Davutoglu precisó que el avión fue alcanzado a unos 15 kilómetros de la costa siria y cayó en aguas internacionales. Los dos pilotos continúan desaparecidos y el ministro de Exteriores indicó que la búsqueda está siendo "coordinada" con Siria pero en modo alguno es una operación conjunta.
El Ejército sirio argumentó que el avión había atravesado su espacio aéreo y desconocía la procedencia del aparato en el momento de abrir fuego, de acuerdo con las leyes del país, al tratarse de una amenaza no identificada. Frente a la versión turca, Siria asegura que el avión fue interceptado a un kilómetro de distancia de la costa y se estrelló en sus aguas a 10 kilómetros de la provincia de Latakia, según informaron fuentes militares a la agencia oficial de noticias siria, SANA.
Davutoglu reconoció que el avión "violó durante un corto período de tiempo el espacio aéreo sirio, pero no en el momento de ser derribado", y destacó que los pilotos nunca recibieron una advertencia previa al ataque, a pesar de que el avión era perfectamente identificable.
"Siria no mantuvo contacto con las autoridades turcas en ningún momento de la operación desarrollada por el avión derribado", denunció el ministro, quien declaró su intención de presentar el incidente ante la OTAN a lo largo de esta semana y criticó la intoxicación informativa que a su juicio está realizando Damasco.
"Describir a un avión turco como una amenaza es un comportamiento de aficionado o bien directamente malintencionado", declaró Davutoglu, quien no solo se negó a creer las explicaciones de Damasco, sino que acusó al régimen del presidente Bashar al Assad de desarrollar una campaña de "desinformación" en torno al incidente, en declaraciones recogidas por el diario 'Today's Zaman'.
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