Bajo el título "Spanish prisoners" (prisioneros de los españoles), el excorresponsal de El Mundo en Washington Ricard González (ahora colaborador de El País y actualmente desde El Cairo) y el editor de Avui Jaume Clotet firman un artículo conjunto que se ha publicado este martes en 'The New York Times'. En el artículo, aseguran que España está pasando una "crisis profunda" para la cual "la independencia de Cataluña es la única solución". El motivo del "repentino brote secesionista en Cataluña" es, según ellos, el "pillaje fiscal" al que se ve sometida, pues "de cada euro que los catalanes pagan en impuestos sólo 57 céntimos se gastan en la región". Esto hace que, antes de impuestos, Cataluña sea la cuarta región más rica de España, pero después de impuestos baje a la novena, lo que es para ellos una "redistribución forzada".
Esta "carga de transferencias fiscales" pone palos en las ruedas, según González y Clotet, a "la capacidad de Cataluña para competir globalmente, lo que es inaceptable". E incluso comparan la situación con la de las colonias americanas antes de la independencia de Inglaterra en 1776: "los americanos saben bien que un sistema de impuestos injusto puede fácilmente inflamar los anhelos de independencia". Esta tesis ha sido apoyada por el economista Xavier Sala-i-Martin, quien asegura que "las reivindicaciones catalanas son similares a las de Estados Unidos en 1776".
También el idioma
Sin embargo, aseguran, "el dinero no es la única causa del sentimiento secesionista, porque los catalanes nunca hemos aceptado la pérdidad de soberanía nacional después de ser derrotados por la monarqúia española en 1714. Por tres siglos, Cataluña ha luchado para volver a obtener la independencia, y muchos intentos de establecer un Estado fueron doblegados por la fuerza". Aseguran que la 'cuestión catalana' fue uno de los principales motivos de la Guerra Civil en 1936 y recuerdan la represión franquista de su cultura.
"El independentismos catalán no está movido por el odio a España, sino que es cívico y cultural"
No obstante, aseguran, "el independentismo catalán no está movido por el odio a España, sino que es cívico y cultural, no como el nacionalismo étnico que ha asolado Europa". Ponen el ejemplo de que "los dos millones de españoles que emigraron a Cataluña en los 60 y 70 están completamente integrados y muchos de ellos han abrazado los ideales secesionistas".
El Estado federal tampoco es ya una solución, porque "la confianza mutua se ha perdido", lo cual se ve impulsado por "una renovada ola de nacionalismo español", que para ellos se ha manifestado en el boicot a productos catalanes en 2006, "lo que hizo concluir a muchos catalanes de que sólo la independencia les protegería".
Marchar en solitario
Por último, González y Clotet defienden la capacidad de Cataluña para sobrevivir en el mundo del siglo XXI por si sola, con una población mayor "que la de muchos países de la UE, como Dinamarca o Irlanda" Hasta 12 países de la UE tienen menos población que Cataluña.. Además, aseguran que "los países pequeños son más competitivos y reaccionan más rápido ante los retos económicos cambiantes"
Apuestan por una separación no rupturista, manteniéndose en la Unión Europea, y confrontan la posición del Gobierno español con la de Londres ante la posible independencia escocesa, con un referendum sobre la secesión que se celebraría supuestamente en 2014.
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