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Prisa celebra un Consejo de máxima tensión con Cebrián y su número 2 muy cuestionados

El Consejo de Administración de Prisa se reúne este viernes con la operación de venta de Santillana en el aire y con una parte de los accionistas con un manifiesto descontento con Juan Luis Cebrián y con su mano derecha, José Luis Sainz. La compañía ganó 14 millones entre enero y septiembre, aunque su situación financiera es muy comprometida, con una deuda de 1.587 millones, de los que 960 vencen antes del final de 2018.

El Consejo de Administración de Prisa celebra este viernes una reunión que llega marcada por las tensiones existentes entre sus actuales gestores y algunos de los socios con más peso en la compañía. Su presidente, Juan Luis Cebrián, tendrá que dar cuenta a sus accionistas de la comprometida situación de la empresa, que adeuda 1.587 millones de euros y que deberá amortizar 956 millones antes del último día de 2018. Ante la imposibilidad de afrontar este pago con los ingresos que obtiene a través de sus negocios, hace unos meses puso a la venta Santillana, pero la falta de noticias sobre esta operación ha generado inquietud entre algunos de sus consejeros y ha incrementado su malestar con Cebrián y con el consejero delegado, José Luis Sainz. Ambos, muy cuestionados.

Tal y como contó Vozpópuli el pasado verano, el poder de Cebrián dentro de la editora de El País se ha visto amenazado como consecuencia de la ascensión de Amber Capital, un fondo buitre estadounidense que posee el 19,28% de la compañía y que culpa a su presidente de la depreciación del 95% de las acciones de Prisa que ha tenido lugar durante los últimos años, así como de haber provocado que la crisis del grupo sea mayor que la del resto de los medios de comunicación europeos.

Las críticas del 'bando rebelde' de accionistas también se dirigen ahora contra Sainz, a quien atribuyen una buena parte de la culpa de la situación de Prisa y sobre cuya continuidad como consejero delegado también han expresado sus dudas.

Amber Capital, representada en el Consejo por su fundador, Joseph Oughourlian, realizó durante 2016 una serie de movimientos para conseguir una alianza con otros socios significativos y minoritarios de la compañía con la que desahuciar a Cebrián de su cargo. Con este plan, pretende iniciar un proceso de transición ordenada que le permita rentabilizar su inversión en Prisa a medio plazo.

El Consejo de Administración de Prisa debatió la ampliación hasta 2020 del contrato de Cebrián en diciembre de 2015. Un mes después, el rotativo económico Financial Times reveló el descontento de los 'fondos buitre' con Cebrián y su propósito de apartarle de su puesto.

Pocas semanas después de que trascendiera esta noticia, la Junta General de Accionistas de Prisa aprobó la prórroga de dos años de dicho contrato. El acuerdo prevé que conserve la presidencia hasta 2020, aunque contempla que deje el poder ejecutivo a finales de 2018. No hay que olvidar que el día que abandone la empresa, recibirá 6 millones de euros en concepto de retirement bonus, como premio a sus más de 40 años de servicio en la dueña de El País y la Cadena SER.

Una situación complicada para Cebrián

La falta de noticias sobre la venta de Santillana juega en contra de Cebrián y Sainz, puesto que compromete el pago de su deuda y, por tanto, afecta directamente a los bancos que son acreedores y, a la vez, socios de Prisa. En concreto, HSBC cuenta con el 9,5% del capital, Caixabank con el 4,9; y Santander, con el 4,1%.

Estas entidades financieras aceptaron canjear una parte de la deuda de Prisa por acciones durante su última gran refinanciación, que se completó en 2013 y que salvó de la quiebra a la compañía. En esta operación, también participó Telefónica -propietaria del 13%- a través de la suscripción de bonos convertibles.

Desde entonces, el holding de los Polanco ha vendido una buena parte de sus activos, entre los que se encuentra Digital Plus, Ediciones Generales o su participación en Mediaset. No obstante, sus acreedores han tenido que suavizar las condiciones de pago a través de acuerdos como el que Prisa suscribió hace un año con HSBC, Santander y Caixabank para capitalizar entre 100 y 150 millones de deuda.

La última empresa que ha puesto a la venta es Santillana, la 'joya de la corona' del grupo y la que le reporta el 45% de sus ingresos. Prisa posee las 3/4 partes de sus títulos, mientras que el 25% restante se encuentra en manos de la firma de inversión estadounidense Victoria Capital Partners. Según detalló Bloomberg el pasado verano, la intención de esta entidad es la de deshacerse de esta participación en cuanto sea posible.

Varios fondos de inversión han preguntado por Santillana desde que el pasado noviembre se oficializó su puesta a la venta y su cuaderno de venta ha sido distribuido entre competidores como Planeta y Bertelsmann. Sin embargo, su alto precio -2.000 millones de euros por el 100% de las acciones- ha disuadido a estos últimos. En el caso de Bertelsmann, se une su reciente interés en adquirir el 100% de Penguin Random House.

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