La campaña electoral en Alemania ha entrado ya en la recta final con el Partido Socialdemócrata (SPD) liderando los sondeos, tras haber ocupado durante muchas semanas la tercera posición, por detrás de la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU) y de Los Verdes.
Esta noche los tres candidatos se baten en un debate televisivo que muchos ven como la última oportunidad para que Armin Laschet, el candidato de la CDU, el partido de Angela Merkel, y la Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera, recorte distancia frente a los socialdemócratas en los comicios previstos para el día 26.
El candidato del SPD a la cancillería, el ministro de Finanzas Olaf Scholz, ha sacado provecho de los errores de sus competidores, Laschet y la candidata de Los Verdes Annalena Baerbock.
Scholz, aun en tiempos en que su partido estaba rezagado en las encuestas, era el candidato mejor valorado de los tres y ahora eso se refleja también en los sondeos de intención de voto.
Actualmente, el SPD tiene en las encuestas de los diversos institutos demoscópicos entre 25 y el 26 por ciento de apoyo, la CDU/CSU entre el 21 y el 22 por ciento y Los Verdes entre el 16 y el 17 por ciento.
Por detrás de ellos, están el Partido Liberal (FDP), contra el 11 y el 12 por ciento, la ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD), con los mismos porcentajes, y La Izquierda, con entre el 6 y el 7 por ciento.
Nerviosismo conservador
Las cifras de los sondeos han puesto nerviosos a los conservadores, que han redoblado los ataques contra Scholz y contra el SPD, partido con el han formado coalición en tres de las últimas cuarto legislaturas.
En un ejercicio de equilibrismo político Laschet ha dicho, en una intervención ante un congreso de la CSU, que aunque en general Scholz ha sido un buen ministro de Finanzas, eso se debe a que "Angela Merkel lo estaba vigilando".
Otras baza ha sido tratar de despertar el temor a una coalición tripartita del SPD con Los Verdes y con La Izquierda, posibilidad que Scholz no ha descartado abiertamente -una resolución de un congreso del partido en 2013 se lo impide- pero que ha calificado de difícil.
El ataque que más debate ha generado fue la afirmación de que el SPD siempre había estado históricamente en el lado equivocado.
Aunque Laschet matizó que con ello se refería a la política económica del SPD, han surgido voces que han aprovechado para recordar que los socialdemócratas estuvieron en la oposición contra el nazismo y que muy posiblemente, sin la política exterior de Willy Brandt, el proceso que llevó a la reunificación alemana no hubiera sido posible.
La afirmación se convirtió en un boomerang y ha servido para unificar al SPD, al menos de momento, en donde hay distintas alas que no están todas satisfechas con el perfil más bien conservador de Scholz.
Coaliciones posibles
Scholz ha dicho que quiere una coalición con Los Verdes, para la que de momento, según los sondeos, no tendría mayoría. Para Laschet el socio ideal sería el SPD, su aliado en el Gobierno regional de Renania-Westfalia-, para lo que tampoco tendría suficientes escaños.
Ni el SPD ni la CDU/CSU quieren reeditar la gran coalición, por lo que todo apunta o bien a una alianza tripartita o bien a un Gobierno de minoría, algo inédito a nivel federal en Alemania y que produce cierta desconfianza.
Scholz, además del tripartito con Los Verdes y La Izquierda, posibilidad ante la que se muestra reservado, podía apostar a una alianza con Los Verdes y el FDP. Laschet probablemente tendría que buscar también el apoyo de verdes y liberales para gobernar.
Ya al comienzo de la actual legislatura se intentó formar una alianza de conservadores, verdes y liberales lo que no prosperó debido a que el FDP decidió retirarse de las negociaciones.
En todo caso, mucho depende de cuál de los dos principales partidos ocupe el primer lugar en las elecciones alemanas del 26 de septiembre para empezar a buscar apoyos.
Muchos observadores consideran que Scholz podría tener una carta para convencer a los liberales y es la posibilidad teórica de, si estos se resisten, aliarse con La Izquierda. Y que el jefe del FDP. Christian Lindner, no puede volverse a negar a formar Gobierno como lo hizo hace cuatro años.
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