Si algo podría exportar España es su peculiar forma de entender la televisión. Mientras otros países apuestan por una ficción de corte prácticamente cinematográfico o unos formatos novedosos y revolucionarios, nosotros hemos creado una máquina perfecta de generar famosos y analizar la crónica rosa. Y nos funciona a las mil maravillas.
Aunque, posiblemente, el extenso caldo de cultivo que hemos tenido a lo largo de los años nos ha dado un currículo envidiable para el corazón. ¿O acaso pensaban que Sálvame ha sido fruto de la improvisación? Todos y cada uno de los integrantes del programa más revolucionario de los últimos tiempos tienen las espaldas muy curtidas en la televisión, en la crónica social y en las polémicas en directo.
Algunos famosos del corazón se han convertido en una especie de protagonistas de un reality en forma de programa.
Han compartido platós, negocios, rifirrafes y enemistades que les han posicionado en un status único para protagonizar esta especie de reality en forma de programa de entretenimiento -el mérito real es de quien tuvo la idea y consiguió que todos claudicaran y firman sus respectivos contratos-.
Antes de que Sálvame, y por ende, Mediaset, se transformara en el reducto más libre de la prensa del corazón, otros espacios enarbolaron con orgullo la etiqueta de 'telebasura'. Y lo hicieron gracias a unos rostros televisivos que han corrido una suerte muy diversa. Algunos, como el propio Jorge Javier Vázquez, continúan reinado sin demasiado problema en la pequeña pantalla. Otros, como su compañera en Aquí hay tomate, Carmen Alcayde, se mantienen a flote como comentaristas de realities y presentadores sustitutos de algún que otro programa, pero la mayoría han quedado en el olvido.
El precio de vincularse a la crónica social
¿Tanto marca vincularse a la crónica social? ¿Es difícil remontar el vuelo tras una temporada hablando de personajes sociales? Repasemos a estos adalides de los programas del corazón que han tenido una suerte más que discreta tras colgar la máscara de la frivolidad:
Ximo Rovira
Si ha habido un programa de corazón que ha marcado el devenir de todos los demás, ese fue Tómbola. Gestado en el seno del Canal 9 más boyante, el espacio conducido por Ximo Rovira, con su sofá en forma de labios rojos y sus polémicas entre colaboradores e invitados, se convirtió en todo un fenómeno -de esos que nadie ve, pero todo el mundo comenta-. Tratar de repasar los mejores momentos de sus siete años de duración resultaría imposible, pero allí vimos a Chabeli Iglesias abandonar el plató en su primer día de emisión, a Jesús Mariñas gritarle que se callara a Karmele Marchante y a Ximo Rovira tratando de controlar todo el tinglado. Cuando terminó el programa, Rovira continuó vinculado a Canal 9 -con alguna incursión en Antena 3- hasta el cierre del canal autonómico. Nunca consiguió repetir el éxito.
Chapis
Antes de que ¡Qué me dices! se convirtiera en una revista semanal fue un programa del corazón. Corría la década de los 90 y Telecinco decidió amenizar sus sobremesas con un espacio de crónica social desenfadado, algo absurdo y con apariencia de espontáneo. Para conducirlo ficharon a Belinda Washington y a José Antonio Botella, alias 'Chapis', una pareja de lo más extraña, pero que funcionaba bien. El programa duró tres años, tras los cuales, Chapis desapareció. Doce años estuvo retirado, hasta que se atrevió de nuevo a pisar un plató en La noria. El presentador contó que su adicción a las drogas le llevó a sufrir un ictus, que su padre falleció y que le dejó su novia, así que ya no tuvo ningún interés en volver a la televisión.
Cristina García Ramos
Durante quince años, Cristina García Ramos fue la versión más elegante de la crónica social. Lejos de lo que acabaría convertido en la seña de identidad de Telecinco, el Corazón, corazón de La 1 trataba de ofrecer la cara más amable, aristocrática y glamurosa de la prensa del corazón. Todo aderezado con la serenidad de García Ramos y su característico acento, que le ganó más de una imitación. Con el paso del tiempo, el programa empezó a sufrir el desgaste lógico y a quedarse anticuado frente a propuestas que se tomaban menos en serio. Acabó fusionándose con el Corazón presentado por Anne Igartiburu y con García Ramos desvinculándose de RTVE tras treinta años de servicio.
Santi Acosta
Uno de los casos más sorprendentes de la crónica social es el de Santi Acosta. ¿Cómo un presentador sin demasiado carisma ni naturalidad termina siendo líder de audiencia gracias a un programa del corazón? Acosta empezó su carrera en Telemadrid, desde donde saltó a Antena 3 para presentar Salsa Rosa, un magazine semanal dedicado a analizar la actualidad del corazón. Por allí pasaron nombres clásicos como Lydia Lozano o Pepe Calabuig. El formato duró cuatro años y fue sustituido por Sábado dolce vita, un espacio idéntico y también presentado por Santi Acosta. El fracaso, evidentemente, estaba cantado. Acosta volvió a Telemadrid durante una temporada, para retomar la crónica social en Enemigos íntimos, esta vez en Telecinco y en franja de late night. El programa se dedicó a vivir de las polémicas generadas con Sálvame y acabó siendo cancelado.
Víctor Sandoval
Telemadrid, viendo el éxito de Aquí hay tomate, decidió crear su propia versión. Así apareció Mamma mía, con el mismo tono, el mismo formato y la misma pareja de presentadores que el espacio de Telecinco. Para esta ‘pseudoversión’ se contrató a Víctor Sandoval y Francine Gálvez -que fue sustituida por Pilar Soto y, finalmente, por Patricia Pérez-. El programa duró cinco años y pese a que Sandoval ha continuado ligado a la crónica social, no ha conseguido repetir ni éxito ni status -pasó fugazmente por Aquí hay tomate como sustituto veraniego de Jorge Javier Vázquez-. Ahora, tras explotar su ruptura con Nacho Polo hasta la saciedad, aparece de vez en cuando en el plató de Sálvame.
Jaime Cantizano
Los programas del corazón nunca estuvieron más animados que durante la pugna entre Sálvame Deluxe -cuando todavía no había perdido el 'Sálvame'- y ¿Dónde estás corazón? Unos apostaban por la locura, otros por la seriedad y ambos trataban de descalificar al rival como si de partidos políticos se tratase. DEC fue el cortijo de Jaime Cantizano, un galán a la antigua usanza que luchaba por no poner cara de aprensión cada vez que tenía que presentar a los personajes más pintorescos de la crónica social. Allí vimos nacer a la vena de María Patiño, todo un hito en la televisión. Pero, finalmente, no pudieron competir con el Deluxe. Tras un parón más que necesario, Cantizano volvió a la televisión en TVE, mucho más acorde con su estilo personal y profesional de otra época. Pero de éxito poco -como todo lo que proviene del canal público-. Parece que todo no se puede tener.
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