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Ocho cosas que convierten a La Gomera en una de las islas más fascinantes de Canarias

En la parte más occidental del archipiélago canario encontramos La Gomera, una pequeña isla que, a pesar de pertenecer a la provincia de Santa Cruz de Tenerife, tiene una personalidad propia que la distingue del resto. 

La Gomera es un destino en el que toda la familia podrá disfrutar de unos días de descanso en los que sorprenderse gracias a su exuberante naturaleza o los impresionantes miradores que pueblan toda la isla.

El Parque Nacional de Garajonay

El Parque Nacional de Garajonay, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986, es el pulmón verde de la isla. Este bosque supera el 10% de la superficie total de La Gomera y es uno de los rincones más mágicos de la isla. Garajonay, además, es una de las mejores muestras de laurisilva, un tipo de bosque húmedo en el que, gracias al mar de nubes-una acumulación horizontal de nubosidades-, la humedad es abundante y constante durante todo el año, lo que crea un microclima dentro de una isla en la que las temperaturas suaves se mantienen durante todo el año.

Una de las mejores maneras de conocer el Parque es pasear por el bosque de El Cedro, en el que es posible encontrar doce especies de árboles diferentes y disfrutar de la calma y la quietud que ofrece el sonido del arroyo del Cedro.

El parque tiene numerosos accesos, lo que permite hacer diferentes rutas de extensión variable, adaptadas para todos los miembros de la familia. Lo mejor es ponerse calzado adecuado y no olvidar en la mochila una chaqueta ya que el contraste con la temperatura de la isla es considerable.

Sus playas

La Gomera es una isla volcánica. A pesar de que tan solo se conservan los vestigios de varias chimeneas la arena de sus playas tiene un curioso color grisáceo muy llamativo. En total la isla cuenta con 90 kilómetros de costa, que se reparte en calas y playas de agua cristalina, enmarcadas entre impresionantes acantilados.

La playa de San Sebastián de la Gomera, la playa del Inglés, en Valle Gran Rey, o la  playa de Santiago, en Alajeró son las más destacadas, siendo la última la única de toda la isla que cuenta con bandera azul.

Las terrazas

La orografía de La Gomera se caracteriza por su montañoso paisaje. Los gomeros desde hace decenas de años han tenido que adaptarse a su escarpado paisaje para poder cultivar alimentos que les permitieran subsistir. De esta manera se crearon los cultivos en terraza, una especie de escaleras esculpidas en las montañas que permitían a los pobladores de la isla aumentar la superficie de cultivo y aprovechar la fértil tierra de la que disponían.

Actualmente la mayor parte de estos cultivos están abandonados ya que acceder a ellos es bastante complicado y la población de la isla que se dedica a la agricultura ha disminuido con el paso del tiempo. A pesar de ello, es posible contemplarlos al recorrer las ondulantes carreteras que comunican las poblaciones de la isla.

Sus miradores

Esa misma orografía es la que ha provocado que toda la isla este poblada de miradores desde los que se puede contemplar el impresionante paisaje gomero e incluso, en los días claros, unas vistas del Teide mejores que las que tienen los tinerfeños.

Uno de los más impresionantes es el Mirador de Abrante. Situado en la población de Agulo, al noreste de La Gomera. Desde él es posible ver una panorámica completa de la población, el sur de la isla de Tenerife y, como no, el Teide si el día está despejado. En el mirador, además, hay un restaurante que dispone de una pasarela de cristal suspendida en el vacío, a 620 metros sobre el nivel del mar. Este voladizo ha colocado la pequeña población de Agulo en la prensa internacional gracias a esta particular estructura que permite disfrutar de unas vistas inigualables.

El silbo gomero

Otra de las características más curiosas de esta isla canaria es su particular lenguaje silbado. El silbo gomero, que fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2009, es un lenguaje utilizado por los habitantes de La Gomera para comunicarse a través de los barrancos.

Gracias a él se pueden expresar unas 4000 palabras y además, dado que solo puede transmitirse oralmente, desde hace varios años todos los escolares tienen, de manera obligatoria, un mínimo de media hora semanal de silbo para poder aprenderlo y que no se pierda. Es frecuente ver exhibiciones de este tipo de lenguaje, en las que, con paciencia y muy buen oído, es posible distinguir alguna de las frases y palabras que los silbadores dicen.

La gastronomía gomera

La miel de palma y el almogrote son los dos ingredientes más representativos de la gastronomía gomera. Lo primero es un derivado de la savia, o guarapo, de las palmeras canarias que pueblan la isla. Cocinando ese líquido se obtiene una especie de sirope dulzón que los gomeros utilizan como acompañamiento de muchos postres, como ingrediente de repostería y hasta en cócteles.

El almogrote es una pasta hecha con queso de cabra muy curado, que se mezcla con ajo, aceite de oliva y pimienta roja picona. De esta mezcla se obtiene una especie de paté de color anaranjado y un sabor contundente pero riquísimo.

Sus monumentos históricos

A pesar de su reducido tamaño, la isla de La Gomera conserva numerosos restos y monumentos históricos en sus principales poblaciones. San Sebastián de la Gomera tiene un bonito centro histórico colonial que conserva numerosos edificios históricos. La Torre del Conde, una edificación defensiva que data del siglo XV que se ha convertido en uno de los monumentos más representativos de la población.

Dicha población conserva también la Casa de la aguada, una vivienda que conserva un pozo en su patio del que, según cuentan, Cristóbal Colón tomó el agua para su viaje a las Américas. En la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, cuyo origen reside en una ermita del siglo XV que fue ampliada varias veces durante el siglo XVIII debido a los ataques de los piratas norteafricanos y los ingleses.

Su artesanía

Otra de las atracciones de La Gomera es su artesanía. Y decimos atracción porque todavía es posible ver a los artesanos sentados a la puerta de sus talleres fabricando diferentes objetos de arcilla o madera tallada.

La característica principal de su cerámica es que se realiza a mano sin torno y, además, se utilizan barro, almagre y arena, materiales que se extraen directamente de la isla. A pesar de que su aspecto es rudimentario, elaborar cada pieza es un trabajo muy laborioso ya que cada una de ellas se hace de manera individual, lo que lo convierte en un objeto único y especial.

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