La generación de imágenes por Inteligencia Artificial ha pasado de ser algo meramente anecdótico, a un delito que crece cada día y al cual la Unión Europea quiere poner freno. En diciembre contamos en Vozpópuli que los diferentes órganos comunitarios, entre los que se encontraban el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y el Consejo de Europa, habían conseguido llegar a un acuerdo provisional para elaborar un texto legal pionero, el cual regularizará el uso de la IA.
Prevista para finales de 2026, esta ley va cogiendo velocidad de crucero, pues desde la Unión Europea se muestran muy preocupados con los últimos datos recibidos. Además de querer cercar legalmente el uso de imágenes generadas con inteligencia artificial, se pretende proteger a los menores de edad frente a los abusos sexuales.
El pasado martes 6 de febrero, la Comisión Europea presentó una propuesta que quiere imponer plazos más largos para la prescripción de delitos relacionados con abusos en todos los países de la Unión Europea. Si sale adelante, pues va ganando muchos enteros, las víctimas tendrán hasta 20 años para poder denunciar estos hechos desde que cumplan la mayoría de edad.
A tenor de los datos recabados y expuestos por Bruselas, en 2022 se presentaron cerca de 1,5 millones de denuncias por abuso a menores en la Unión Europea, medio millón más que en 2020. Estos delitos complican la denuncia, ya que entre el 70 y el 85% de los menores abusados fueron víctimas de una persona de su entorno, añadiendo el coste emocional, de años hasta que logran dejar atrás los hechos.
De forma complementaria, la UE prevé ampliar la definición de delitos sexuales para incluir abusos cometidos a través de Internet o mediante contenidos generados con Inteligencia Artificial. De hecho, con esta nueva legislación, se clasificará el riesgo que puede conllevar la manipulación y creación de dichas imágenes. La escala irá de riesgos mínimos a inaceptables. Por ello, todo el contenido generado mediante herramientas de IA deberá ser etiquetado como tal, poniendo en situación al usuario de su origen.
Hasta que no se apruebe la nueva ley, el concepto jurídico que se maneja es el de "pornografía infantil". Con la actualización que Bruselas quiere sacar adelante, esperemos que con el apoyo incondicional de los Veintisiete, estos pasarán a reconocerse como "material de abuso sexual infantil", recogiendo de este modo todas las creaciones hechas por Inteligencia Artificial y derivados tecnológicos.
La Unión Europea contra la IA
Ylva Johansson, comisaria de Interior, alertó de que la rápida evolución de las nuevas tecnologías están creando un "caldo de cultivo para nuevas formas de abuso sexual de menores online" que son difíciles de investigar, por lo que los países miembros de la Unión Europea necesitan con urgencia una normativa penal "sólida" que ofrezca instrumentos jurídicos eficaces para poder castigar como merecen estos delitos.
Después de relatar una serie de crueles testimonios de varios menores de edad, víctimas de abusos sexuales continuados en su infancia, el Ejecutivo de la Unión Europea ha solicitado que el reloj del régimen de prescripción no se active hasta que la víctima cumpla 18 años y que, a partir de ahí, tenga al menos dos décadas para acudir a las autoridades y denunciar los hechos. De lo contrario, seguirán dándose casos en los que los delitos hayan prescrito.
Desde el organismo comunitario se plantean plazos de prescripción de hasta 20 años para abusos castigados con penas máximas de al menos 3 años. Un plazo de 25 años para los que se enfrenten a penas máximas de al menos 5 años. Y, finalmente, que aquellos crímenes penalizados con al menos 8 años de cárcel no prescriban hasta 30 años después de haberse cometido.
Así, los abusos no prescribirán hasta que la víctima tenga 28, 43 y 48 años, respectivamente, lo que ofrece un margen amplio para dar el paso de denunciar y que las autoridades judiciales tengan tiempo de investigar y procesar el caso.
De ver la luz esta propuesta, lo que implica una negociación entre el Parlamento y los Veintisiete hasta que pueda plasmarse en un texto legal, sería un gran paso adelante en la lucha contra los abusos sexuales y la libertad existente en lo relativo a creación y distribución de imágenes pornográficas de menores creadas con Inteligencia Artificial. Uno de los grandes retos del 2024.
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