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Entre el amor y el odio: las peores madres de la televisión

No sabemos si odiarlas o amarlas. Si fueran nuestras madres seguramente las odiaríamos y tendríamos muchos motivos para requerir los servicios de un psiquiatra. Afortunadamente estas madres sólo existen en la ficción y, por mucho que estos personajes nos enamoren como espectadores, no nos gustaría tener con ellas ningún lazo de sangre.

Martha Rodgers

La madre de Richard Castle está a la misma distancia del amor que del odio. Aunque ahora es una señora alegre y simpática de cierta edad, todo indica a que ser educado por ella debió ser complicado, aunque en ningún momento se puede negar el amor que siente por su hjo y por su nieta.

Catelyn Stark

Viendo cómo han acabado sus numerosos hijos en Juego de Tronos (en el mejor de los casos, perdidos a saber dónde y acosados por un millón de peligros), no se puede decir que la matriarca de los Stark sea un modelo de maternidad. En todo caso es un modelo de lo que no hay que hacer.

Bree Van de Kamp

Republicana, portadora de armas, mujer de su casa y cocinera de éxito. La pelirroja de Mujeres desesperadas es un modelo de mujer en gran parte de Estados Unidos pero una madre que a nadie le gustaría tener. Dormir en sábanas escrupulosamente planchadas y tener repostería casera recién horneada todos los días no compensa el esfuerzo de aguantar a esta señora.

Judy Geller

Que las madres tienen favoritos es algo que todos los hijos hemos sospechado (bueno, yo no, porque no tengo hermanos y mis padres no pueden elegir), pero una cosa es pensarlo y otra muy distinta proclamarlo a los cuatro vientos, siempre que puedas, sin importar el momento ni el lugar y delante de todo el mundo, como ya hizo esta mujer a lo largo de las diez temporadas de Friends. Con una madre así, normal que Monica (Courtney Cox) fuera tan neurótica.

Lucille Bluth

Posiblemente la madre más insoportable de la historia de la televisión sea Lucille Bluth, la pija arpía alcohólica que conocimos gracias a Arrested Development. Además de beber sin apenas tambalearse hasta límites que llevarían al coma etílico a un marinero ruso, los intereses de Lucille son hundirle la vida a su prole y pasar el día en el club de campo (eso sí, con un copazo en la mano desde bien temprano).

Monica Gallagher

No está muy claro si los seis hijos Gallagher de Shameless estaban mejor antes o después de que su madre se fugara con una camionera negra lesbiana. Si algo comparte Monica con su marido Frank es la afición al alcohol y las drogas, pero además ella tiene el plus de padecer un trastorno bipolar. ¿Dónde están los servicios sociales cuando se los necesita?

Estela Reynolds

La ficción española también tiene sus madres insoportables, y entre todas ellas destaca una sobre todas las demás: la actriz venida a menos Estela Reynolds. Su histrionismo, sus habilidades de drama queen y esa habilidad innata para crispar a la gente hicieron de Estela uno de los personajes estrella de La que se avecina. Aunque ella es muy cañí tiene algo en común con Lucille Bluth: si le pones “un güisquito” te deja en paz.

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