La eterna guerra que libran los accionistas del Grupo Vocento vivirá este martes un nuevo episodio, en una reunión del Consejo de Administración en la que el ambiente volverá a estar enrarecido. La principal cuestión que se plantea dentro del órgano es si su consejero delegado, Luis Enríquez, logrará conservar el cargo hasta final de año, toda vez que algunos accionistas mantienen diferencias que parecen irreconciliables con este ejecutivo.
El gran frente que se ha abierto durante los últimos tiempos tiene que ver con el malestar de Fernando de Yarza con Enríquez. El presidente de Henneo (Heraldo de Aragón) es representante del 2,7% del capital social y cuenta con un puesto en el Consejo, además de en las comisiones Ejecutiva, de Auditoría; y de Nombramientos y Retribuciones. Sus diferencias con el CEO del grupo tienen que ver con la forma personalista en el que lo dirige, en perjuicio de los accionistas, y con el rumbo que ha decidido para Vocento, que considera que no ha garantizado su salida de la crisis ni ha asegurado su futuro dentro del sector de la prensa, en el que el mercado publicitario cada vez es más pequeño y las ventas de periódicos, más escasas, han explicado fuentes cercanas al Consejo.
El pasado otoño, cuando Santiago Bergareche -expresidente- intentó reunir apoyos para destituir al consejero delegado, Yarza optó por no sumarse a la 'rebelión'. La incógnita que se plantea en el órgano de gobierno del grupo es qué ocurrirá en caso de que vuelva a ponerse sobre la mesa la continuidad de Enríquez.
Estos informantes recuerdan que este asunto iba a plantearse el pasado noviembre, en una reunión extraordinaria del Consejo que fue desconvocada unas horas antes, después de que Bergareche constatara que no tenía los apoyos suficientes para tumbar a Enríquez. Entonces, 'Petisa' Luca de Tena (10,09% del capital) dijo que no iba a apoyar la iniciativa, lo que fue clave para disuadir a los 'rebeldes'.
Los Ybarra, en bloque, apoyan la gestión de Enríquez, entre otras cosas, porque en la familia -que en el pasado reciente ha vivido un enfrentamiento por el reparto de la herencia de María Dolores Churruca- han existido recelos con respecto a la posibilidad de realizar una operación corporativa y que esto dificultara la tarea de control de sus periódicos regionales.
Los detractores de Enríquez y de los Ybarra les acusan de inmovilismo. No entienden que el grupo no entrara en la operación de compra de Zeta
La familia está representada en el Consejo por Álvaro de Ybarra Zubiría, Ignacio Ybarra Aznar y Enrique Ybarra Ybarra. Tradicionalmente, han tenido el apoyo de Carlos Delclaux Zulueta, el presidente de Vidrala. La duda que se plantea es si 'Petisa' Luca de Tena podría cambiar de opinión y apostar por un cambio de consejero delegado.
Una larga batalla
Hay que tener en cuenta que, en el pasado, cuando Begareche, los Urrutia y Jaime Castellanos intentaron tomar el mando del grupo, le llegaron a ofrecer el control del diario ABC -según publicó El Confidencial- en caso de que diera el visto bueno a sus maniobras. Entonces, el rotativo monárquico padecía las peores acometidas de la crisis económica y la operación podría haber provocado su hundimiento. Sin embargo, su situación ha mejorado en los últimos tiempos, dentro de la gravedad -su EBITDA se triplicó durante el último año-, lo que podría volver a ser utilizado por los 'rebeldes' para intentar convencer a la nieta del fundador, estiman estas fuentes.
En este sentido, añaden que los consejeros contrarios a Enríquez han iniciado las hostilidades “antes del verano” durante los últimos ejercicios, de ahí que no descarten que en el consejo del martes o en el de junio ocurra lo mismo. La incógnita, dicho está, es la posición que adopte Luca de Tena. También está la duda relativa a si Fernando de Yarza se posicionará contra Enríquez en una posible 'rebelión'.
Bergareche ya no es presidente, pero forma parte del Consejo. Su antiguo cargo, lo ocupa Ignacio Ybarra, que apoya al consejero delegado. Sus partidarios recuerdan que Vocento cerró el pasado ejercicio con beneficios y repartió dividendo entre sus accionistas, algo que no es habitual en las editoras de prensa, muy dañadas por los efectos de la crisis del papel y del mercado publicitario. En este sentido, ponen en valor la labor de Enríquez, que ha sabido leer la situación del mercado y ha rechazado fusiones de resultado imprevisible, como la que se intentó con Unidad Editorial.
Los detractores de Enríquez y de los Ybarra les acusan de inmovilismo. Entre ellos, se encuentran quienes no entienden que el grupo no entrara en la operación de compra de Zeta, dado que el crecimiento de Moll podría complicar su situación en el mercado de la prensa regional.
