un luchador de artes marciales mixtas de 34 años, y sus hermanos, Ottman y Omar. La creciente influencia de los tres hermanos sobre el rey de Marruecos ha provocado un hecho sin precedentes en el país: por primera vez, la prensa marroquí airea escándalos protagonizados por personas próximas a la Casa Real.

La campaña contra Abu, el también luchador Ottman y Omar (entrenador y mánager de sus hermanos) Azaitar viene de lejos. A principios de mayo de 2021, el digital más destacado de Marruecos, Hespress, publicó un artículo anónimo que recordaba los antecedentes penales de Abu Azaitar, el primer marroquí que fichó por el Ultimate Fighting Championship (UFC), y su largo historial criminal, que incluye robo, extorsión, tráfico de drogas o agresiones. El artículo, publicado originalmente en árabe, se tradujo posteriormente al francés para ser republicado dos días después en dicho digital.

Hespress abrió la caja de los truenos: en los meses siguientes varios medios marroquíes publicaron artículos que denunciaban el pasado criminal del amigo íntimo de Mohamed VI y criticaban la ostentación que realizaban los Azaitar de su lujoso estilo de vida en los momentos más duros de la pandemia o sus intereses comerciales en España cuando Rabat y Madrid atravesaban el grave choque diplomático que provocó la entrada masiva de migrantes en Ceuta en mayo de 2021.

No obstante, el artículo que tuvo más repercusión fue publicado en un medio controlado por Mohamed Khabachi, exdirector de la agencia oficial de noticias MAP, bajo el titular “Abu Azaitar sigue dominando el arte de provocar al pueblo marroquí”. El texto ponía el foco en la continua falta de respeto hacia las leyes por parte de los Azaitar, los altercados que protagonizan en espacios públicos o el incumplimiento de las medidas anticovid que regían hasta hace poco las vidas de sus 38 millones de compatriotas.

Se está produciendo un relevo en su círculo y Fouad Ali El Himma –histórico consejero de Mohamed VI y su mano derecha política- y Abdellatif Hammouchi, director general de Seguridad Nacional, ven peligrar su rol tradicional”

Una 'amistad' perjudicial para la Monarquía

Esta campaña mediática no es, sin embargo, “un ataque al rey. Va dirigida contra los hermanos Azaitar. Es una lucha entre diferentes sectores. Mohamed VI vivía prácticamente en París, pero desde el choque con Francia por el caso Pegasus (el espionaje a Macron del que serían responsables los servicios secretos marroquíes) reside en Rabat y su atención está copada por los hermanos. Se está produciendo un relevo en la camarilla, en quién compone su círculo más cercano. Fouad Ali El Himma –histórico consejero de Mohamed VI y su mano derecha política- y Abdellatif Hammouchi -director general de Seguridad Nacional y cabeza de los servicios secretos- ven peligrar su rol tradicional”, explica a Vozpópuli Marcos Bartolomé, analista especializado en el Magreb.

La estrecha amistad entre Abu Azaitar y Mohamed VI comenzó en 2018, poco después del discreto divorcio del rey de la princesa Laila Salma. El luchador, nacido en 1986 en Colonia (Alemania) en el seno de una familia de emigrantes marroquíes, había entablado amistad con celebridades locales y raperos tras comenzar su carrera en las artes marciales mixtas en 2007. También se relacionó con grupos criminales, aunque poco antes había salido de la cárcel tras cumplir dos años y medio de condena por atacar brutalmente a un hombre de negocios y robarle su Ferrari. En el momento de la agresión tenía 17 años.

Según medios marroquíes, Mohammed VI, impresionado por los éxitos de Abu y Ottman en las artes marciales mixtas (el primero por su fichaje en la UFC y el segundo por ganar el título de peso ligero Brave FC), quería conocer personalmente a los hermanos. Tras aquel encuentro de 2018 los hermanos se convirtieron en habituales en la corte e íntimos del rey, a quien Abu acompañaba en sus viajes de vacaciones a Achakar. Con él se ha dejado ver Mohamed VI en la mezquita Hassan de Casablanca o en el palacio Moulay el Mehdi, una de las residencias favoritas del rey.

Desde su entrada en palacio, los Azaitar, cuya amistad con el rey trascendió oficialmente en Marruecos en abril de 2018 cuando fueron recibidos en el palacio de Rabat, han ido ganando protagonismo y asumiendo funciones oficiales -Abu Azaitar, por ejemplo, fue nombrado presidente de la asociación organizadora de la Marcha Verde, grupo responsable de los actos que anualmente conmemoran la invasión marroquí de la provincia española del Sáhara-. Su influencia sería tal que la escritora Najwa al Malehi, muy popular en Marruecos, publicó una columna de opinión publicada en el diario Goud en la que exigía que “se pusiera fin a la intromisión de Azaitar en asuntos de Estado porque no son de su incumbencia y carece de títulos para hacerlo”.

El último incidente relacionado con los Azaitar tuvo lugar poco después de que Rabat decretase la cancelación de todos los vuelos con destino a Marruecos por la pandemia, cuando Ottman Azaitar esquivó esa medida sanitaria preventiva que afectaba a la inmensa mayoría de los 38 millones de marroquíes, turistas y residentes extranjeros. La noticia encendió a miles de marroquíes bloqueados en el extranjero, que dejaron claro su malestar en las redes sociales.

Otro altercado en un hospital de Rabat, protagonizado en esta ocasión, por Abu Azaitar provocó las primeras críticas por su papel en la Corte como amigo íntimo del rey, críticas que estarían fomentadas por los servicios secretos marroquíes, que rechazan la influencia que ejerce el boxeador sobre el monarca. La reacción de la prensa, a la que los servicios secretos habrían filtrado las imágenes de las cámaras de seguridad, no tiene precedentes.

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