Hyundai ha sido la primera marca en comercializar un modelo con tecnología de pila de combustible, una tecnología marcada por el empleo como fuente de energía de hidrógeno presurizado y que sólo emite agua. Un modelo que se produce en la planta coreana de Ulsan y que Hyundai ya comercializa, aunque de momento apenas para flotas o para organismos gubernamentales. Holanda, por ejemplo, ha sido uno de los primeros países en hacerse con una flota de este modelo, cuyos niveles de emisiones contaminantes cero resulta todo un atractivo para países que apuestan claramente por la defensa del medioambiente.
Su precio, como nos indicaban responsables de la marca en nuestro país, ronda tres o cuatro veces más el de cualquier otra versión de la gama ix35, lo que supone en la práctica cerca de 120.000 euros. Además, su sistema de alimentación por hidrógeno requiere estaciones de servicio especiales, algo que, de momento, está aún por desarrollar en nuestro país. Ciudades como Madrid disponen de «hidrolineras» que recargan el hidrógeno a 350 bares, cuando el sistema admite hasta 700 bares. Por ello, Hyundai planea empezar a comercializar el ix35 FCEV a particulares a partir de 2015, cuando la reducción de los costes de producción de vehículos y una infraestructura más desarrollada de hidrógeno permita acercar esta tecnología al gran público.
Hemos podido ponernos a los mandos de una de las pocas unidades destinadas a nuestro país, descubriendo en esta toma de contacto que este sistema de propulsión podría ser sin duda a medio o largo plazo una de las soluciones más eficaces para la movilidad de largas distancias, toda vez que el coche eléctrico alimentado por baterías de ion-litio tiene muy limitada su autonomía e, incluso a medio plazo, su radio de acción estará muy localizado en el entorno urbano.
Con el ix35 FCEV, Hyundai da un paso más, poniendo en el mercado un todocamino capaz de moverse libremente en carretera con una autonomía cercana a los 600 kilómetros. Y lo hace además con notable suficiencia, ofreciendo una potencia máxima de 136 CV y unos elevados valores de par, disponibles de forma instantánea. Y es que el ix35 de hidrógeno combina lo mejor de un motor eléctrico —respuesta instantánea, silencio de marcha y baja economía de consumo— con las ventajas de autonomía de un turismo con motor de combustión.
Alcanza además los 160 km/h, lo que le permite moverse en carretera con la misma solvencia que un ix35 de gasolina, manteniendo cruceros elevados sin problema alguno y con un nivel sonoro bastante más ajustado que el del ix35 de gasolina. En ciudad, maniobra entre el tráfico con mucha viveza, pues responde con enorme rapidez al acelerador, como es habitual entre los coches eléctricos. Porque el ix35 FCEV es un eléctrico cien por cien, solo que la electricidad llega por el proceso de conversión del hidrógeno a través de la pila de combustible.
El Hyundai ix35 FCEV es el resultado de 14 años y millones de euros de investigación de cientos de ingenieros del Centro de I+D de pilas de combustible de Hyundai en Mabuk, Corea. Un desarrollo propio que ha necesitado más de 2 millones de kilómetros de test en condiciones reales realizados en Europa, en Corea y en Estados Unidos.
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