Como es un poco presumido, no sabe que ponerse para trabajar, con que equiparse para hacer deporte o que lucir para fardar… Pues ni corto ni perezoso ha encontrado la solución: encargar la caja de seis relojes que ha “preparado” Bell & Ross con sus nuevas joyas de colección para entusiastas de la aviación. Negro, elegante y tan bonito que su forma cuadrada lo convierte en algo sumamente original y fascinante.
Estas maravillas de la mecánica de bolsillo están inspiradas en los instrumentos de navegación que podemos encontrar en la cabina de cualquier avión: indicador de rumbo, velocidad, variómetro, horizonte artificial, inclinómetro… Cada uno muestra el tiempo de un modo diferente, pero todos comparten un mismo corazón mecánico automático.
Realmente, para ser cliente se puede ser miope, marearse en una montaña rusa y sufrir en el despegue de un avión comercial. Da igual, lo importante es el estilo, no el tener la licencia de piloto. Salen a la venta sólo 999 relojes de cada uno de los nuevos modelos , y los 99 pedidos primeros pueden adquirir una elegante caja con la colección completa.
Un capricho es un capricho y el precio ni se pregunta ni aún se conoce… pero posiblemente será inalcanzable para la mayoría de nosotros. Por cierto, el domingo un caballero no usa reloj.
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