El Partido Liberal del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ganaría las elecciones generales en el país, según las proyecciones de la cadena pública canadiense CBC y de CTV News.
El partido gobernante habría obtenido más escaños que los conservadores de la oposición en las elecciones de este lunes, si bien aún no está claro si el partido de Trudeau podría alcanzar una mayoría absoluta de 170 escaños.
El partido gobernante ha obtenido en las elecciones de este lunes 156 de los 338 escaños de la Cámara de los Comunes, frente a los 122 de los conservadores liderados por Erin O'Toole, si bien no alcanza una mayoría absoluta y gobernará en minoría.
La victoria de Trudeau supone un hito en la historia de Canadá pues supondría la reelección del primer ministro para afrontar su tercer mandato desde que se hiciese con la victoria en los comicios de 2015. Miles de canadienses se han dirigido este lunes a las urnas tras una frenética campaña electoral para configurar un nuevo gobierno que tendrá que lidiar, en primera instancia, con la recuperación económica que sigue a la crisis sanitaria provocada por la pandemia.
Con los datos levemente a su favor, los liberales de Trudeau, salen beneficiados de una contienda que fue convocada de forma anticipada en una muestra de confianza por parte del jefe de Gobierno y a dos años del fin de su mandato. Los debates celebrados la semana pasada parecen haber favorecido al Partido Liberal, si bien las encuestas apuntaban a una estrecha ventaja sobre los conservadores liderados por Erin O'Toole.
Acostumbrados a los gobiernos en minoría, los canadienses tendrían que otorgar al menos otros quince escaños de los que ya tenía al Partido Liberal para que la formación pudiese legislar sin la necesidad de contar con el apoyo de parte de la oposición, como ha sucedido durante los últimos dos años. Es común que en Canadá los gobiernos en minoría estén formados por los partidos con mayor número de escaños, aunque no es estrictamente necesario.
Por detrás de los conservadores, en popularidad, se encontraban el Nuevo Partido Democrático (NPD) de Jagmeet Singh, un exabogado y estrella de 'TikTok' que figuraba como el favorito entre muchos canadienses.
Por su parte, O'Toole llevaba semanas tratando de reducir la ventaja del primer ministro aprovechando las críticas vertidas contra el Gobierno por convocar los comicios cuando el país atraviesa la cuarta ola de contagios de COVID-19.
Para muchos, la clave de estas elecciones residían en si son entendidas como un referéndum sobre la gestión de Trudeau o una nueva oportunidad para el Gobierno --tal y como intentan venderlo los liberales--.
Cambio climático
En un año que se ha visto marcado por las altas temperaturas y la gestión de la sanidad pública, los partidos han concentrado sus esfuerzos en trazar planes de recuperación que permitan a los canadienses volver a la normalidad cuanto antes.
La población ha manifestado su preocupación por el cambio climático y el medio ambiente, y el gobierno que emane de estos comicios tiene que prepararse a contrarreloj para la cumbre del clima de la ONU, que se celebrará en noviembre en Glasgow, Reino Unido.
Existen serias dudas sobre la capacidad del país de cumplir con su objetivo de emisión de gases de efecto invernadero, un plan que busca reducir un 40 por ciento las emisiones respecto a los niveles de 2005 y de cara a 2030.
El calentamiento global ya fue un tema central en la campaña para las elecciones federales de 2019 y provocó numerosas protestas y marchas en ciudades como Montreal, donde la activista sueca Greta Thunberg lideró una multitudinaria manifestación.
No obstante, y aunque los electores han puesto sobre la mesa otras cuestiones como el acceso a la vivienda, el impacto del pasaporte de vacunación sobre los pequeños comercios y el cuidado de las personas con discapacidad, las elecciones sirven fundamentalmente para abordar asuntos económicos en la era postpandemia.
Reconciliación y pueblos indígenas
El hallazgo de más de un millar de tumbas sin identificar en antiguos internados para la asimilación forzosa de población india ha provocado la polémica a nivel nacional en un país que vuelve a afrontar su propia capacidad de reconciliación entre distintas comunidades.
Si bien el tema ha pasado a un segundo plano a lo largo de la campaña electoral, las banderas canadienses siguen a media asta y las estatuas relacionadas con este tipo de residencias han sido retiradas de lugares públicos.
Cuando Trudeau convocó las elecciones, uno de cada cinco canadienses situaba la reconciliación como una de sus principales prioridades, tal y como indicaban los sondeos. Sin embargo, la cuestión perdió importancia entre los votantes a pesar de que reconocen la importancia de reparar a los pueblos indígenas del país.
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