Business is business. El negocio es el negocio y las ideologías no tienen un peso excesivo en el sector de los fondos de inversión, en el que el beneficio tiene un valor muy superior a la política. Joseph Oughourlian es el propietario de Amber Capital, una entidad especulativa con sede en Estados Unidos que desde hace un tiempo es la principal accionista del Grupo Prisa, con el 29,57% del capital en su poder. Pese a que su concepción de la economía es opuesta a la socialdemocracia que defiende el Ejecutivo de Pedro Sánchez, el dueño de este fondo ha celebrado su victoria en las pasadas elecciones, pues lo considera positivo para sus intereses, según explican fuentes de Prisa.
Para Amber Capital, tanto la Cadena SER como el diario El País deben moverse siempre en el espectro de la centro-izquierda, dado que es ahí donde van a conseguir unos mejores resultados. Durante la última etapa de Juan Luis Cebrián como primer ejecutivo de la compañía, el rotativo generalista del grupo se alejó de esa posición y adoptó una línea combativa contra Podemos que le valió duras críticas desde la formación.
De hecho, el propio Sánchez llegó a denunciar las presiones que había recibido por parte de esta cabecera para que no alcanzara un pacto de investidura con Pablo Iglesias tras las elecciones de diciembre de 2015. "Ha habido determinados medios de comunicación que me han dicho que si hubiera entendimiento con Podemos ellos lo criticarían. El País ha sido uno de ellos".
La situación dio un giro drástico cuando Cebrián abandonó el Consejo de Administración en diciembre de 2017. Entonces, los accionistas del grupo decidieron un cambio en la línea editorial para devolverla al lugar en el que se encontraba antes de 2014, cuando se completó la mayor refinanciación de la historia de Prisa; y entraron en su accionariado compañías como Telefónica, Caixabank y Santander.
La idea de ubicar la SER y El País en el entorno de la centro-izquierda -de nuevo- se tomó antes de que triunfara la moción de censura contra el Gobierno de Mariano Rajoy, aunque comenzó a ejecutarse en junio de 2018, coincidiendo con la llegada de Sánchez a Moncloa. Entonces, Antonio Caño fue sustituido por Soledad Gallego-Díaz al frente de la cabecera y se 'rescató' a periodistas de la 'vieja Prisa' como Joaquín Estefanía -adjunto a la dirección- y Jesús Ceberio, quien ejerce de responsable del Consejo Editorial de Prisa y quien dirigió El País desde 1993 hasta 2006.
En pocos días, el rotativo pasó de la crítica feroz a Sánchez -a quien llegó a definir en un editorial como "insensato sin escrúpulos"- a apoyar una buena parte de sus decisiones.
Buena relación con Sánchez
Fuentes cercanas al Consejo de Prisa inciden en que el dueño de Amber Capital mantiene una relación cordial con Pedro Sánchez, hasta el punto de tener contactos con Moncloa de forma frecuente. Sus intereses se han cruzado en un momento en el que el Gobierno necesita aliados mediáticos -carecía de ellos hace un año- y en el que Joseph Oughourlian pretende sacar el máximo rendimiento posible a la inversión realizada en Prisa, que actualmente tiene un valor de mercado de 330 millones de euros. De ahí que exista esta cordialidad.
El razonamiento de este hedge fund es que a Prisa le espera un presente más próspero con los socialistas en Moncloa que en la oposición, dado que puede erigirse como el gran aliado mediático del Gobierno, con la radio más escuchada y con el único rotativo generalista madrileño con una posición editorial de izquierda. En este sentido, cabe recordar el crecimiento que experimentó el grupo durante los gobiernos de Felipe González, con los que mantuvo una relación cordial, en líneas generales, que, entre otras cosas, favoreció la expansión de su negocio de educación -Santillana- y de televisión, a través de Canal Plus.
Después del proceso de reestructuración que ha tenido lugar en el grupo durante los últimos tiempos, que ha implicado una refinanciación de la deuda, dos ampliaciones de capital y la adquisición del 25% de Santillana, desde Amber Capital esperan que el negocio y la acción del grupo remonten el vuelo y eso permita rentabilizar su inversión, explican las mismas fuentes de Prisa. Ahora bien, esa 'resurrección' no ha ocurrido todavía en ninguno de los grupos de prensa cotizados, entre otras cosas, por las señales de debilidad que ofrecen sus principales negocios.
Prisa tiene en el horizonte la operación de venta de su filial portuguesa, Media Capital, que fue valorada en 2017 en 440 millones de euros. Sin embargo, su resolución se ha retrasado como consecuencia, primero, del rechazo del regulador de la competencia luso a la venta de esta empresa a la francesa Altice, y, segundo, por la falta de potenciales interesados que estén dispuestos a pagar una cantidad cercana a la que se barajaba hace dos años.
Este movimiento podría ayudar a Prisa a reducir su deuda y a mejorar su situación patrimonial, lo que podría repercutir en su acción y beneficiar a los intereses de los fondos de inversión, que han apostado fuerte por el grupo en los últimos años después de que su valor en bolsa se haya desplomado más del 95%. Su esperanza, evidentemente, es verlo remontar.
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