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Iker, Carmen y Cuarto Milenio: ¿hasta cuándo?

Bienvenidos a la nave del misterio. Asi nos recibe todos domingos Iker Jiménez, conductor de Cuarto Milenio y a quien parece que no le importa lo más mínimo tener que trabajar con su mujer, Carmen Porter.

¿Hay vida en otros planetas? ¿Dónde está el Santo Grial? ¿Qué pasó en realidad el 23-F? ¿Cuántas niñas de la curva hay en la Red de Carreteras del Estado? ¿Qué relación hay entre los dibujos que aparecen en las cosechas y los accidentes aéreos? ¿Cómo se trataban las enfermedades en la Edad Media? ¿Aún no se han mudado los fantasmas del Palacio de Linares? Iker y Carmen no le hacen ascos a nada, todo vale para terminar la semana.

El formato pasa con toda naturalidad de temas científicos más 'serios' a una ráfaga de breves noticias de toda clase y condición (lo mismo vale una epidemia que un caso de canibalismo), igual que es tan capaz de montar una mesa redonda sobre algún tema histórico interesantísimo como de llevar a cabo un análisis riguroso de esa misteriosa sombra que ha tenido en vilo a toda la familia desde las vacaciones del 87 y que no es más que el contorno de la mano de tu padre tapando parte del objetivo.

Pero si hay un misterio que el matrimonio Jiménez-Porter parece haber resuelto es el de la longevidad, porque Cuarto Milenio lleva en antena desde que Cuatro comenzó a emitir, en noviembre de 2005.

La primera clave del éxito es la de haber sabido adaptar a la televisión el formato radiofónico Milenio 3. La adaptación de un medio a otro no es sencilla, y seguro que a todos se nos ocurren sin mucho esfuerzo nombres de presentadores que no han sabido 'reciclarse', pero no es el caso de Cuarto Milenio, que se ha librado sin despeinarse del 'tufillo' a radio.

La segunda, y muy importante, conectar tanto con los convencidos como con los escépticos. En el programa tiene la misma cabida la opinión de un investigador académico que la de un experto autoproclamado, es el espectador quien decide a qué versión da valor mientras Iker asiente a todos los invitados indistintamente.

Y todos contentos, porque Cuarto Milenio no busca la polémica ni quiere convencer a nadie de nada, simplemente te da los argumentos y tú ya eliges la versión A, la B... o irte a la cama a leer, porque después del 'tema serio' la verdad es que el programa se pone algo inquietante y lo mismo si nos quedamos un rato más nos va a costar conciliar el sueño.

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