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¿Debe terminar Homeland en la cuarta temporada?

La otrora exitosa serie de Showtime vuelve esta noche a nuestro país de la mano de Fox. Sin embargo, vistos los dos primeros capítulos, la serie deja más dudas que ganas de ver los siguientes.

[Este artículo contiene SPOILERS de las tres primeras temporadas de la serie]

Llegas a casa con unas ganas locas de ponerte delante del ordenador para ver esa serie que tantos meses llevas esperando. Durante todo el día estás pensando en ese momento en el que te reencontrarás con Homeland, esa serie que le ha dado a Showtime y a Claire Danes una ristra de premios durante las tres pasadas temporadas y que vuelve esta noche en forma de regalo para sus seguidores en España a través de Fox.

Para los que no han podido aguantar las ganas, y que tenían apuntado en el calendario el 5 de octubre con luces de neón, fue el lunes el momento en el que se toparon con el primer episodio. Es en su inicio cuando comienzas a echar de menos algo. Bueno, más bien, echas de menos a alguien. Un inicio de capítulo a trompicones, descentrado y sinsustancia que deja al espectador frío y con mil dudas en su sofá.

¿Dónde nos quedamos?

La tercera temporada acabó con la muerte [ATENCIÓN, SPOILER] del sargento Brody con la interpretación redonda tanto de Claire Danes como la del propio Damian Lewis. En ese momento ya se sabía que la renovación de la serie era una realidad (recordad que Danes tiene firmado un contrato por siete años). Y fue también en ese momento cuando a la serie le salieron detractores de hasta debajo de las piedras (y los cimientos de las alegaciones de sus fervientes defensores tambaleaban). Muchos decían que ESE tenía que haber sido el final. Se cerraba una etapa; se cerraba una relación; se cerraba una vida.

La vida que giraba alrededor de Carrie Mathison y Nicholas Brody terminaba con ese trágico momento del ahorcamiento en una plaza abarrotada de gente que jaleaba la muerte del traidor. Pero al tiempo que esa vida terminaba, otra germinaba en el interior de la agente de inteligencia de la CIA. Carrie estaba embarazada, confirmado que era de Brody. Y gritaba y gritaba desgañitada de dolor porque, al final, el sargento pelirrojo era ese hombre por el que había renunciado una vez al cuerpo de inteligencia y con el que, en menos de nueve meses, iba a compartir la maternidad de una criatura.

Carrie ha dado a luz. ¿Dónde está el bebé?

Y es eso, el embarazo, lo que al espectador le recorre la mente cuando se enfrenta al primer capítulo de la cuarta temporada de Homeland. ¿Qué había pasado con el bebé? ¿Lo tuvo? ¿Y qué hace en Afganistán? ¿No tenía que haber estado en Estambul? Y en lugar de sembrar de respuestas las dudas que albergamos desde hace meses, el capítulo se centra en un ataque con drones en Afganistán porque es allí donde ahora mismo Carrie Mathison es la jefa suprema. Y porque será el hilo argumental de la actual temporada.

Y mientras el capítulo transcurre entre bombas y personajes intrascendentes que mueren transcurridos los 30 primeros minutos, el reloj parece detenerse y aumentar el suplicio que supone enfrentarse a este episodio lleno de claroscuros y minutos de la basura. El tiempo pasa despacio y el sargento Brody no aparece ni de refilón. Ni siquiera su recuerdo. Es una sensación que apena porque durante un tiempo has defendido a capa y espada que la serie podría continuar sin él.

Es ya en el segundo episodio cuando empiezan a responderse esos interrogantes que mencionaba más arriba. Muchos diréis que no se puede juzgar una temporada solamente por el inicio de ésta, que queda mucho por delante o que Homeland ya estaba sentenciada. Sin embargo, desde hace tiempo el debate que gira alrededor de esta serie es el mismo: ¿Se ha estirado el chicle demasiado?

Si hay algo que está claro es que esta adaptación norteamericana ha dado giros que, mejor o peor, ha sabido cerrar , más con interprtaciones excelentes que con guiones brillantes. El problema estará en si a partir de ahora se sabrán cerrar esos círculos sin sentido o se darán palos de ciego para dejar claro que Homeland es mucho más que una relación de amor entre una espía y un traidor.

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