Internacional

Tsunami en Estrasburgo: así 'asaltó' el lobby de Qatar el Parlamento Europeo

El QatarGate ya ha provocado cuatro detenciones pero las investigaciones continúan y podrían producirse más imputaciones en los próximos días. Y una incógnita ya se impone: ¿Es esto la punta del iceberg de algo más grande?

El que es considerado por muchos el peor escándalo de corrupción en el seno europeo amenaza con desatar un tsunami en la ciudad de Estrasburgo. El QatarGate ya ha provocado las primeras cuatro detenciones, pero las investigaciones continúan en marcha y podrían producirse más imputaciones en los próximos días. Con este nubarrón de fondo, arranca el último Pleno del año. Y una incógnita ya se impone: ¿Es esto la punta del iceberg de algo más grande? ¿Hasta dónde llegó la “infiltración” del reino catarí a la UE? ¿Hay otras instituciones afectadas? ¿Cómo va a reaccionar la UE?

De momento hay cuatro imputados: la vicepresidenta de la Eurocámara Eva Kaili; su pareja y asistente en la cámara, Francesco Giorgi; el ex europarlamentario Pier Antonio Panzeri y un lobista. Todos ellos pertenecen a la familia socialdemócrata. Los otros dos sospechosos, el padre de Kaili, que fue pillado saliendo de un hotel con maletas llenas de dinero en efectivo, y Luca Visenti, responsable de la Confederación Sindical Internacional, han sido puestos en libertad. Tras una investigación de meses, la Fiscalía belga cree que el país del Golfo habría maniobrado para “influir en las decisiones políticas y económicas del Parlamento Europeo”. El país catarí ha rechazado todas las acusaciones, pero las sombras de sobornos se ciernen desde 2010, cuando el país ganó la candidatura para acoger el evento.

La detenida de perfil más elevado, la vicepresidenta Kaili, había llegado a describir al país del Golfo como un “Estado a la vanguardia de los derechos laborales”. “La Copa del Mundo es la prueba de cómo la diplomacia deportiva puede conseguir una transformación histórica en un país con reformas que inspiran al mundo árabe (…) Y aun así hay quienes hacen llamadas a discriminarlo”, afirmó la socialdemócrata griega en la última sesión plenaria de noviembre.

El rotativo The Guardian recoge que más de 6.500 personas han muerto en relación con la construcción de los estadios de fútbol y los preparativos para la popular cita en la última década. Se encuentra en el puesto 116º de libertad de prensa y la homosexualidad es un delito que acarrea siete años de cárcel. El oscuro historial de derechos humanos en el país rico en petróleo y gas había encontrado poco espacio crítico en Bruselas.

Una Copa del Mundo controvertida

La historia de cómo el país árabe se infiltró, presuntamente, en la Eurocámara para blanquear la imagen del país e influir en la toma de decisiones europeas se puede ver a través de los ojos de la última resolución sobre el controvertido Mundial de Fútbol de Qatar. Tras varios intentos fallidos, la cámara consiguió pactar una resolución, y no solo un debate, para condenar la precaria situación de derechos humanos del petroestado.

Finalmente, salió adelante con la máxima de pedir una indemnización a las familias de los trabajadores afectados en la construcción de los estadios. El texto, sin embargo, fue dulcificado por la presión de Populares y Socialdemócratas, las dos principales familias de la cámara. El partido comandado por la española Iratxe García Pérez asumió la negociación de la resolución a pesar de llevar tiempo oponiéndose a ponerla en marcha. El documento final subraya los avances de Doha en derechos laborales. La postura de S&D, que llevaba tiempo oponiéndose a abordar el tema en sesión plenaria, generaba desconcierto. Uno de sus eurodiputados, el belga Marc Tarabella describió el boicot al Mundial como una “hipocresía”.

Poco antes de que el 24 de noviembre se produjese la votación de esta resolución que ponía a Doha en la picota, su impulsora, la eurodiputada de izquierdas Manon Aubry, de Francia Insumisa, denunció a través de Twitter que la Embajada de Qatar había lanzado “un lobby desperado”. La francesa recibió una carta de la Misión de Qatar ante la UE y la OTAN en la que le solicitaban una cita con el embajador Abdulaziz Ahmed Almalki. “La rechacé. Otros parece que no tenían los mismos escrúpulos”, asegura.

Todo ello se producía en medio de la guerra en Ucrania y los intentos desesperados de la UE de encontrar mercados alternativos para sustituir los hidrocarburos rusos. De hecho, Qatar es una de las opciones favoritas para llenar los depósitos europeos de gas natural licuado (GNL). Si bien la UE ha salvado el invierno con las reservas de gas llenas casi al 100%, el gran riesgo de desabastecimiento se teme para las próximas temporadas. En este escenario, la propuesta de resolución del Partido Popular Europeo abogaba por dejar constancia de que “Qatar es uno de los principales proveedores de GNL” y por subrayar “la importancia del sector energético catarí”. Las conexiones comerciales también están muy presentes en la relación Bruselas-Doha. Según la ONG Finanzas Internacionales Justas, el 47% de las obras de construcción en marcha en Qatar están financiadas por bancos europeos.

Cascada de reacciones

Kaili, un verso suelto del PASOK heleno, ha sido este lunes expulsada con efecto inmediato de su familia, los Socialdemócratas, que se presentarán como parte perjudicada en el proceso judicial. El Parlamento Europeo la ha suspendido de todos sus cargos, pero continúa siendo una de las doce vicepresidentas. La Conferencia de Presidentes, el órgano que aúna a los líderes de las seis familias políticas, decidirá el martes si recurrir al Artículo 21 del reglamento para destituirla de sus todas funciones como vicepresidenta.

La otra consecuencia directa que deja el inicio de la sesión plenaria es la congelación de la liberalización de visados con los cataríes, que estaba previsto ser aprobado esta semana. En este contexto de máxima volatilidad y de proceso judicial en marcha, volverá a la comisión parlamentaria. La primera jornada de Estrasburgo ha sido muy emocional. “Día negro, triste y difícil” o sensación de “impotencia, enfado y conmoción” han sido algunas de las palabras expresadas por la presidenta Roberta Metsola y los líderes de las familias políticas. “El Parlamento Europeo, la democracia europea y nuestra sociedad abierta y democrática están bajo amenaza”, ha señalado la maltesa.

Las instituciones hermanas asisten al temporal con cautela. Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, ha asegurado este lunes que las acusaciones de corrupción, blanqueo de capitales y organización criminal que pesan sobre los imputados son “muy graves” y “preocupantes”. Pero ha asegurado que la investigación no afecta al Servicio de Acción Exterior que dirige.

En el Berlaymont, las miradas han virado hacia el griego Margaritis Schinas, vicepresidente de la Comisión Europea a cargo de Promover el Estilo Europeo. El conservador es uno de los dirigentes comunitarios que más reuniones ha protagonizado con representantes catarís. “El fútbol une al mundo. Qatar, el primer país árabe y el más pequeño en albergar la Copa del Mundo, ha llevado a cabo reformar y se merece un éxito mundial”, aseguraba en el arranque del espectáculo deportivo.

Su jefa, Ursula von der Leyen, ha aprovechado el escándalo para recordar que hace unos meses la Comisión Europea propuso la creación de un organismo independiente para crear un código común de prácticas éticas. Cada institución se rige por sus propias pautas y aunque el control sobre los grupos de presión se ha fortalecido en los últimos años, son muchas las lagunas existentes. Las reuniones con los lobbies, la opacidad y falta de transparencia en torno a ellas son, de hecho, un reproche constante hacia las instituciones europeas. Para ver un caso de similar envergadura hay que remontarse a 1999, cuando la Comisión encabezada por Jacques Santer dimitió en bloque tras un escándalo de corrupción.

El primer líder nacional en reaccionar ha sido el húngaro Víktor Orbán, que, en tono jocoso, ha tuiteado una imagen que reza: “El Parlamento Europeo está muy preocupado sobre la corrupción en Hungría”. La cámara ha sido la institución más crítica y asertiva con la deriva autoritaria del líder del Fidesz. Ahora se ve envuelta en un macrocaso de presunta corrupción que amenaza con manchar su imagen, credibilidad y reputación en un momento de auge de los populismos euroescépticos.

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