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'Drunkorexia', el peligroso trastorno que se extiende como tendencia universitaria

La moda que se está viralizando entre los jóvenes consiste en la mezcla de la anorexia y el alcoholismo con el objetivo de reemplazar las calorías de las comidas por las de las bebidas alcohólicas.

No se trata de un término médico, la ”drunkorexia” es el término que se ha viralizado para referirse al nuevo trastorno alimenticio que describe  la combinación de alcohol con otras conductas relacionadas con la restricción alimentaria, los  atracones o incluso, un exceso de actividad física.

Esta práctica puede causar desequilibrios nutricionales, cognitivos y funcionales, fomentar la adicción al alcohol e incrementar el riesgo de daño hepático.

Se trata de una peligrosa tendencia que consiste, básicamente en “no comer para beber” y que se está extendiendo, sobre todo, entre las chicas jóvenes. El objetivo de quienes se suman a esta moda es conseguir que el estado de embriaguez más rápidamente y con el estómago vacío, sumado al reemplazo de las calorías de las comidas por las de las bebidas alcohólicas.

La Universidad de Houston llevó a cabo un estudio en el que participaron 1.184 estudiantes universitarios. Después de interrogar a cada uno de ellos, los resultados concluyeron que el 80% reconoció haberse emborrachado en los últimos 30 días sin haber comido previamente o habiendo recurrido al vómito.

La comunidad médica ya ha puesto el grito en el cielo, ya que al igual que la anorexia, la bulimia o la vigorexia, esta enfermedad puede causar desequilibrios nutricionales, cognitivos y funcionales, fomentar la adicción al alcohol e incrementar el riesgo de daño hepático.

Los expertos apuntan a dos causas fundamentales: por un lado la aceptación social a partir del consumo del alcohol, y por otro, la obsesión por la imagen estética de uno mismo de cara a conseguir una delgadez extrema.

En este sentido, la prevención familiar y escolar es clave para evitar este tipo de trastornos… Para ello, lo más recomendable es que haya una buena comunicación general entre los miembros de la familia y hablar sin prejuicios de los peligros y efectos que genera el consumo de alcohol y en el momento en el que los padres observen una conducta que pueda indicar “drunkorexia” acudir tanto a consulta psicológica como con un nutricionista o endocrino para restablecer los niveles nutricionales.

 

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