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Las secuelas de dibujos animados que no debieron existir

En la industria cinematográfica y en la televisiva, cuando algo funciona, hay que repetirlo con secuelas y más secuelas donde se sucedan personajes y tramas una y otra vez. Y esto es extensible tanto a seriales y largometrajes protagonizados por humanos, como los realizados por animación.

Scooby Doo, Los Picapiedra o Las Tortugas Ninja han tenido series derivadas de la original, a veces adaptándolas a los nuevos tiempos o incluso contando otra etapa de la vida de los personajes que no se conocían, como aquellos Pequeños Picapiedra.

Pero con las secuelas televisivas, sobre todo de dibujitos, hay que tener mucho cuidado para que nadie considere que lo que están viendo es casi un sacrilegio por cargarse el espíritu de una serie que marcó la infancia de muchos.

¿Repasamos algunas de estas segundas partes animadas que jamás debieron existir?

David el gnomo

En el año 1985 Televisión Española estrenó las aventuras de ser diminuto que se dedicaba a ayudar al prójimo en general y a la medicina en particular. Este gnomo estaba casado con Lisa, y juntos solían realizar viajes en zorro para salvar al hijo de un rey, o rescatar a un animal atrapado, según correspondiese. David el gnomo tuvo dos secuelas, una primera similar a la serie original, La llamada de los gnomos, con el juez Klaus (mítica su sintonía de Pequeño planeta vuelve a sonreír) y una más que olvidable que se emitió en los 90 en Antena 3. Se trató de El nuevo mundo de los gnomos, donde rescataban el personaje de Lisa y también David pero con un aspecto nuevo. Además, David ya no era médico sino Caballero Real del Medio. Un despropósito del que solo se recuerda brevemente que Marta Sánchez grabó el tema del inicio.

Calimero

El animalito más pesimista de la televisión nació para un anuncio de televisión en los años 60, y en los 70 protagonizó su propia serie, donde compartía aventuras con el pato Piero o la pollita Priscila. Pero años más tarde, en 1992, tuvo que compartir protagonismo con un amigo salido de la nada en la serie Calimero y Valeriano, que fue emitida en España por La 2. El trazo de los dibujos había cambiado, y también la personalidad de los protagonistas. El pasado 2014, el canal Disney Junior estrenó un Calimero 3D en la que el espíritu de la original estaba tan diluido que ya Calimero ni siquiera es pesimista.

Dartacán

En 1981, el espíritu de Alejandro Dumas y sus mosqueteros llegó a la pequeña pantalla en una versión protagonizada por animales: Dartacán y los tres mosqueperros y que fue un éxito repuesto en incontables ocasiones. Sin embargo, su secuela, El retorno de Dartacán, estrenada en 1990, no tuvo la misma respuesta ni por asomo. Esta serie, basada en la obra también de Dumas El vizconde de Bragelonne, cuenta qué fue de este mosqueperro varios años después de cuando lo conocimos, pero la calidad respecto a la original era más que notable, pues los dibujos eran mucho más feos y toscos.

La vuelta al mundo de Willy Fog

Igual que Dartacán, se trata de una adaptación de una novela, en este caso, de Julio Verne, y con animales en lugar de humanos como protagonistas. La pantera Romy, el felino Rigodón o el diminuto y pizpireto Tico acompañaron al león Willy Fog en su apuesta de recorrer todo el planeta en 80 días, “en barco, en elefante, en tren”. La producción original vio la luz en 1983, y su secuela, Willy Fog 2 llegó a la televisión en 1994. Ahora, Willy Fog y sus amigos se veían inmersos en otros relatos de Verne, 20.000 leguas de viaje submarino y Viaje al centro de la tierra, título que se menciona en la canción de los créditos. El punto de partida es el mismo: Sullivan reta a Willy Fog a hacer un viaje y éste accede y embarca a sus colegas en una nueva expedición que casi ningún espectador recuerda. Una vez más, los dibujos se veían de calidad inferior al original, y se echaba de menos las voces de Mocedades en la sintonía, cuya melodía, que no letra, era la misma que su predecesora.

Los hijos que nadie recuerda

Una forma muy socorrida de hacer una secuela es rescatando a un personaje icónico y presentando a su hijo como protagonista de la serie, aunque luego nadie le recuerde. En este saco entran el poco recordado Max, el hijo de Goofy en La tropa Goofy que emitían en Club Disney, pasando por el rubiales Popeye Jr. de Popeye e hijo que daba Antena 3 en los años noventa. Y a estos nombres sumamos los de Pinky y Panky (Los hijos de la Pantera Rosa), e incluso los “hijos robot” del Inspector Gadget que eran conocidos como los Gadgetinis y que sustituyeron al perro Sultán en una segunda parte del mítico serial francés.

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