El papel de Woody Harrelson, que deslumbra de la misma forma que la de su compañero, es el de hacer fijar las aristas que Matthew es incapaz de llenar. Son el ying y el yang, sólo que ambos tienen su lado malo igual de oscuro. No sé de dónde habrán salido los nombres de los papeles principales, pero su concordancia con Starsky y Hutch (Marty y Rust) me tiene desconcertada.
Harrelson interpreta a Marty, un detective de rango superior al de Rust que no entiende cómo su compañero es capaz de sacar esas conclusiones con la mera observación de los lugares que visitan. Harrelson lo hace bien, sí, pero no tanto como Matthew. Casado y con dos hijas se juega su matrimonio jugando con fuego, un fuego que le da calor y olor a sexo a una serie en la que no echaréis en falta las historias de amor. Sobran. True Detective no habla de amor. True Detective habla de amistad. Esa que al principio parece no existir pero que, al final, y tras un camino de espinas, ambos policías, ya retirados, serán capaces de defender con la vida.
- "World need bad men"
- "Light versus dark"
- "I’d protest, but it occurs to me you’re unkillable"
- "If you ask me, light’s winning"
La fotografía, una exquisitez
Si me preguntan qué hace de True Detective diferente de otras series yo les diré: la fotografía. Es increíble lo que una buena dirección fotográfica es capaz de hacer. Dicho sea de paso que los paisajes de Louisiana ayudan a crear ese halo de misterio y satanismo que se ven en la serie, pero el trabajo de Adam Arkapaw es soberbio. En un artículo reciente de Vulture se explicó cómo se han hecho esas imágenes, revelando que True Detective fue grabada con Kodak Film, a excepción de esos 6 minutos de magia de los que hablaremos más adelante.
Arkapaw es el mismo al que hay que felicitar por su trabajo en Top of the lake, la miniserie protagonizada por Elistabeth Moss. Arkapaw ideó esa estética mucho más en las escenas que transcurren en 1995, dando a los flashbacks una calidad nostálgica. Lo que no querían hacer ni Pizzolatto, ni Fukunaga ni Arkapaw era dotar a las escenas de la naturaleza del asesino. True Detective no es Saw. “Hay una línea y nosotros no quisimos cruzarla”, dijo al magazín.
Prometí que no habría spoilers pero hay un plano que merecen una opinión por mi parte. En primer lugar, el plano secuencia del capítulo cuarto supone un punto de inflexión en la serie. Los tres primeros capítulos te dejan pensando si merece la pena seguir o no. El cuarto lo peta, el quinto sigue su estela, pero el sexto y el séptimo existen para cerrar la obra que se supone casi perfecta con la emisión del octavo episodio. El citado plano secuencia (del que no desvelaré su contenido) es, como su propio nombre indica, una toma sin cortes que se extiende más allá de seis minutos en los que no sabes si te estás quedando petrificado o si estás dentro de un videojuego. Pero es lo más grande que se ha hecho en la televisión en los últimos años, y dado su alto coste y dificultad, tiene a todo el mundo rendido a sus pies.
La banda sonora
Por último, y si usted, lector, ha conseguido soportar este artículo hasta este punto, quisiera hablar de la música que compone esta obra ¿maestra?. El folk y el country se entremezclan con la trama, con la fotografía, la dirección y la interpretación de tal manera que cierra un círculo imposible de entenderse los unos sin los otros. Hablamos de la cabecera, encumbrada ya a los altares de este tipo de producciones, cuya música corre a cargo de The Handsome Family y su tema Far from any road.
Alegaciones finales
La mala noticia llega ahora, terminada la primera temporada y sin saber si HBO renovará la serie por una segunda ni cuándo lo hará. Mucho se está hablando, eso sí, de la posibilidad de que la segunda temporada de True Detective tenga como protagonista a Brad Pitt. Sin embargo, y dado que no hay renovación, ni trama ni confirmación por parte de la cadena por cable, me parece mucho hablar sobre las posibilidades de tal o cual actor para interpretar la segunda temporada que, por cierto, si no lo sabéis, no contará con Harrelson. Ni con Matthew. Ay, Matthew.
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