Borges siempre imaginó que, de existir, el paraíso sería algún tipo de biblioteca. Y no le faltaba razón al autor de El Aleph. Los libros lo pueden todo, o casi todo. Sin embargo, su atributo más poderoso se esconde en la capacidad que tienen para transportar a quienes los leen, sin que para ello sea necesario levantarse del sillón.
Viajes de bolsillo, travesías en papel, rutas tan aterradoras como apasionantes, tan especiales como irrepetibles. Desde el Congo de El Corazón de las tinieblas, de Conrad, hasta la Nueva York de la depresión con el Manhattan transfer de John Dos Passos. Pensando en el verano que no llega siquiera a su ecuador, en Marabilias proponemos cinco destinos –cinco libros–. En ellos está escrito todo lo que no aparecerá en ninguna guía de viajes.
La Anti-Tailandia, con Michel Houellebecq. Este libro es como él: cínico, magnífico, perverso. Publicada en 2001, Plataforma fue la tercera novela del francés Michel Houellebecq. En ella, el controvertido premio Goncourt narra la historia de Michel, un funcionario parisino, apocado y apático que parte de vacaciones a Tailandia para olvidarse de todo y sumergirse de lleno en el oasis del turismo sexual. Allí conoce a Valérie, directiva de Nouvelles Frontières, y con ella decide crear una red mundial de colonias turísticas en las que el sexo se practique libremente. Un atentado integrista cambiará los planes de ambos. Al momento de su publicación, Houellebecq dio más cuerda a su polémica cosecha literaria, en la que ya figuraba el éxito de Las partículas elementales. Sin embargo, el libro dio la campanada al año siguiente, cuando ocurrió el atentado contra dos centros nocturnos con clientela occidental de Bali, en octubre de 2002. Para muchos fue premonición. Cierto o no, este libro es una verdadera joya del francés.
Egipto de la mano de Agatha Christie. Es un clásico del suspense. Muerte en el Nilo (en inglés Death on the Nile) es una de las mejores novelas de Agatha Christie. La historia arranca con una estampa, si se quiere, inofensiva: el viaje de novios por Egipto de una joven pareja. Sin embargo, tan sólo unos días después de partir, la esposa muere asesinada en el barco que les conduce por el país. Desde este momento todos los pasajeros serán sospechosos y la trama irá complicándose a medida que el viaje continúa entre los restos monumentales de la milenaria civilización. El río más largo del mundo sirvió de hilo conductor a Christie para narrar una de las novelas más populares del género negro.
On the road: Cruzar los EEUU. En esta novela Jack Kerouac narra el viaje de dos chicos, Dean Moriarty y Sal Paradise, que recorren Nueva York, Nueva Orleans, Ciudad de México, San Francisco, Chicago. Se trata de una ruta exagerada y desaforada: drogas, sexo, jazz, desencanto, periferia, cadillacs y literatura. Una crónica cuyos protagonistas, en la vida real y en el libro, fueron Jack Kerouac, Neal Cassady, Allen Ginsberg y William Burroughs. Con ella, Kerouac no retrató un país; retrató a una generación. Es, sin duda, la biblia de los beatniks. Cuando se publicó, la crítica la calificó como la prueba de que Kerouac era el más aventajado "heredero de Charlie Parker".
África, de la mano de Kapuscinski. Ébano es, a la vez, un libro de viaje, una clase maestra de crónica periodística y una ventana al corazón valiente de Ryszard Kapuscinski. En sus páginas, el reportero polaco no sólo narra los acontecimientos más importantes que marcaron la vida en el continente negro en los últimos años, sino que lo hace con ricas estampas en las que el interés por descubrir al otro convierten sus páginas en literatura. Lejos del folclore y el tradicionalismo, Ryszard Kapuscinski pasa de la profundidad de la selva congoleña a la amplitud del desierto del Sahara. Es, sin duda, una crónica imprescindible para acercarse al rincón más desconocido de la Tierra.
De crucero por el Caribe con Foster Wallace. Él era el hombre perfecto para este viaje. Cuando la revista Harper's Bazaar le pidió a David Foster Wallace que se montara en un crucero de lujo por el Caribe y escribiese al respecto, el escritor aceptó. El resultado no pudo ser mejor. Se trata del libro Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer. A medio camino entre la crónica periodística y el esperpento, el padre de la literatura moderna norteamericana descuartiza el mito del glamouroso transatlántico. Las cenas de socialité, las horas muertas en cubierta y la oxigenada animación que distrae al pasajero de su condición de preso del mar. Escrito con amargura, humor y una concentradísima dosis de inteligencia.
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