“Nuestro movimiento histórico, patriótico y hermoso para 'Hacer a EEUU grande de nuevo' solo acaba de empezar”. Son las palabras que Donald Trump escribió hace una semana en un comunicado emitido solo unos minutos después de ser absuelto por el Senado del cargo de "incitar una insurrección" en el asalto al Capitolio del 6 de enero.
Como era de esperar, el expresidente de Estados Unidos superó su segundo impeachment (juicio político) después de que el resultado final fuese de 57 votos a favor y 43 en contra y por lo tanto no se alcanzase la mayoría necesaria para condenarle -67 votos-.
Ahora, tras esta derrota de los demócratas, la figura de Trump sale reforzada y suena de nuevo con fuerza la posibilidad de que se presente a las elecciones presidenciales de 2024, tal y como él mismo planteó en varias ocasiones. Además, estaría pensando en formar un nuevo partido: ‘Patriot Party’.
Esto último, según Gabriel Colomé, profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Barcelona, se trataría de una “amenaza” de Trump al Partido Republicano para “mantener sus condiciones” y en caso contrario, si no las aceptan, provocar la “ruptura” del mismo.
Elecciones de medio mandato en 2022
En opinión del también experto en política estadounidense, la primera prueba para Trump tendrá lugar en las elecciones de medio mandato (midterm elections) que se celebrarán en 2022. “Esas elecciones que en principio son relativamente menos importantes tendrán relevancia y servirán como termómetro para medir cómo está el calor o el frío ‘trumpista’ en las bases electorales”, asegura Colomé.
Sin embargo, podrían influir las cuentas pendientes con la justicia que tiene el expresidente de EEUU. Pese a salir absuelto del juicio político, su horizonte judicial no se ha despejado: mientras se celebraba el 'impeachment' el estado de Georgia anunció que abría una investigación penal contra el magnate por sus “intentos de influir” en los resultados de las elecciones presidenciales celebradas el 3 de noviembre.
Según desveló a principios de enero The Washington Post, Trump presionó por teléfono al republicano Brad Raffensperger, la máxima autoridad electoral de Georgia, con el objetivo de que “encontrase” los votos necesarios para anular el triunfo del actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en este estado. A raíz de esto, la fiscal de distrito del condado de Fulton ha pedido que se conserven todos los documentos relacionados con la Administración de Trump en los comicios, entre ellos los relacionados con la llamada.
También en Washington D.C. se están llevando a cabo investigaciones contra Trump por los disturbios del 6 de enero por los que se podría exponer a un litigio civil de las víctimas del asalto al Capitolio, que se saldó con cinco fallecidos.
"Los demócratas se tienen que poner las pilas"
Actualmente, el Partido Republicano se encuentra totalmente dividido y hay quien se ha atrevido a decir que es el momento de que Trump deje de ser el líder del mismo. Es el caso de la representante de Wyoming, Liz Cheney, la republicana de más alto rango en la Cámara de Representantes y una de las que votó a favor del impeachment. "No tiene un papel como líder de nuestro partido en el futuro", afirmó recientemente en televisión.
Pese a esto, el profesor de Ciencia Política remarca la "sólida" base electoral con la que cuenta Trump. "La confederación por una parte, la extrema derecha por otra, los evangélicos, obreros del famoso cinturón de óxido (rust belt) que le votan… El año que viene van a tener un 'examen parcial' en el que se verá cómo queda esto. Ahí los demócratas se tienen que poner las pilas porque si no pueden perder el congreso", concluye.
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