La situación económica de la Agencia EFE no invita al optimismo. La agencia pública de noticias lleva varios ejercicios en apuros y eso ha provocado un desequilibrio en su balance que la empresa reconoció hace unos días a los representantes de los trabajadores, en una reunión informativa.
Según publicó recientemente este periódico, la empresa presidida por Gabriela Cañas cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas unas pérdidas operativas de 11,2 millones y un resultado neto negativo de unos nueve millones. Su facturación descendió hasta los 84 millones de euros en un contexto de crisis sanitaria y económica en el que sus principales clientes, los medios de comunicación, se vieron sumidos en dificultades económicas.
El resultado negativo de 2020 se suma a los de los ejercicios anteriores. En 2019, fue de 8,8 millones de euros; en 2018, de 6,1 millones; en 2017, de 13,17 millones; en 2016, de 9,8 millones y, en 2015, de siete millones, tal y como figura en las memorias de cuentas que ha publicado la propia agencia.
Situación compleja
En esta situación, las fuentes oficiales de la agencia, consultadas por Vozpópuli, reconocen que el patrimonio neto de Agencia EFE al cierre del ejercicio 2020 ha quedado por debajo de la mitad de la cifra de su capital social. Por tanto, en condiciones normales se encontraría en causa de disolución y tendría un plazo legal de un año para volver a equilibrar su balance.
No obstante, recuerdan que la Ley 3/2020, del 18 de septiembre, de medidas procesales y organizativas para hacer frente a la covid-19 en el ámbito de la Administración de Justicia establece la suspensión de la causa de disolución por pérdidas.
En concreto, en su artículo 13 afirma: "A los solos efectos de determinar la causa de disolución (...) no se tomarán en consideración las pérdidas del ejercicio 2020”. Por tanto, si no se tienen en cuenta las pérdidas de 2020 -estiman en la agencia-, su balance no le obligaría a reconocer la causa de disolución.
Financiación de la Agencia EFE
Hay que tener en cuenta que EFE se financia, principalmente, a través de los Presupuestos Generales del Estado y de su actividad comercial. Esta empresa pertenece a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y está presente en 180 ciudades de 120 países.
Desde que arreciara la crisis de 2008, su situación económica ha sido precaria, al igual que la de una buena parte de los medios que contratan sus servicios. Sus anteriores presidentes -José Antonio Vera y Fernando Garea- han reclamado una mejora de la financiación para la agencia, dada las condiciones de desigualdad con las que compite en el exterior con compañías como Associated Press o Reuters.
La empresa Deloitte realizó hace unos meses un plan para tratar de remontar el vuelo de EFE que apostaba por reforzar los medios en América Latina; e incrementar la información económica o deportiva, ante las posibilidades existentes de crecer en esos sectores. Sin embargo, esa estrategia, en implantación, todavía no ha tenido efecto sobre sus cuentas.
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