“Con estos condicionantes, ningún medio de comunicación televisivo privado en Cataluña es, ni será, viable". Así se expresaba recientemente el empresario Nicola Pedrazzoli, quien desde hace dos años gestiona la cadena 8TV y quien ha tratado de hacer viable el proyecto durante todo este tiempo. Lo ha hecho sin mucho éxito, dado que la empresa ha declarado recientemente el concurso de acreedores, ante sus dificultades para ser solvente con su actividad habitual.
La situación económica de este canal –Emissions Digitals de Catalunya S.A.- nunca ha sido buena. De hecho, según ha comprobado Vozpópuli en el Registro Mercantil, entre 2008 y 2021 perdió un total de 48,64 millones de euros. Las cuentas consolidadas del pasado ejercicio no las ha presentado. Sin embargo, la situación del concurso permite deducir que tampoco han sido muy positivas.
Este canal llegó a contar con pesos pesados como Josep Cuní y Alfonso Arús en su parrilla de programación. Sus fichajes formaron parte de la apuesta que realizó Godó para hacer competencia a TV3 en un momento en el que la audiencia de las cadenas autonómicas había descendido y, con ello, su facturación publicitaria.
En 2015 y 2016, los números rojos del canal fueron de un total de 12 millones de euros, lo que llevó a los editores de La Vanguardia a poner en marcha un plan de recortes que implicó la salida de Cuní. Poco después, emigraron Arús y su equipo.
Una audiencia residual
Con la salida de sus estrellas, la audiencia se desplomó y no ha remontado desde entonces. En el último informe anual de audiencias, elaborado por Barlovento Comunicación con datos de Kantar Media, se le asignó una cuota de pantalla de 0,8 puntos, lo cual le sitúa prácticamente en el anonimato.
Pedrazzoli tomó el control de esta empresa hace dos años y desde entonces ha tratado de hacer rentable su proyecto. Sin embargo, la cabecera Elprincipal.cat adelantaba hace unos días que la situación había empeorado como consecuencia de varios factores. Entre ellos, la ruptura de los contratos de alquiler que mantenía Emissions Digitals de Catalunya con Fibracat y Barça TV.
Eso, unido a la merma de ingresos publicitarios que ha sufrido el sector de la televisión, en general, provocaron que el proyecto se desestabilizara. El grupo entró en pre-concurso el pasado 30 de mayo y, desde entonces, inició un plan para recortar gastos de producción y de personal; y para encontrar arrendatarios para las dos partes del múltiplex que tenía disponibles.
Sin embargo, estas maniobras no han hecho viable el proyecto –según publicaba El Periódico-, de ahí que haya decidido declarar el concurso de acreedores.
Los canales pequeños
La crisis de este canal vuelve a poner de relevancia la dificultad que entraña el rentabilizar los pequeños canales dentro de la televisión comercial. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero anunció el apagón analógico y la transición hacia la TDT como algo positivo, dado que redundaría en una mayor pluralidad en el sector.
A la hora de la verdad, entre Atresmedia y Mediaset han llegado a aglutinar el 85% de los ingresos publicitarios, lo que ha dejado muy poco margen de maniobra al resto de las empresas.
Son varios los proyectos privados que han desaparecido en el sector desde entonces. En otros casos, se mantienen gracias a las inyecciones millonarias periódicas que realizan las administraciones públicas. El mejor ejemplo en este sentido es el de Radiotelevisión Castilla y León, gestionada por las familias Méndez Pozo y Ulibarri, pero financiada por el Gobierno autonómico.
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