El mismo porcentaje que reconoce envidiar a los que en pleno enero mandan selfies tomando batidos de coco en bañador. Y ya sabéis lo que dicen: si no puedes con el enemigo, únete a él. ¿Por qué no hacer las maletas y pasar un fin de semana veraniego en pleno invierno? El mundo está lleno de playas paradisiacas donde disfrutar del sol incluso en febrero. Y no hace falta llegar al océano Pacífico para ello. Estas son algunas buenas opciones en Europa y África.
Costa de Senegal
Ahora mismo en la ex colonia francesa están a unos estupendos 25 grados que permiten disfrutar de sus 350 kilómetros de costa de arena fina y playas de postal. Entre ellas, Cap Skirring, en Casamance, una de las playas africanas situadas más al oeste del continente y con mejor fama. Incluso a los españoles, que sabemos de buenas playas, suele sorprendernos gratamente. Como fondo, un bosque verde tras el que puedes visitar decenas de pequeños poblados. Y ya que estáis por allí no os podéis perder el puerto de pescadores, que abastece a los chiringuitos y restaurantes de la zona. Uno de los mayores atractivos de Senegal es precisamente lo bien que se come en este país. Con mucha influencia de la cocina francesa, su gastronomía no tiene nada que envidiar a las potencias culinarias de primera línea, así que hay que disfrutarlo. ¡Bon appetit!
Península de Jandía en Fuerteventura
Con una temperatura que ronda los 20 grados, cualquier rincón de las islas canarias puede ser una estupenda opción. Entre ellos, la estupenda península de Jandía, al sur de la isla majorera, con playas kilométricas, arena fina, agua transparente y todo lo que se le pueda pedir a una playa de ensueño. Lo mejor es que, a pesar de que ya son muchos los que conocen los secretos de esta alucinante isla, es posible encontrar playas casi para ti solo. Los amantes del relax y la tranquilidad encontrarán aquí una opción perfecta para pasar unos días de vacaciones.
Playas de Chipre
Otra posibilidad menos explorada por los españoles pero que depara buenas y gratas sorpresas es la isla de Chipre, con playas de ensueño como las de Nissi Beach, Makronissos o Agia Thekla. Ahora disfrutan de 25 agradables grados que permiten tumbarse al sol con tranquilidad y darse unos buenos baños en aguas cristalinas como las de estas playas, donde además suelen organizar fiestas al caer el sol. Si os cansáis de la costa siempre podéis viajar a las montañas del interior o visitar las ruinas arqueológicas de Kourion, Salamina o las tumbas de los Reyes de Pafos. Para todos los gustos.
Costa salvaje de Sudáfrica
No es que se encuentre a tiro de piedra de casa —nos separan más de 10.000 kilómetros—, pero si tenéis algo de presupuesto y aún os queda algún día libre que coger, no os arrepentiréis de ver el invierno desde esta parte del mundo. No andan mal de temperatura en estas fechas, entre 22 y 31 grados según la zona del país a la que viajéis, y eso ayuda a que este paraíso parezca aún más paraíso. Aunque hay decenas de lugares que ver, si buscáis playa una muy buena opción es explorar la llamada costa salvaje, donde el espectacular litoral se mantiene virgen. Se encuentra en la zona oriental del país, donde conviven distintas etnias con hippies que se instalaron aquí en los años 60 y 70 y construyeron cabañas de paja para aislarse del resto del mundo.
Essaouira
Viajar a Marruecos, donde la temperatura en esta época del año suele estar en torno a los 20 grados, también es una buena opción si estáis buscando playas que además ofrezcan la posibilidad de conocer un lugar con historia como Essaouira. La importancia de su puerto desde la antigüedad, un centro histórico catalogado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad y sus playas son los principales atractivos de este rincón marroquí que ha enamorado a buena parte de la población francesa.
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