En los anaqueles del archivo de RTVE reposa desde hace casi dos años un documental sobre el rey Juan Carlos I que no está previsto que vea la luz en España en el corto plazo. No es beligerante con ninguna opción política ni explora con retorcimiento los puntos oscuros de la vida del monarca emérito, pero su emisión ha sido vetada en este país. Y todas las fuentes consultadas coinciden en señalar que esto se debe a razones políticas, ante el malestar que generó la obra en el partido del Gobierno. Un rey censurado en su propio reino.
El director del filme es Miguel Courtois (1960), quien en anteriores trabajos cinematográficos ha aireado algunos de los episodios más turbios de la democracia española, como el de los GAL. En el caso de Yo, Juan Carlos I, rey de España, su intención no era la de denigrar la figura del anterior jefe de Estado, sino la de poner en valor la labor que realizó durante la Transición. Pero en un país tantas veces definido como cainita, en el que cualquier detalle es capaz de levantar en armas a los partidos políticos, e incluso tumbar un pacto de Gobierno, la línea editorial de este documental no gustó en un determinado sector del Partido Popular, de ahí que la obra haya sido vetada.
-R.A.: ¿Por qué cree que RTVE ha decidido no emitir este documental en España?
-Miguel Courtois: No tengo ni idea. Mi intención era la de hacer una película sobre la vida de un rey excepcional, como fue Juan Carlos I, y mi misión era la de hacerla aséptica, para que fuera utilizada como un documento objetivo sobre una parte importante de la historia reciente de España.
-R.A.: ¿Y qué falló?
-M.C.: A mí nadie de Televisión Española me ha dado información sobre lo que ha pasado con la película. Pero he hablado con gente en España y me dicen que en el Partido Popular se enfadaron porque no aparecía el testimonio de ninguna persona del partido en la hora y media de documental. Consideraron, entonces, que beneficiaba a la izquierda.
-R.A.: ¿Y no cree que hubiera sido correcto incluir a José María Aznar, Mariano Rajoy, o algún exministro del PP?
-M.C.: Es que dicho así parece que el documental favorece al PSOE o al Partido Comunista, cuando no es cierto. El principal testimonio es el del Rey Juan Carlos, que concedió una de las pocas entrevistas que ha dado en su vida para mi película. También aparece su hermana (Pilar de Borbón), Alfonso Guerra, (Alfredo Pérez Rubalcaba), (Mario) Vargas Llosa y el propio Felipe VI. Pero es que, además, cuando terminé la película me sugirieron que si podía incluir el testimonio de alguien de derechas que fuera importante durante la transición. Y lo negociamos. Esa ausencia era una razón de 'casting', no por ningún sectarismo.
https://youtube.com/watch?v=TthQJCtwLdM
El exdirector de informativos de Televisión Española, Julio Somoano, ratifica las palabras de Miguel Courtois, en declaraciones a Vozpópuli. Explica que con Leopoldo González-Echenique como presidente de la corporación, en 2013, RTVE decidió coproducir este filme junto con la cadena pública francesa TF3. Cuando el autor le informó de que la obra estaba casi acabada, viajó a París para examinar el resultado y le pareció correcto.
“Comprobé que el documental recogía con bastante exactitud lo que ocurrió en España durante la Transición y la labor que hizo el Rey entonces, y así lo transmití”, relata el directivo y también autor del libro sobre ese periodo histórico titulado ¿Qué ha pasado con la Constitución? Hablan los padres de la carta magna.
Eso sí, en sus conversaciones, Somoano sugirió a Courtois que incluyera un testimonio de algún político destacado de centro-derecha para reforzar el argumentario de la obra. “Yo no pedí que metiera a alguien del PP, sino a alguien de las posiciones conservadoras de ese periodo. Y él no dijo que no. Al revés, volví a España con buenas sensaciones al respecto”.
Éxito en Francia, orillado en España
Unos días después de esa reunión, González-Echenique presentó su dimisión y Somoano fue sustituido por José Antonio Álvarez-Gundín (exsubdirector de Opinión del diario La Razón) en la Jefatura de Informativos, en lo que fue interpretado como un claro giro a la derecha de TVE, impulsado desde Génova. Entonces, tomó las riendas del proyecto el director de Estrategia y Programación, y número 2 de TVE, Ignacio Gómez Acebo, a quien Courtois propuso incluir el testimonio de Miguel Herrero de Miñón para equilibrar el documental.
Pero en marzo, Gómez Acebo es destituido de su cargo tras las desavenencias mantenidas con el nuevo presidente de la corporación, José Antonio Sánchez, y RTVE renuncia a emitir el documental. Según las varias fuentes internas consultadas, por decisión del propio Sánchez -en connivencia con Génova-, un polémico gestor que se reconoció en sede parlamentaria como votante del Partido Popular, cuyo nombre fue asociado a los Papeles de Bárcenas y quien estuvo al mando de Telemadrid en la época en la que más denuncias por manipulación informativa recibió, bajo los mandatos de Esperanza Aguirre, primero, y de Ignacio González, después.
Vozpópuli ha contactado con el director de TVE, Eladio Jareño, para intentar obtener más información acerca de este documental, que la televisión pública se comprometió a retransmitir, al igual que ha sucedido en Francia. Sin embargo, Jareño (exasesor de Alicia Sánchez Camacho en el PP de Cataluña) ha declinado contestar a este medio de comunicación.
Este periódico también se ha puesto en contacto con las fuentes oficiales de la corporación con el mismo fin. La respuesta que ha obtenido, de un portavoz oficial, es la siguiente: “lo único que podemos decir es que, de momento, no está programada su emisión”.
-R.A.: ¿Considera que el documental no se muestra en España por razones políticas?
-M.C.: Es lo que te decía antes: a mí nadie me ha dicho nada, pero algo aquí huele mal.
-R.A.: ¿Y qué opina al respecto?
-M.C.: Que es una soberana tontería. Una bobada. La película es objetiva y deja en una buena posición al rey (Juan Carlos I), en la que creo que se merece por la labor que realizó. En Francia ha tenido un enorme éxito de crítica y público. Y hasta el Ministerio de Cultura francés me ha pedido permiso para enseñarla en las clases en español, ya que consideran que es fiel a la realidad.
-R.A.: En España, sólo se puede ver porque hay usuarios que la han subido a Youtube. El presidente de RTVE ha frenado su emisión.
-M.C.: Es estúpido. En el país vecino interesa, pero en el propio país no la quieren emitir. Es lamentable. Es un delito a la democracia. Es una actitud propia de una república bananera. Una acción de censura más típica de la Unión Soviética estalinista, de los años 40, que de la España moderna.
-R.A.: ¿Ha pensado en emprender alguna medida para solucionar esta situación?
-M.C.: ¿Y qué voy a hacer? Yo mismo le envié la película a Juan Carlos I y a Felipe VI y me transmitieron que les había gustado. Esto es una decisión que obedece a otro tipo de interés. Y está claro que algo falla cuando un partido el presidente de una empresa pública tiene la capacidad de esconder a los espectadores este tipo de información. Es el comportamiento típico de un pueblo antiguo, no de un país moderno. En Francia se hubiera montado un enorme escándalo en la prensa. Aquí se ha ocultado.
Todas las fuentes con las que ha hablado este periódico coinciden en señalar que el documental no es irrespetuoso con ninguna institución, ni con ningún partido. No oculta episodios complejos de la vida de Juan Carlos I, como la muerte de su hermano, el infante don Alfonso de Borbón; los recelos que generaba en la izquierda por el tutelaje al que le sometió Franco; o el desprestigio que sufrió su figura en los meses previos a su abdicación. Sin embargo, no se regodea en los detalles escabrosos, ni cuestiona el papel de la Corona en España.
“Puede que tras la renuncia de Juan Carlos I, a la Casa Real le incomodara un poco el que se resaltara su figura, dado que su modus operandi pasaba desde hace meses por ensalzar las cualidades y capacidades de Felipe VI. Pero, aunque hubiera sido así, ningún asesor de Zarzuela hubiera tenido la capacidad de vetar la emisión de este documental. Ni en su forma ni en su fondo”, relata un directivo de RTVE, que también achaca a razones políticas la caída en el olvido de este documental en España.
“Es una obra en la que el propio Juan Carlos I cuenta su vida a partir de las imágenes que le mostramos. Se ríe, ensalza a Adolfo Suárez, confiesa que echa de menos a su hermano, Alfonso, pone en valor la figura de su padre e incluso se le ve con lágrimas en los ojos cuando habla de los 800 muertos en atentados de ETA. Eso es lo que se muestra en mi película. No hay más. Hubiera sido más lógico que generara críticas entre la izquierda republicana que dentro del PP. Lo que han hecho en TVE con ella es un delito contra la democracia. Un absurdo. Una estupidez”, concluye Courtois.
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