Internacional

“La victoria de Trump es una peineta al 'establishment'”

Pedro Rodríguez, analista político y profesor de Relaciones Internacionales, considera que el político republicano llega a la casa Blanca sin experiencia, sin equipo y sin un gran conocimiento de las grandes cuestiones internacionales, lo que aumenta la incertidumbre respecto a su gestión en el Despacho Oval.

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha suscitado numerosos interrogantes respecto a cuál será su gestión al frente de la administración norteamericana y si se atreverá a cumplir alguna de sus polémicas propuestas de campaña.

Pedro Rodríguez, columnista y analista político que durante veinte años ha sido corresponsal del diario Abc en Washington, cree que el político republicano tomará posesión del Despacho Oval sin experiencia, sin equipo y sin un gran conocimiento de las grandes cuestiones internacionales, lo que aumenta la incertidumbre respecto a su gestión.

“La victoria de Trump ha sido una peineta al establishment”, afirma Rodríguez en esta entrevista con Vozpopuli.

¿Qué futuro le aguarda a Estados Unidos y al resto del mundo con la llegada a la Presidencia de Donald Trump?

Es un futuro de incertidumbre. Llega a la Casa Blanca sin experiencia, sin equipo y sin un gran conocimiento de las grandes cuestiones internacionales. Lo que sabemos por la campaña son impresiones, insultos y exabruptos. Y esa idea que nos ha ofrecido es un cuestionamiento de algunos de los principios fundamentales que han dominado las relaciones internacionales desde el final de la Segunda Guerra Mundial, entre ellos el libre comercio, la seguridad colectiva y las tradicionales alianzas de Estados Unidos. Todo esto está en el aire y ha sido cuestionado con bastante éxito por Donald Trump. Él propone la hipótesis de que Estados Unidos es una nación en declive, que está siendo víctima de abusos tanto de sus aliados como de sus enemigos, y su propuesta es cambiar ese panorama. Él toma posesión el 20 de enero y a partir de entonces tendremos que ver cómo todo este discurso de campaña se materializa en su gobierno.

¿Cuánto de cierto hay en ese perfil de Trump que le dibuja como personaje hosco, arrogante y provocador, que ha arremetido contra todo y contra todos en la campaña electoral?

Hay bastante verdad en todo eso. Estamos acostumbrados a que los aspirantes a la Casa Blanca tengan que rellenar ciertas categorías morales y él ha roto completamente ese dilema. Él se ha presentado como un antihéroe, a veces un poco Torrente, a veces un poco Tony Soprano, a veces como un malvado de Batman… Y yo creo que no ha engañado a nadie. Cuando salió el escándalo del micrófono caliente, nadie podía decir que este hombre no era un cerdo. En ese sentido, lo que ha hecho ha sido transformar el terreno de juego político y que 59 millones de votantes le perdonen. Realmente no ha engañado a nadie, lo que vemos es lo que hay. Cuando él ha intentado moderarse, cuando han intentado ponerle un guión o le han querido  poner a dieta para que sólo dijera tres barbaridades por discurso eso no ha funcionado. Él no tiene ningún incentivo para hacer las cosas diferentes porque, siendo como le hemos visto, le ha ido extraordinariamente bien, tanto en las primarias como en las generales.

Él se ha presentado como un antihéroe, a veces un poco Torrente, a veces un poco Tony Soprano, a veces como un malvado de Batman…

¿Qué papel van a jugar los lobbies, los grandes consorcios internacionales y otros poderes fácticos en la futura  gestión de Trump?

Lo veo muy problemático. Esta victoria de Trump ha sido como hacerle una peineta al establishment. Oímos ahora mucho que todos esos poderes ya le dirán que se tranquilice, pero yo no lo veo tan claro. Trump ha entusiasmado a muchas personas hablando pestes del establishment y cuestionándolo, y no veo cómo ahora van a poder meterle en cintura. ¿Será el mayordomo de la Casa Blanca el que le diga que se tranquilice? Trump ha ganado precisamente cuestionando todas estas cosas: la élite, el statu quo, el bussines as usual  y todo eso.

¿Cuáles van a ser las primeras decisiones que tome desde el Despacho Oval?

Vamos a ver un desmantelamiento muy grande y sistemático de bastantes de los logros y prioridades de la administración Obama, como por ejemplo  la reforma sanitaria o la política del cambio climático, el acuerdo nuclear con Irán o  la normalización de las relaciones con Cuba.

Otra cuestión muy importante es que Trump va a tener la oportunidad de cambiar el balance ideológico en la Corte Suprema. Ahora hay una vacante y los republicanos en el Congreso han impedido a Obama cubrirla, por lo que en este momento hay hay cuatro liberales y cuatro conservadores. El próximo magistrado del Tribunal Supremo tendrá un impacto enorme y esa nominación corresponderá a Trump.

¿Qué cambios cabe esperar ahora en la política exterior norteamericana y en conflictos como los de Irak y Siria? ¿Cómo va a combatir Trump al Estado Islámico?

El problema es que no sabemos en realidad qué va a hacer. Durante la campaña él ha dicho que tiene un plan para combatir al Estado Islámico y ha dicho que es secreto para no dar ninguna pista o ayuda a los terroristas. Ha querido dejar claro que sabe más que todos los generales del Pentágono y también ha subrayado la necesidad de un entendimiento con Rusia, y ya sabemos lo que está haciendo Rusia en Siria. Son opciones problemáticas, sabemos que él quiere que Estados Unidos mire más hacia dentro que hacia afuera, tiene mayor fe en el Estado-Nación, tiene nostalgia por el pasado, quiere cambiar las cosas pero no sé si para mejor.

Trump ha dicho que tiene un plan secreto para combatir al Estado Islámico y ha querido dejar claro que sabe más que todos los generales del Pentágono.

Realmente estamos intentando interpretar declaraciones, no hay un trasfondo. Los presidentes de Estados Unidos, cuando llegan a la Casa Blanca, tienen detrás un think tank, grandes equipos de gobierno, tienen detrás toda una serie de debate intelectual sobre cómo conducir la política exterior de Estados Unidos. Y en este caso no existe esa trastienda.

¿Cómo serán ahora las relaciones entre España y Estados Unidos?

Alguien en España se ha molestado en buscar referencias a Spain en la cuenta de Twitter de Trump, quien precisamente es un usuario muy activo de esta red social. Se ha comprobado que hay muy pocas referencias  y apenas son relevantes. De dos de los grandes vectores de la proyección internacional de España, la Unión Europea y la OTAN, ya sabemos lo que opina. Trump cree que la OTAN está obsoleta y es un fraude porque Estados Unidos aporta en exceso. Con respecto a la Unión Europea, Trump ha aplaudido en Brexit. Digamos que lo que para nosotros tiene mucho sentido, para él no lo tiene. Por otro lado, él niega el cambio climático y hay empresas españolas implicadas en Estados Unidos en proyectos de energías alternativas que en un principio no tienen buenas expectativas.

¿Quiénes han aupado a Trump a la Casa Blanca? ¿Cuáles han sido las claves de su acceso a la Presidencia de Estados Unidos?

Principalmente, el entusiasmo. Hillary al final no ha conseguido movilizar a esa coalición de votantes que hicieron posible las dos victorias de Obama: las mujeres solteras, las minorías raciales y los jóvenes. Y le han faltado dos o tres millones para ponerse arriba en el colegio electoral y ganar la presidencia. Sin embargo, Trump ha conseguido movilizar a una serie de personas que normalmente no participaban en las elecciones.

También hemos visto que los votantes republicanos son más fieles al candidato de su partido, a pesar de que la élite de la formación republicana no toleraba a Trump. Por su parte, los votantes del Partido Demócrata han sido más indisciplinados y no han terminado de entregarse a Hillary Clinton. Al final del todo, Trump ha conseguido hacer algo más inclusivo, aunque sea  con esta idea de volver a hacer América grande.

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