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¡Lo más visto! Una ruta por los rincones más originales y desconocidos de Asturias

Incluso quienes no han visitado aún el paraíso asturiano saben de los espectaculares lagos de Covadonga, las espléndidas playas que aguardan al visitante, los montes que parecen sacados de cuentos, el multitudinario descenso del Sella, que es pecado irse de allí sin beber unos cuantos culines de sidra o que las fabes y los buenos quesos son sólo dos de las virtudes gastronómicas de la tierra. 

Y sí, todo eso es parte de esta alucinante comunidad que cuenta con más de 200 playas, 19 villas marineras y más de 60 espacios protegidos. Pero Asturias también posee otros tesoros que no tienen nada que envidiar al resto de sus atractivos turísticos por antonomasia. Recorrerlos sin prisa, dejando que la originalidad de estos lugares nos sorprenda, es un regalo ante el que caerás rendido sin darte cuenta. Y esto es solo un aperitivo de una lista muy larga.

Concejo de Caso

En el sur asturiano, entre Piloña, Ponga, Aller y la provincia leonesa, se encuentra uno de los concejos con más personalidad de todo el territorio asturiano. Dicen que tras la victoria de Don Pelayo en la batalla de Covadonga, sus habitantes regalaron al monarca un enorme queso que tuvieron que llevar en carretilla, y también que a su majestad le supo a gloria. Tanto que concedió estado de nobleza a todo el concejo de Caso, donde llevan siglos elaborando ese queso especial cuyo último amasado debe coincidir con la luna menguante. 

Se trata del queso con Denominación de Origen Protegida Casín, y es sólo uno de los atractivos de esta tierra, que esconde otras muchas virtudes. Por ejemplo, una naturaleza completamente salvaje, con montañas como El Cantu L'Osu o Tiatordos y desfiladeros como el de los Arrudos. Esos lugares, y casi todo el concejo, forman parte del espléndido Parque Natural de Redes, el de mayor biodiversidad vertebrada de Asturias. Además, en el concejo de Caso también encontrarás pueblos tan singulares como Tanes, Caleao, Bueres y un largo etcétera entre los que se encuentra el emblemático Tarna, que acoge una fuente, la de la Nalona, donde nace como un pequeño arroyo el gran rio Nalón. Para no perdérselo.

Playa de Los Quebrantos

En Asturias puedes encontrar algunas de las playas más espectaculares de España, con arena fina y dorada además de aguas limpísimas frente a un balcón natural completamente verde. Pero seguramente la de Los Quebrantos, en San Juan de la Arena, no entraría en la definición de playa de postal para los devotos de los cánones. La razón es su arena de color oscuro, que choca con la clásica imagen de playa paradisiaca. Y sin embargo, se trata de una playa muy especial. Para empezar porque permite dar paseos kilométricos, literalmente: es el arenal más extenso de Asturias si sumamos los metros de la playa de Los Quebrantos a los del Playón de Bayas, con el que está conectado. En total, tres kilómetros protegidos por un sistema dunar. O lo que es lo mismo: un regalazo para los amantes de las buenas caminatas que disfrutan del placer de pasear descalzo. Si vais por allí y tenéis buenos gemelos, un plan perfecto es subir al mirador de la playa, desde donde tendréis unas vistas de película.

Torca Urriellu

Aunque este lugar es bastante conocido para los asiduos a Asturias, lo cierto es que pasa más desapercibido de lo que debería. Se trata de una cueva de origen kárstico con una enorme sima de más de 1.000 metros de profundidad que impresiona incluso a los que no se sorprenden con facilidad. Un espectacular monumento natural que encontraréis en las estribaciones del Picu Urriellu, en el Macizo Central de los Picos de Europa, concretamente en el municipio de Cabrales. Está compuesto por dos sectores, uno repleto de pozos y meandros y otro formado por amplias galerías. El subterráneo río del Silencio discurre por aquí. 

Senda del oro

Encontrar tesoros dorados, pero no metafóricamente sino de verdad, era no solo posible sino frecuente en algunos rincones asturianos desde la época castreña. De hecho, los romanos ya explotaron la riqueza de tierras como Navelgas a través de minas. Hoy se puede recorrer toda la zona del valle del oro parando en pueblos donde se mezclan palacios, casonas, hórreos y templos: Tineo, Tuña, Pola de Allande, La Puela, San Martín de Beduledo o Montefurado son algunos de ellos. Además, en puntos como la Ruta de la Huella del Oro encontraréis antiguas minas de oro que merecen una buena excursión.

Cuevona Cuevas del Agua

¿Un pueblo al que se accede por una cueva? Puede sonar a fantasía, pero lo cierto es que es así: la llamada cuevona Cuevas del Agua da acceso al pueblo que le ha proporcionado su nombre, y solo por la experiencia de poder conducir bajo una cueva natural merece la pena una visita a este lugar que se encuentra muy cerca de Ribadesella. Son únicamente 300 metros, aunque con unas cuantas curvas, pero resultan más que suficientes. A lo largo de este pequeño recorrido veréis algunas formas tan singulares que hasta han sido bautizadas, como La lengua del diablo. 

Ojo de Buey

Desde lo alto de Peña Mea, a unos 1.557 m de altitud, la vista del valle lavianés es perfecta, de esas en la que no conviene haberse dejado la cámara en casa. Pero además aquí se encuentra un arco natural tan original que no podéis perderos la ascensión a esta cumbre. Lo llaman Ojo de Buey, y lo cierto es que parece exactamente eso: un enorme ojo desde el que ver parte del paraíso asturiano. Se trata de una enorme ventana natural en forma circular que traspasa el crestón de la peña. El plan perfecto para una mañana en la que os apetezca disfrutar de naturaleza y más naturaleza. 

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