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Cuvée Rosé Laurent-Perrier: lujo líquido

Tengo un amigo que mantiene una bonita teoría sobre el champagne. Desde que su bisabuelo, que pasaba dos meses en Biarritz al año para evitar sus ciclos depresivos de primavera, le dio a probar una copa de Laurent-Perrier, él no toma otra marca para no serle infiel a la “familia”.

Con el tiempo, la costumbre se ha convertido en manía. Ahora, cada día abre una botella de Laurent-Perrier y todos los primeros viernes de mes descorcha unas botellas de este maravilloso “Rosé”, porque parece ser que le tonifica la piel.

Sinceramente, todos los que nos beneficiamos de la bodega de nuestro amigo estamos encantados. Algunos preguntan por el “Cuvée Rosé”, con el mismo afecto que utilizarían para saber del estado de salud de la abuela Clementina. Su sutil color asalmonado, con esos matices de cerezas, frambuesas y fresas, lo convierten en el capricho perfecto. Los expertos me han dicho que es uno de los pocos champagne obtenidos por maceración y eso le da un punto de vinosidad sumamente agradable.

No sé si será por el tono, por la burbuja o por su elegante botella; pero esto es un “vinazo”, que justifica sobradamente los 50 euros que vale cada botella. Se puede tomar sólo o con amigos, pero queda “terminantemente” prohibido con personas pesadas, que quieren saber mucho de todo.

Cuvée Rosé Laurent-Perrier

http://www.laurent-perrier.com/

Precio: sobre los 50€

Temperatura de servicio: De 6 a 8 ºC

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