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El club de los famosos repudiados y vetados por la cadena Mediaset

El universo Mediaset es complicado. La cadena ha encontrado la fórmula de oro para vertebrar su programación y conquistar al público, creando contenidos de un programa a otro y convirtiendo en noticia a sus propios colaboradores. Pero tal y como llegan a la cima, pueden caer también en desgracia. La última, Rosa Benito, pero ha habido más.

Los rumores sobre vetos de la dirección de Mediaset son constantes. Los sufrió Terelu Campos con su repentina marcha de la televisión, y pese a que las dos partes lo negaron, no nos lo terminamos de creer hasta que no la vimos sentada, de nuevo, en en plató. Y es que tampoco sería tan extraño que la benjamina de las Campos -talludita, sí, pro benjamina- desapareciese un día de la programación. En Mediaset se funciona así. Un día estás, otro no estás. Un día lo eres todo, al siguiente ya nadie puede hablar de ti en antena. Y no se crean, no hay nadie a salvo, por mucha audiencia que genere o muchos fans que arrastre.

Con el comienzo de Pasaporte a la isla, el nuevo reality low cost destinado a cubrir el verano, nos reencontramos con Mari Ángeles Delgado, más conocida como la madre de Aída Nízar. Sí, sorpresa, sorpresa. Cuando pensábamos que toda la familia Nízar estaba vetada en Telecinco, la misma cadena se redime y les vuelve a invitar. ¿No han encontrado nadie más para cubrir el hueco en el jurado del concurso? ¿Creen que la vuelta de 'madre', como la llamaban en Mujeres y hombres y viceversa, les dará audiencia? ¿Era necesario pasar por este trance de nuevo? Las decisiones de Mediaset sí son inescrutables...

Si tienen pensado unirse a alguno de los programas de la cadena para hacerse con el carné de 'pseudofamoso' y amortizarlo económicamente, piensen que, en cualquier momento, se les puede acabar el chollo. Así ocurrió con estos rostros televisivos, aunque la esperanza es lo último que se pierde:

Rosa Benito 

Fue la ganadora más recordada de Supervivientes, la esperanza blanca para reflotar el reality, el centro neurálgico de un drama familiar que llenó tardes y tardes de Sálvame, pero ahora no es nadie. Un buen día amanecimos con la expulsión de Rosa Benito de Telecinco. La cadena, al parecer, molesta con el comportamiento de su hija Chayo, había decidido no renovar el contrato de la colaboradora. ¡Pero bueno! En un primer momento nos temimos lo peor. Ahora Rosa estará vetada y ya nadie de Sálvame podrá hablar de ella. Nada de eso. Mientras la excolaboradora trata de redirigir su vida, sus antiguos compañeros han sacado ya el hacha de guerra. Auguramos una vuelta tras el verano.

Miriam Sánchez 

La maldición de las ganadoras de Supervivientes. Miriam Sánchez había conseguido borrar su pasado como actriz porno para reinventarse en colaboradora, asesora del amor y concursante de realities. Parecía que su puesto en la cadena estaba más que asegurado, pero, entonces, estalló la bomba en Mujeres y hombres y viceversa. Un escándalo de su ex, Pipi Estrada, con algunas participantes del programa hizo que la pareja saliese propulsada. Ahora, con el paso del tiempo, y la vuelta de Supervivientes, Miriam ha aterrizado de nuevo en Telecinco. ¿Durará esta vez?

Pipi Estrada 

El periodista deportivo había conseguido capear uno de los grandes handicaps de la carrera de cualquier colaborador en Mediaset: enemistarse con Belén Esteban. Gracias a su ¿verborrea? ¿desparpajo? ¿estilo viejuno? Pipi Estrada ejercía de asesor del amor permanente en Mujeres y hombres y viceversa cuando unas fotografías íntimas del colaborador hicieron explotar el mayor escándalo del programa. Al final, la dirección decidió prescindir de sus servicios y hasta hoy. Tampoco le echamos mucho de menos, que quede claro. 

Aída Nízar

La vuelta de Mari Ángeles Delgado nos hace temer que su hija está a punto de regresar. Aída Nízar tiene el récord de ser, posiblemente, la concursante de reality más odiada y a la que menos le importa. Sabe que lo bueno es que hablen, aunque sea para criticar. Su paso por Supervivientes nos dejó a todos hartos, aunque se remidió con una sorprendentemente acertada sección en Sálvame. Hasta que, claro, demandó a la cadena y se acabó su presencia en televisión. Como a Pipi, tampoco la echamos mucho de menos. 

Noel

Si las decisiones sobre los colaboradores son más que peculiares, las de los participantes de realities tampoco se quedan cortas. Mediaset se había caracterizado por no invitar a plató a los expulsados de forma disciplinaria de los realities, hasta que llegaron Los Chunguitos y se sentaron en todas las galas, pese a casi ni abrir la boca. En la última edición de Supervivientes, el más damnificado ha sido Noel. El extronista salió de la isla decepcionando a todos los espectadores por el poco esfuerzo demostrado y nunca más se supo. La cadena se ha reservado su derecho de admisión a las galas y el exconcursante asegura que ha sido un mal entendido, que la dirección cree que forzó su salida para ir a un bolo. Nunca lo sabremos y, probablemente, tampoco le veamos mucho.

Hilario Pino  

No solo entre los colaboradores y concursantes se producen extraños movimientos, El periodista Hilario Pino también abandonó de forma precipitada su puesto de trabajo en Cuatro. Parece -parece, que nosotros no estuvimos en aquel despacho-, que una de las noticias del periodista no sentó demasiado bien en las altas esferas políticas del país y como consecuencia, Pino tuvo que recoger sus bártulos y buscarse una nueva casa. Como no podía ser de otra forma, la ha encontrado. En La Sexta, donde están curados de espanto con los movimientos de la Administración pública.

Pilar Eyre 

Una de las pérdidas que más nos ha dolido en los últimos tiempos. Cada vez que Pilar Eyre hacía acto de presencia en Telecinco uno no podía despegarse de la pantalla. La periodista era una de las habituales de la cadena hasta que su libro La soledad de la Reina le costó el puesto. A partir de la publicación del libro, la cadena dejó de contar con ella -¿sonó el teléfono rojo?-. Ahora ha cambiado Telecinco por Antena 3 y Sálvame por Espejo público. Su vuelta a la televisión era cuestión de tiempo.

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