Nieve

Prepárate con tu todoterreno para disfrutar en la nieve

Las primeras grandes nevadas ya han llegado y, lejos de amilanarnos, es época de disfrutar en ella de nuestro todoterreno. Eso sí, con especial atención tanto del coche en sí como de nuestra conducción. Con prudencia y una mínima preparación, llegarás más lejos de una forma segura.

La temporada de nieve se ha adelantado este año con las grandes nevadas caídas en la segunda mitad del mes de noviembre. Una época que nos llevará a disfrutar de la nieve hasta más allá del mes de marzo, muchos meses para todo tipo de actividades con este atractivo manto blanco como protagonista. Y aunque el esquí es el rey de la temporada, hay ocio más allá de él. ¿Qué tal una excursión en todo terreno?

Porque aunque pudiera no parecerlo, los auténticos 4x4 nos permiten, con una cierta dosis de preparación, aventurarnos por singulares recorridos aun a pesar de la nieve, o sencillamente acceder a lugares remotos a los que no llegaríamos con un turismo normal o incluso un SUV.

Gracias a una pequeña preparación, nuestro todoterreno puede afrontar sin problemas el recorrido por la nieve.

Eso sí, antes de realizar una salida invernal hay que revisar lo primero tanto el estado de nuestro todoterreno como el del equipamiento necesario para posibles tareas de rescate, como las planchas, eslingas o la imprescindible pala para retirar la nieve allí donde haga falta. En lo que al vehículo se refiere, especial atención al único elemento en contacto con la nieve, las ruedas, que deben tener un mínimo de profundidad en el dibujo, unos cuatro o cinco milímetros, fundamental ya que el neumático se llena de nieve y patina sin control cuando el dibujo desaparece.

Otro elemento muy importante resulta la batería, ya que el frío no perdona y una falta de carga puede hacer que en situaciones extremas podamos quedarnos tirados. Y por si ello llegara a suceder, no podemos olvidarnos de un equipo de supervivencia para el frío, en el que no debiera faltar algunos elementos básicos, como el chocolate y el agua para, o ropa de abrigo y una sencilla vela para calentar el interior del vehículo si no nos queda más remedio que permanecer en él durante unas horas.

En marcha

Con todo ya preparado y revisado, iniciamos la marcha en busca de la deseada nieve y, lo primero que debemos tener en cuenta al llegar a ella es el tipo de nieve en la que nos encontramos, analizando el espesor y la consistencia de la misma y si hay o no huellas de rodadas previas, que varían de manera notable el comportamiento del vehículo, debiendo tomar precauciones en este último caso ya que es posible que la nieve se haya prensado. Se debe mantener entonces un ritmo de marcha constante, sin aceleraciones o frenadas bruscas, porque los distintos tipos de nieve cambian la manera de afrontar el paso por la misma. La que es en polvo recién caída hace que podamos avanzar con cierta facilidad, incluso si cubre la altura libre del vehículo. La nieve primavera, mucho más húmeda, tiende a apelmazarse dificultando bastante el avance.

Con una altura elevada del suelo y neumáticos específicos para nieve, el resultado puede ser tan exitoso como queramos.

Con unos 20 ó 30 centímetros de espesor ya podemos hablar de suficiente nieve como para que sea un obstáculo prácticamente insalvable para un turismo de calle, pero no para un todoterreno con tracción a las cuatro ruedas y una gran altura libre al suelo. Aun así, hay que prestar mucha atención a la conducción, circulando lógicamente con la tracción total conectada y en marchas más o menos largas para evitar la pérdida de adherencia por exceso de par a las ruedas. Sobre todo, se debe evitar circular en primera velocidad, aunque en caso de afrontar un pronunciado descenso haremos justamente lo contrario, meter primera e, incluso, accionar la caja reductora si nuestrotodo terreno la lleva, evitando así utilizar el pedal del freno en la medida que podamos para evitar un descenso descontrolado con las ruedas bloqueadas. Bajo la nieve podemos encontrarnos ocultos en ella los obstáculos habituales en campo, como piedras o profundas zanjas, lo que obliga a extremar precauciones.

Con una elevada altura libre al suelo —que podemos ganar respecto a la de serie con los muchos kits de amortiguación sobreelevada— y unos neumáticos específicos de tacos para nieve, el resultado puede llegar a ser tan exitoso como nosotros mismos queramos. Más económico y sencillo son las tradicionales cadenas, que permiten que las ruedas no se llenen de nieve y van rompiendo el terreno a nuestro paso. Eso sí, todo puede llegar a complicarse si aparece un enemigo tan temido como es el hielo, en el que el uso de las cadenas se hace casi obligatorio para poder seguir avanzando.

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