En las próximas horas podría cerrarse una guerra que ha estado activa en Vocento durante los últimos años. Su origen estriba en las diferencias que mantienen sus accionistas sobre el rumbo que debe mantener el negocio, pero también en la histórica rivalidad que ha existido entre las familias de la burguesía vasca con participación en la compañía. Este miércoles, el Consejo de Administración del grupo se reunirá en una sesión extraordinaria para tratar la destitución de su consejero delegado, Luis Enríquez, una figura que ha estado cuestionada por una parte significativa del capital desde su nombramiento y que, salvo sorpresa, será sustituida por la de Iñaki Arechabaleta, un histórico de la casa que actualmente ejerce de director general de Negocio.
Su nombre fue aprobado hace unos días por el Comité de Nombramientos y Retribuciones del grupo y deberá ser ratificado por el Consejo, donde los vocales contrarios a Enríquez esperan lograr la mayoría suficiente para sustituir al primer ejecutivo. Algo, por cierto, que no consiguieron el pasado otoño, cuando quisieron cesar al consejero delegado, pero no pudieron, al no recabar los apoyos de Gonzalo Soto Aguirre y Soledad Luca de Tena.
Las cosas han cambiado mucho desde entonces, dado que los Bergareche -contrarios a Enríquez desde su nombramiento, en 2011- han obtenido el apoyo de Fernando Yarza, quien no compartía decisiones de la actual dirección como su negativa a pujar por el Grupo Zeta. Por otra parte, Soto Aguirre es miembro del Comité de Nombramientos donde hace unos días se tomó una decisión de proponer al Consejo el nombramiento como CEO de Arechabaleta; y se espera que no se oponga al cese.
Las Luca de Tena
La duda que existía este martes entre los consejeros es si en la reunión de este miércoles Soledad Luca de Tena apoyará el cambio en la gestión de la compañía. En este sentido, cabe recordar que Bergareche, en alianza con la familia Urrutia y Jaime Castellanos, y con Rodrigo Echenique (Santander) como presidente de la compañía, empujó hace unos años para promover una fusión entre Vocento y Unidad Editorial, en un proceso que fracasó por razones económicas y organizativas.
Una operación de ese tipo dejaría en una situación comprometida a ABC, es decir, a parte de la herencia familiar que recibieron las Luca de Tena, que explica su presencia en este grupo de medios de comunicación. Y entre los consejeros contrarios a la gestión de Enríquez no ocultan que su intención es participar de una forma más activa en el proceso de consolidación del sector de los medios de comunicación. Es decir, en posibles fusiones, lo que podría ser perjudicial para la cabecera monárquica. Tanto si se integrara en la compañía resultante, como si fuera segregada.
Fuentes internas reconocían hace unos días que Enríquez ha asumido que será cesado en la próxima reunión del Consejo. Tal es así que entre los vocales del grupo se hablaba incluso que, en caso de sus detractores no consigan la mayoría suficiente, su salida se da por descontada.
Ahora bien, recuerdan que en otras ocasiones también se ha dado por supuesta su sustitución, pero finalmente ha salvado la cabeza, de ahí que incidan en que no debe darse nada por supuesto hasta que la decisión sea firme.
Cabe recordar que Vocento cerró el ejercicio anterior con un beneficio de casi 11 millones de euros y con un EBITDA de 46,4 millones que es sustancialmente mayor que el registrado en la compañía en 2011, cuando Enríquez tomó las riendas del grupo (40,7 millones).
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación