La neutralidad del Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC) se pone en entredicho en cada una de sus decisiones. El órgano encargado de velar por la libertad de información en los medios audiovisuales catalanes está copado por consejeros afines a CiU y ERC; y ha respaldado sistemáticamente sus posturas desde que comenzara la legislatura. En las últimas semanas, ha restado importancia a los exabruptos pronunciados por tertulianos catalanistas, a la vez que ha expresado su repulsa hacia los que han manifestado personas contrarias a estas posturas. A la vista de estos hechos, cabe preguntar, ¿es imparcial este órgano?
Entre los principales afectados por la beligerancia del CAC se encuentran Ciutadans y Societat Civil Catalana (SCC). Sin ir más lejos, hace unas semanas se emitía un fallo contra esta última colectividad que hizo que sus miembros cuestionaran públicamente su objetividad. ¿Por qué? Porque este Consejo rechazó reprobar las palabras que una tertuliana cercana a CiU pronunció en el programa Els Matins, en las que se refería a SCC, como una asociación con un discurso “tóxico” que provoca “misericordia”. A sus miembros les calificó de “quinta columna”, algo que el Consejo no observó como despectivo, al calificar estas palabras como metafóricas.
Este órgano regulador no consideró de la misma forma las palabras que Miguel Ángel Rodríguez pronunció el pasado 31 de octubre en Espejo Público, en las que afirmaba: “(Artur) Mas quiere ser víctima de alguien [...] Lo que le falta es un fusilamiento”. Y añadía: “Él quiere los caño... la Guardia Civil, él quiere ahí la Guardia Civil, que le detengan”. En este caso, no sólo no observó un sentido figurado en el discurso, sino que pidió una sanción de 1 millón de euros para su locutor.
En cambio, sí que vio un tono satírico en las afirmaciones de los humoristas de los programas La Tribu (Catalunya Radio) y La segunda hora (RAC1), cuando compararon Ciutadans con Franco. Y no observó un 'animus injuriandi' en una intervención en TV3 del díscolo político de CiU Miguel Sellarès, en la que calificaba de “cerebros enfermos” a los miembros del Partido Popular y de la formación de Albert Rivera.
Respaldo unánime a los programas independentistas
Otra de las decisiones que clarifica la orientación secesionista de los consejeros del CAC es la que tomaron con respecto al programa Hola Europa!, emitido el 7 de mayo de 2013 en TV3 y el cual provocó duras críticas de los detractores del independentismo, dado que hablaba de la posible integración de una Cataluña independiente en la Unión Europea, sin ofrecer opiniones contrarias al “proceso” de esta comunidad autónoma. Todas eran favorables.
Durante los últimos meses, este Consejo también ha elaborado estudios con los que se posicionaba claramente a favor de las tesis de Artur Mas, como el que concluía que “TV3 dedicó el doble de tiempo a la crisis económica que al soberanismo”. En este trabajo, ofrecía porcentajes que probaban este hecho y desmentían las acusaciones de manipulación recibidas por la televisión pública catalana.
El organismo también ha actuado allende las fronteras de Cataluña y ha analizado y condenado los contenidos emitidos por cadenas de televisión como Telemadrid, 13tv o Intereconomía, en los que se comparaban las posturas nacionalistas y secesionistas con las de algunos regímenes totalitarios del siglo XX.
Una vez más, sus miembros respaldaban a CiU y ERC y se ganaban las críticas de los miembros de la sociedad contrarios a estos partidos, que han observado cómo este Consejo ha asumido su ideario y le ha otorgado un peso fundamental en sus decisiones.
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