Sobre todo en determinados rincones de nuestra geografía, que esconden auténticos paraísos subterráneos. Allí se encuentran cuevas alucinantes, espléndidos ríos bajo tierra y grutas de película formando un espectáculo que dejará más que satisfecho a los que buscan experiencias diferentes. Bienvenidos al encanto de las maravillas subterráneas.
Cueva de Altamira (Santillana del Mar, Cantabria)
La llaman la Capilla Sixtina del Paleolítico, y es una de las mayores joyas subterráneas no sólo de España sino del mundo. No es fácil adentrarse en ella (para prevenir su deterioro y procurar su conservación sólo se permite una visita semanal de cinco personas durante 37 minutos, y bajo un protocolo de indumentaria e iluminación), pero los afortunados que han podido visitarla aseguran que es una experiencia que impone: visitar el primer lugar del mundo en el que se identificó la existencia del Arte Rupestre del Paleolítico superior es un lujo. Existe otra posibilidad más accesible, y es la de visitar el Museo de Altamira, una réplica espectacular que se construyó precisamente para poder conservar y seguir estudiando la original. En ella veréis bisontes, caballos, ciervos, manos y misteriosos signos que son exactos a los que fueron pintados o grabados durante los milenios en los que la cueva de Altamira estuvo habitada, hace más de 13.000 años.
Cueva de Can Marçà ( Sant Miquel de Balansat, Ibiza)
En medio de un paisaje de postal, frente a las islas de Murada y Ferradura, se encuentra uno de esos lugares que no podéis perderos si pasáis por Ibiza. Porque además de aguas cristalinas y calas de anuncio, en esta isla, concretamente en el puerto de Sant Miquel de Balasant, podréis visitar la cueva de Can Marçà. Una de sus peculiaridades es que se encuentra entre 10 y 40 metros sobre el nivel del mar en el interior de un acantilado. Otra, que en su interior veréis cascadas y cursos de agua espectaculares, además del sorprendente efecto natural de la luminescencia de algunas rocas. Todo un espectáculo con una antigüedad de más de 100.000 años. Una curiosidad: cuentan que los contrabandistas fueron los primeros en usarla, depositando en ella las mercancías que izaban desde el mar.
Río subterráneo de San José (La Vall d'Uixó, Castellón)
Dicen que es el río subterráneo más largo de Europa, pero su longitud en las profundidades de la tierra no es su único atractivo. Otro de los encantos de este lugar que encontraréis en La Vall d’Uixó, en pleno Parque Natural de la Sierra de Espadán, es la cantidad de alucinantes formas geológicas que iréis descubriendo durante el paseo en barca que recorre la mayor parte del río. Ya asombraron a los primeros espeleólogos que se adentraron en esta cueva a principios del siglo XX, y esa fue la razón de que hicieran nuevas expediciones espeleológicas para ir descubriendo poco a poco más cavidades. Un paisaje espectacular que la naturaleza ha mantenido oculto durante decenas de siglos.
Las Cuevas del Drach (Manacor, Mallorca)
Cuentan que ya en la Edad Media lo que hoy es Manacor era conocido por albergar estas espectaculares cuevas, que después serían exploradas a finales del XIX por M.F. Will y un poco más tarde por E.A. Martel, quien descubrió el asombroso lago que lleva su nombre. Considerado uno de los mayores lagos subterráneos del mundo, es el rincón preferido por la mayoría de los visitantes. Y también el lugar donde se realizan conciertos de música clásica a diario, una experiencia que no defrauda ni a los más exigentes. Cada día, después del concierto, se puede contemplar una exhibición de efectos luminosos que recuerda la salida del sol dentro del lago para después cruzarlo en barca o a través del puente.
Cuevas de Hércules (Toledo)
En pleno centro de la ciudad de Toledo, un espacio subterráneo esconde un auténtico tesoro que no podéis perderos. Son las cuevas de Hércules, unos espacios abovedados donde la leyenda cuenta que Hércules levantó un palacio en el que ocultó las desgracias que amenazaban a España. Cerrado a cal y canto, ordenó que nadie entrara en él, de lo contrario todas esas desgracias tendrían lugar. Y según la misma leyenda, fue el rey Rodrigo quien incumplió la norma. También cuentan que por un tiempo este espacio alojó la mismísima mesa del Rey Salomón. Hoy podemos ver bajo lo que fue la antigua iglesia de San Ginés la cisterna romana de la segunda mitad del siglo I. Un lujo para los amantes de la historia y de las leyendas.
Gruta de las Maravillas (Aracena, Huelva)
Pionera en el turismo subterráneo, la gruta de las Maravillas abrió sus puertas al público hace ya más de un siglo, en 1914. Desde entonces ha recibido a miles de visitantes que aseguran que el paisaje que esconde es único. Con extensos lagos y originales formaciones, este especial monumento natural fue descubierto hacia mediados del siglo XIX. Cuentan que un pastor perdió una res en las inmediaciones de la gruta y buscándola dio con este tesoro, aunque otras fuentes aseguran que el descubrimiento estuvo relacionado con la actividad minera que se desarrolló en la provincia en esa misma época. La gruta tiene una extensión de algo más de dos kilómetros que han servido de escenario a rodajes como Viaje al Centro de la Tierra, Titanes o Yerma.
Cueva de Nerja (Nerja, Málaga)
Cuando en el verano de 1960 la Orquesta Sinfónica de Málaga acompañó al ballet Le Tour de Paris en la llamada sala del ballet de la recién descubierta Cueva de Nerja, el afortunado público que asistió al espectáculo comentó que jamás había visto nada parecido. Era el acto con el que se inauguraba oficialmente este alucinante lugar al que llegaron por casualidad un grupo de chavales de Maro año y medio antes. Seguían a unos murciélagos que se colaron por una estrecha cavidad en las montañas, y así fue como encontraron un pequeño paraíso en forma de espectacular cueva. Desde entonces, cada verano se celebra en su interior el Festival de Música y Danza que ha recibido a artistas como Montserrat Caballé, Kiri Te Kanawa, Paco de Lucía, Julio Bocca y un largo etcétera.
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