Una de las razones por las que tanto abundan los programas de cocina en televisión es porque son un formato barato que puede realizarse de muchas formas. Es difícil encontrar dos gastroprogramas de televisión parecidos, pero el punto que muchos tienen en común -aparte de lo culinario- es que el éxito del programa suele estar ligado a la personalidad y capacidad del presentador/cocinero de hacer el contenido atractivo. Al menos es así cuando nos referimos a programas con un esquema “clásico” en el que el cocinero presenta y prepara platos.
Con las manos en la masa inauguró la temática culinaria en televisión de la mano de Elena Santonja en 1984. Se mantuvo en antena durante siete años y fue un éxito no sólo por sus aparentemente sencillas y deliciosas recetas, sino por los invitados que acompañaban y cocinaban con la presentadora. Por los estudios de Televisión Española pasaron cantantes, actores y personajes de todo tipo como Alaska, Víctor Manuel, Carlos Berlanga, Torrente Ballester, Pedro Almodóvar o Martirio. El programa fue retirado en 1991 supuestamente por la negativa de la presentadora a que se incluyera publicidad de productos durante el programa sin que ella obtuviese contraprestación económica.
Rico, rico y el ‘chef estrella’
Para relevar a Santonja, desde TVE ficharon al que, probablemente, sea el cocinero más popular -y mediático- de España. Karlos Arguiñano no sólo conquistó al público por el estómago, sino también por su humor, su alegría y su sencillez en El menú de cada día. Su éxito hizo que se moviese entre cadenas (también su productora), manteniendo el carácter y el formato que le dieron fama, pero cambiando el nombre del programa. En 1997 se mudó a Telecinco, para luego regresar a TVE en 2002, volver a Telecinco en 2004 y finalmente terminar en Antena 3 desde 2010 hasta hoy.
No fue hasta la llegada de Vamos a cocinar con José Andrés en 2005 cuando se instauró la figura de ‘chef estrella’. En Estados Unidos era ya conocido por su participación en programas de gastronomía, pero no fue hasta Vamos a cocinar cuando se dio a conocer en España. En su programa se buscaba una cocina saludable que combinase la tradición con la experimentación. Además, daba mucha importancia al proceso de compra de los productos en mercados y al conocer los ingredientes para sacar su máximo partido. Muchas de las características de su programa las heredaron formatos que vemos en la actualidad. Pero quizá, la más destacada fue ese aprovechamiento de la figura del ‘chef estrella’. Se dio por segunda vez en 2005, en Todos contra el chef, un programa en el que el ciudadano de a pie retaba a Darío Barrio a preparar un plato.
Una cucharadita de cocina, dos de espectáculo
Fue entonces cuando la tendencia en formatos cambió, convirtiéndose muchos programas en ‘gastroshows’. ¿Por qué no hacer entretenimiento y espectáculo con comida pensó más de un directivo de cadena? De esa idea nacieron los concursos y talent shows, donde la comida es el pastel y la competitividad la guinda.
Telecinco estrenó en 2006 este formato con Esta cocina es un infierno, un reality en el que Sergi Arola y Mario Sandoval capitaneaban dos equipos compuestos por famosos como Leticia Sabater, Bárbara Rey, Marbelys Zamora, Bienvenida Pérez o Ernesto Neyra. Al ser un reality, las convivencias en la casa y a la hora de competir daban lugar a muchas situaciones “cómicas” y tensas entre los participantes.
https://youtube.com/watch?v=28wayXFgYpI
Con la llegada Pesadilla en la cocina hace dos años volvieron con fuerza los contenidos gastronómicos al prime time. El programa presentado por Alberto Chicote trata de salvar establecimientos y negocios que, por diversas razones, necesitan cambios para no echar el cierre. El carácter ácido y crítico del presentador no siempre ha sentado bien a los propietarios y trabajadores de los establecimientos, por lo que en ocasiones se ha visto envuelto en polémicas.
Uno de los concursos más seguidos en televisión por los españoles ha sido el de Masterchef. El talent show se emitió por primera vez en 2013 y no tardó en convertirse en un éxito. 15 aficionados a la cocina tuvieron que superar pruebas individuales y colectivas para que uno se alzase como el mejor cocinero amateur de España -además, el premio incluía 100.000 euros y la publicación de un libro con sus recetas-. En Masterchef, Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nájera juzgaban las recetas de los concursantes y, desde casa, los espectadores se relamían y entretenían con los platos de los concursantes.
Top Chef siguió el estilo de Masterchef; buscando al mejor cocinero del país y con un jurado compuesto por tres grandes chef españoles: Alberto Chicote, Susi Díaz y Ángel León.
Después de tanto gastroshow ya sólo queda preguntarnos, ¿se puede seguir innovando en este género? ¿Gusta realmente cocinar o es el espectáculo que dan los participantes, invitados y presentadores lo que atrae al público? ¿Pasará de moda la combinación entre reality y talent show culinario o se convertirá en la escuela de los futuros ‘chef estrella’? Habrá que esperar a ver que se cocina en los despachos de los directivos de las cadenas.
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