Eduardo García Matilla ha realizado una significativa maniobra de aproximación al 'grupo rebelde' de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El consejero se ha adherido a un voto particular emitido por la vicepresidenta del regulador, María Fernández Pérez, que critica duramente un estudio sobre el mercado mayorista de carburantes en España. La decisión de García Matilla constituye un guiño a la facción de consejeros de este organismo que desde hace unos meses ha apostillado una buena parte de las decisiones impulsadas desde la Presidencia, lo que evidencia una importante fractura interna.
El voto particular secundado García Matilla rechaza de lleno el diagnóstico, las conclusiones y las recomendaciones de un estudio que denuncia las barreras a la competencia que existen en el mercado de los carburantes, en el que la estructura vertical de Repsol, Cepsa y BP dificulta la entrada y expansión de nuevos operadores. El documento firmado por los tres consejeros critica que la publicación de la CNMC no incluya una valoración más completa sobre las repercusiones que han causado en mayoristas y minoristas los cambios normativos que han afectado al sector.
También acusa a sus autores de no haber utilizado "toda la capacidad analítica disponible en la CNMC, en sus vertientes técnica, jurídica y económica". Fernández Pérez atribuye este hecho a la falta de coordinación entre departamentos, lo que ha sido interpretado por fuentes internas como un dardo dirigido a su presidente, José María Marín Quemada. A ese ataque taimado se ha sumado un consejero que había pasado bastante desapercibido en el conflicto existente en el seno de Competencia, como es García Matilla.
Los votos particulares de determinados consejeros de la CNMC se han interpretado como un desafío a su presidente
Tal y como publicó Vozpópuli el pasado martes, este consejero se encuentra en el centro de la polémica después de que fuentes documentales acreditaran a este periódico que la empresa que dirigió durante 19 años, Corporación Multimedia S.A. firmó contratos de más de un millón de euros con Telefónica, entre 2005 y 2009 de los que no informó ni al Parlamento ni a la CNMC.
La legislación española prohíbe que los consejeros de Competencia ejerzan su función si en los dos años anteriores al inicio de su actividad han trabajado para algunas de las empresas sobre las que tienen que tomar decisiones. García Matilla no ha incumplido esta normativa, pues fue investido en septiembre de 2013. Pero ha silenciado datos sobre su vínculo con una compañía de los que la CNMC no tenía conocimiento hasta que los reveló este periódico.
Las tensiones con las petroleras
Su discrepancia con el estudio sobre carburantes resulta especialmente llamativa, toda vez que afecta a un sector que ha generado fuertes fricciones en el seno de Competencia, según reconocen fuertes internas. Este malestar se originó hace unos meses, en un momento en que el organismo impuso fuertes multas a las petroleras. Como reacción a estas sanciones, Cepsa y Repsol recusaron a Marín Quemada y a sus consejeras Idoia Zenarruzabeitia y María Ortiz, pertenecientes a la Sala de Competencia de esta institución.
García Matilla no sólo se sale del carril en una materia, como la energía, que ni mucho menos es su fuerte, sino que también contribuye a agravar el cisma que existe en el seno de este organismo, con epicentro en la Sala de Competencia, pero con repercusiones en la de Regulación y fundamentado en las diferencias entre los consejeros más cercanos al Partido Popular y Marín Quemada. El presidente decidió actuar al margen de la línea marcada por el Gobierno tras acceder a su cargo, algo que ha sido visto con buenos ojos por los partidos de la oposición, pero que le ha distanciado de los consejeros afines a Génova.
Desde entonces, los votos particulares han sido una constante en la CNMC. Una buena parte los han presentado los consejeros de la Sala de Competencia Fernando Torremocha y Benigno Valdés. En la mayoría, se ha solicitado la suavización de las sanciones o se ha criticado su imposición a las empresas de varios sectores.
Fernando Torremocha y Benigno Valdés han emitido diversos votos particulares en los últimos meses
El voto presentado por la vicepresidenta al estudio sobre el sector mayorista de los carburantes -secundado por García Matilla y por Torremocha- ha llamado especialmente la atención en el regulador, principalmente por la rotundidad y el poco espíritu constructivo con el que se expresa la número dos de la institución.
García Matilla y Telefónica
No es la primera vez que García Matilla emite un voto particular que da que hablar, pues el pasado abril manifestó su discrepancia sobre la resolución que autorizaba la compra de Digital Plus por parte de Telefónica, con un alegato en el que criticaba la inconcreción de algunos de los compromisos adquiridos por la compañía de telecomunicaciones ante el regulador del mercado. Principalmente, en lo relativo al número de canales premium que el nuevo gigante del sector pondría a disposición de sus competidores o al límite en la captación de clientes.
El exdirector de Radio 3 es uno de los tres miembros de la CNMC -junto con María Ortiz y Diego Rodríguez- cuyo mandato finaliza el próximo septiembre. Para asegurarse su permanencia durante otros cuatro años en el plenario del antiguo Palacio de los Urquijo deberá pasar un "examen" ante el Congreso de los Diputados en el que se evaluarán las actuaciones que ha llevado a cabo en estos últimos dos años en los cuatro sectores en los que su sala dispone de competencias: el audiovisual, el de telecomunicaciones, el energético y el postal.
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