Juan Luis Cebrián está preocupado por la proliferación en internet de noticias falsas. Las que han ayudado a cimentar el concepto de la 'post-verdad' y a las que llegan los ciudadanos a través de publicaciones sin ninguna credibilidad que han conseguido visibilidad gracias a las redes sociales. Para luchar contra este fenómeno, el presidente del Grupo Prisa -tantas veces acusado de tejer relaciones de interés con los poderes públicos- planea aliarse con Facebook y participar en el proyecto que pondrá en marcha próximamente para tratar de aminorar la repercusión de estos infundios.
El ejecutivo, académico de la RAE y escritor ha participado este jueves en un desayuno informativo, organizado por el Foro Nueva Comunicación, en el que ha aprovechado para volver denunciar la mala salud que vive la profesión periodística. En su opinión, dentro del actual ecosistema mediático campan a sus anchas “la mentira y la calumnia”, lo que tiene efectos perniciosos para la sociedad. “La formación de la opinión pública está sometida a las exigencias del reality-show”, ha lamentado.
En esta situación, la 'post-verdad' -”una forma políticamente correcta de llamar a los infundios”- se ha enseñoreado, lo que ha contaminado la prensa y, por ende, a sus lectores. “En internet, la comida basura se digiere igual que la de sitios con dos estrellas Michelín”, ha manifestado.
Esta tendencia a difundir noticias falsas no es nueva, dado que ha sido habitual desde que germinó el negocio de los medios de comunicación. “Ya en Cádiz, en 1812, existían entre 50 y 60 periódicos (…). Algunos de ellos, los de la casta”, dedicados a lanzar este tipo de mensajes, ha aseverado.
La prensa se muere
Cebrián ha aprovechado la ocasión para describir algunos de los síntomas de la enfermedad terminal que padece la prensa tradicional, un sector que durante los últimos años ha asistido al cierre de más de 2.000 quiscos, al despido de 10.000 periodistas y a la caída del 70% de la inversión publicitaria.
A su juicio, muchos de los grandes periódicos de todo el mundo sostienen todavía estructuras que han heredado de la era 'pre-internet', lo que les impide competir con los nuevos medios digitales, con plantillas y costes más ajustados a la realidad actual del negocio periodístico.
El negocio de los medios "está en una crisis similar a la que se produjo cuando se inventó la imprenta", ha afirmado Cebrián.
Pese a esta situación, que afecta directamente a Prisa, se ha mostrado optimista. “Estamos ante una crisis similar a la que ocurrió cuando se inventó la imprenta. Entonces, en los monasterios se quejaban de que eso (ese invento) les quitaba el monopolio de la interpretación de la Biblia. Pero eso, a la vez, permitió que las escrituras llegaran a todos los hogares (…) Actualmente, se leen más tonterías, pero también hay más investigación y aspectos positivos”. Eso sí, “hay que regular o autorregular todo eso”, ha expuesto.
Durante su comparecencia, ha descartado que El País vaya a dejar de editarse en papel a corto plazo, tal y como sugirió por carta su director, Antonio Caño, hace unos meses. “Algún estudio asegura que los lectores dejarán de comprar papel en 2043. Yo creo que la cosa va más deprisa”, pero, hay que recordar que, en este momento, los ingresos de los diarios impresos son todavía mayores que los de sus formatos digitales, ha incidido.
Cebrián también se ha referido a la operación de venta de Santillana, que -asegura- está motivada por las dificultades financieras a las que se enfrenta Prisa. Un mensaje que contrasta con el que pronunció en una anterior intervención el 29 de octubre de 2015 en este Foro, en el que aseguró que el problema de deuda de su grupo se solucionaría a lo largo de 2016.
